La batalla judicial abierta entre el banquero Andrea Orcel y Santander tras su frustrado fichaje como consejero delegado el año pasado tiene muchas aristas y una de ellas relaciona los bufetes de abogados que les representa.
El banquero italiano contrató al despacho De Carlos Remón para defender sus intereses. Santander confía, como casi siempre, en Uría Menéndez. Hasta ahí, poca novedad. Sin embargo, al analizar los letrados que habitualmente llevan los asuntos jurídicos de la entidad presidida por Ana Botín aparecen dos apellidos conocidos: De Carlos y Remón.
Resulta que los socios que dan nombre al despacho contratado por Andrea Orcel, José Manuel De Carlos y Álvaro Remón, tienen un hermano cada uno de ellos en Uría Menéndez: Luis de Carlos y Jesús Remón. Todo queda en casa. Además, en el equipo de De Carlos Remón hay varios exempleados de Uría Menéndez: Carmen Gutiérrez (2004), Gonzalo Eizaga Aranzadi (2008-2015) y Jaime de San Román (2009-2017).
José Manuel de Carlos es licenciado en Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE. Trabajó durante dos etapas en la firma jurídica internacional Clifford Chance (1990-2000 y 2002-2010). En ese paréntesis fue secretario del consejo de administración y director de la asesoría jurídica de Jazztel.
Su actividad profesional se centra en operaciones de adquisición y fusión de empresas, mercado de valores, contratación mercantil y outsourcing, tal y como indica su perfil en la página web del despacho.
Por su parte, Álvaro Remón Peñalver es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó en el despacho de dos profesores de la Complutense antes de incorporarse a Clifford Chance en 1998, donde coincidió con su hoy socio de bufete.
Álvaro Remón cuenta con una amplia y reputada experiencia en la defensa procesal y arbitral de sus clientes en toda clase de litigios y materias, que incluyen el Derecho Concursal y Administrativo, según su perfil oficial en la web del bufete.
ORCEL PIDE A SANTANDER MÁS DE 100 MILLONES
El banquero italiano Andrea Orcel reclama el cumplimiento de contrato por parte de Santander o, en caso contrario, daños y perjuicios por una cantidad algo superior a los 100 millones de euros, incluyendo el sueldo que dejó de cobrar en UBS y el que podría haber percibido en Santander, según han adelantado ‘El Confidencial‘ y La Información.
Los hermanos de los socios del bufete que ha contratado Orcel trabajan en Uría Menéndez, despacho que defiende los intereses de Santander
Orcel contrató a De Carlos Remón en marzo. Ahora representantes del bufete han contactado con los asesores legales de Santander para anunciar la intención de su cliente de emprender acciones legales y presentar la demanda millonaria.
En una entrevista a ‘Financial Times’, Orcel ya dejó entrever la batalla legal contra la entidad cántabra. El italiano declaró que “No soy conocido por ser una persona que se vaya o deje pasar las cosas, especialmente cuando creo que lo correcto es no dejarlo pasar”. “No está bien”, afirmó.
ORCEL, LA HISTORIA DE UN FICHAJE FALLIDO DE SANTANDER
Santander anunció el fichaje de Andrea Orcel, procedente de UBS el 25 de septiembre de 2018. De hecho, la nota de prensa aún permanece colgada en la página web del banco. Era un viejo conocido de la entidad desde los tiempos de Emilio Botín. Rodrigo Echenique inició el efecto dominó. Pidió abandonar la presidencia de Santander España. Su sustituto iba a ser el consejero delegado del banco, José Antonio Álvarez, cuyo cargo ocuparía Orcel.
Ana Botín indicó que “la experiencia internacional de Andrea Orcel y su conocimiento estratégico del negocio de banca comercial fortalecen al equipo del banco y nos ayudarán a continuar ejecutando nuestra estrategia, cuyo objetivo es ser el mejor banco comercial”. “Tendrá un importante papel en la construcción de plataformas digitales integradas para el Grupo, al tiempo que preservamos nuestro modelo de filiales”, añadió la presidente de Santander.
Tras el anuncio a bombo y platillo, la marcha atrás. El consejo de administración del banco presidido por Ana Botín renunció al nombramiento de Orcel en martes 15 de enero con su pertinente comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El motivo, constatar que Santander y no UBS tendría que asumir los compromisos de pago del salario diferido del banquero de inversión en los próximos siete años. La cifra rondaba 50 millones de euros.
La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, afirmó en ese momento que “como banco comercial, teníamos que sopesar el alto coste de contratar a un profesional, aunque sea alguien del talento de Andrea Orcel, a quien había que compensar la pérdida de siete años de salario diferido, con nuestra cultura corporativa, que implica compromiso y responsabilidad con nuestros empleados, clientes y accionistas”. Por eso, añadió, “el consejo y yo misma, estamos convencidos de que, pese a que resulta una decisión difícil, hemos tomado la correcta”.
Poco después de conocerse la marcha atrás por parte de Santander en la contratación de Orcel como ‘número dos’, el consejero delegado de UBS Sergio Ermotti aseguró que la vuelta del banquero italiano al banco suizo no era una «opción realista».
Orcel admitió que el fichaje fallido le causó una “gran decepción”. «La primera reacción fue de sorpresa, tristeza y una tremenda decepción”, explicó en una entrevista al diario ‘Financial Times’. “Creo que ni siquiera este término explica bien lo que sentí», indicó. Ahora comienza la batalla legal.