El aceite de oliva nunca antes había estado a un precio tan elevado. Sin ir más lejos, en lo que llevamos de 2023 se ha encarecido de media un 40% y el precio del litro ya supera en algunos supermercados los 12 euros y los expertos indican que es muy probable que a finales de año el ‘oro líquido’ se vaya acercando a los 14 euros.
En este contexto, el precio medio del litro de virgen extra estaba a 6,61 euros en enero de 2023, una vez aplicada ya la rebaja del IVA del 10% al 5%, mientras que, a principios de octubre, la media de este tipo de aceite se situaba en 10,27 euros. Este aumento de precio en el aceite ha tenido muchas consecuencias y una de ellas es el fraude de los aceites.
La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, estima que en Europa se produce un fraude cercano a los 1.500 millones de euros en torno al aceite de oliva, un mercado con un volumen de 3.000 millones de euros que en los últimos tiempos ha sufrido un alarmante agravamiento. La escalada del precio de este producto ha creado el escenario perfecto para que mafias o mercados ilícitos aprovechen la coyuntura para introducir en los mercados productos adulterados o de procedencia dudosa.
LA FUNCIÓN DE SICPA
Sicpa, proveedor global de tintas de seguridad, así como de soluciones seguras de identificación, trazabilidad y autenticación durante más de 90 años, ya dispone de las herramientas tecnológicas más eficaces para proteger a todo el sector de sus fraudes más comunes -manipulación de los envases, etiquetados falsos o que puedan inducir a error, además de la falsificación y, por lo tanto, infracción del nombre de marca, sin olvidar el robo y la desviación al mercado gris-.
SICPA LUCHA CONTRA TODOS LOS FRAUDES, FALSIFICACIONES Y EL COMERCIO ILÍCITO
MERCA2 ha podido hablar con el director de desarrollo de negocio de Sicpa España, Fabián Torres, para entender qué está pasando con el aceite y cuáles son las medidas que se deben llevar a cabo para no llegar a comprar productos fraudulentos que pueden no ser buenos para la salud del consumidor porque no se sabe de su procedencia.
«Fundamentalmente, nosotros nos encargamos de protegerlos productos para que el cliente o el consumidor final sea capaz de ver si el producto que tiene en sus manos es legítimo o no» añade Torres sobre la función de Sicpa ante la distribución ilícita de aceite. Y es que cada vez el fraude alimentario preocupa más y afecta más a consumidores, gobiernos y productos dentro y fuera de fronteras. Sin embargo, el problema no afecta a todos por igual, según los datos de EIT Food, España es el país comunitario con más fraude alimentario en sus productos de origen por delante de Italia y Países Bajos.
EL ACEITE, UN PRODUCTO ADULTERADO CON LA SUBIDA DE PRECIO
Desde Sicpa no nos puedan especificar con que marcas trabajan, pero sí aclaran que su función es trabajar con las marcas para proteger sus productos con tecnologías similares y otras en muchos casos, con tecnologías más avanzadas. «Los ‘malos’ como yo llamo a las organizaciones fraudulentas trabajan haciendo todo tipo de ‘fechorías’, una de ellas es que cuando se ponen medidas de seguridad más avanzadas ellos cogen y se hacen con botellas ya vacías de productos legítimos y las voy a rellenar», indica Fabián Torres.
Desde Sicpa para que esto no ocurra recomiendan a las marcas que pongan etiquetas que precinten y que cierren el tapón de la botella de aceite, algo que es muy común y que se hace con las botellas de vino. Ante esta recomendación, Torres indica que «aún vemos que no está siendo utilizado en aceite». Una tipología de etiquetas que desde Sicpa también fabrican.
«EL PRINCIPAL PROBLEMA VIENE CON LOS ACEITES QUE SE EXPORTAN»
Director de desarrollo de negocio de Sicpa España, Fabián Torres
Lo que ganan con estas etiquetas que precintan el tapón es que «en el momento en el que se abra esa botella de aceite, se rompe la etiqueta, se destruye y ya no puede ser reutilizada. Esto le daría pistas al cliente de que ese producto ha sido manipulado en alguna forma porque han abierto la botella antes de llegar a sus manos», indica el director de desarrollo y negocio de Sicpa.
El aceite cada vez se está volviendo un producto más vulnerable a las manipulaciones, pero el principal problema viene de aquel aceite que se exporta. Aquí en España bien es cierto que estamos más familiarizados con las marcas, el problema está cuando alguien de Asia, de Francia o de Alemania, por ejemplo, ven una botella de aceite y lo más seguro es que no esté familiarizado con esas marcas que para nosotros en España serían las emblemáticas.
Con este hecho lo que recomiendan desde Sicpa es que las propias marcas emblemáticas pongan medidas de seguridad en esas botellas, pero no solo los productores, sino que también las denominaciones de origen pongan su sello o etiqueta para poner una barrera más de seguridad y prevención. «Siempre hay que intentar poner barreras en todos los niveles», añade el director de desarrollo de negocio de Sicpa.
COMO AFECTA EL FRAUDE AL CONSUMIDOR Y A LA REPUTACIÓN DE LAS MARCAS
En España hubo un caso, de los peores, en mayo del 81 con el aceite de colza. Esto causo más de 20 mil personas afectadas. Desde ese caso los servicios de prevención de salud hacen continuamente inspecciones, pero según Torres, «hay que tener mucho cuidado con el mayor ‘top manta’ que existe en el mundo que es Internet».
Existen páginas web maliciosas que pretenden la estafa a los clientes cada vez más, es decir, todo lo que son los ‘timos’ que conocemos en el mundo real ahora se están transformando y yendo al Internet. Lo que quieren intentar desde Sicpa es evitar ese tipo de compras por Internet en webs sospechosas.
«EN EL MOMENTO EN EL QUE DESCUBRIMOS UN PRODUCTO FALSO TRABAJAMOS CON LA MARCA EN VER QUE HA PODIDO PASAR Y QUE TIPO DE FRAUDES SE ESTÁN COMETIENDO»
director de desarrollo de negocio de Sicpa España, Fabián Torres
Hay veces que es complicado comprobar que una botella de aceite es fraudulenta. «Muchas veces en los lineales nos encontramos que el aceite algunos dicen que son de oliva virgen extra de primera prensada y te encuentras una gama de precios en la cual lo venden a precios extremadamente bajos. Eso ya de entrada nos debería de hacer sospechar», señala.
En España hay un control bastante estricto a raíz del problema que hubo con el aceite de colza que hizo que las autoridades sanitarias velaran para que este hecho no vuelva a ocurrir y que ningún consumidor pueda volver a estar en peligro.