El planeta Tierra ha sufrido varios cambios drásticos a lo largo de la historia, unos cambios que nos han llevado a ser lo que somos hoy en día. Hace 2.400 millones de años, concretamente, la Tierra sufrió uno de esos cambios tan duros y rudos que estamos comentado.
Este cambio se produjo por las bacterias que en ese momento se encontraban en nuestro planeta. Estas bacterias comenzaron a usar la luz del Sol para nutrirse, es decir, que hacían la fotosíntesis. En este proceso, estos pequeños seres liberaron muchísimo oxígeno lo que provocó que aumentara hasta 10.000 veces en la atmósfera.
Esto, en principio, no debería suponer ningún problema, pero debemos tener en cuenta que este gas resultaba muy tóxico para la mayoría de los seres vivos que se encontraban en el planeta Tierra, lo que significó la pérdida de muchos de ellos. Ahora bien, también nacieron nuevos animales y plantas debido a esta oxidación en la atmósfera.
Las bacterias de hace 2.400 millones de años se alimentaban a través del Sol y a base de la fotosíntesis.
¿Es entonces el exceso de oxígeno lo único que provocó la gran oxidación? La respuesta ha sido clara y concisa. No, esto no ha sido lo único que hizo que esta oxidación tuviera lugar. Según un nuevo estudio publicado esta misma semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) que ha sido realizado por la NASA, una de las posibles causas de la oxidación fue la presencia de una niebla de metano por todo el planeta, un material muy tóxico.
La cuestión es que después de esta gran oxidación el planeta Tierra pasó a tener una composición mucho más sana y rica, una composición rica en oxígeno. Lo más fascinante es que esto ocurrió en muy poco tiempo, apenas un millón de años. Es cierto que para nosotros un millón de años supone un tiempo muy largo, pero para los cambios de la naturaleza es un periodo bastante corto.
Para poder analizar esto, los científicos pudieron contar con unos modelos sofisticados y avanzados, además de un detallado registro químico que permitió analizar todos los compuestos que había en la atmósfera antes de la gran oxidación de la que estamos hablando. En estos análisis se han descubierto unos patrones atómicos en los isótopos de azufre en el registro geológico, un compuesto que se suele usar para reconstruir atmósferas.
La cuestión es que las conclusiones que se han sacado de este estudio coinciden con otros estudios que se han realizado y que han descrito este mismo hecho en otros períodos de vida del planeta Tierra. Eso sí, en este caso también se ha investigado la velocidad con la que ocurrió este cambio que se produjo gracias a la salida del hidrógeno.
Hoy en día existe una neblina de metano similar en Titán, la luna de Saturno. ¿Quiere decir esto que seguirá el mismo camino que la Tierra? Ciertamente no lo sabemos, tan solo queda esperar para saberlo a ciencia cierta. Este tipo de investigaciones, además de ayudarnos a conocer más el planeta azul, también ayuda a conocer la vida de otros planetas y el posible futuro que les depara.