viernes, 22 noviembre 2024

El alto precio de la transición energética: un millón de empleos menos en el carbón

Casi un millón de puestos de trabajo (990.200, para ser exactos) afronta su desaparición durante esta década y las dos próximas debido al paulatino cierre de las minas de carbón, el ‘patito feo’ del ‘mix’ energético mundial. A los países más afectados, ubicados principalmente en Asia y con China e India a la cabeza, les espera un duro proceso de recolocación laboral de los trabajadores del sector. España, por su parte, no es ajena en modo alguno a los problemas que conlleva la agonía de esta materia prima. En España, el cierre de la central térmica de As Pontes ha sido el último capítulo de la muerte por entregas del carbón.

LOS DATOS FATALES

El dato procede de una investigación del think tank estadounidense Global Energy Monitor (GEM), realizado sobre 4.300 minas de todo el mundo, tanto operativas como en fase de proyecto, cuya producción acumulada equivale al 90% del carbón global. El estudio atribuye tal escabechina laboral al viraje del mercado hacia la generación de energía eólica y solar, más barata y ecológica. Esta evolución tendrá lugar, apunta el informe, con independencia de que exista o no una política estatal de eliminación del carbón.

La herramienta empleada para la realización del informe es el Rastreador Global de Minas (GCMT, por sus siglas en inglés), una base de datos que engloba las explotaciones mineras existentes y las propuestas de construcción. Para estimar las potenciales pérdidas de puestos de trabajo que dependan de las mismas, el Rastreador registra la «vida útil de la mina» – es decir, cuánto tiempo las compañías de carbón pretenden extraer carbón en el sitio bajo los arrendamientos, permisos y reservas disponibles, así como otras consideraciones económicas.

La industria del carbón tiene un papel económico de gran relevancia en áreas aisladas y deprimidas, donde es la base del CONSUMO Y LOS SERVICIOS

La aplicación de esta metodología de análisis arroja los siguientes resultados: actualmente hay 2,7 millones de mineros de carbón empleados directamente en las explotaciones operativas, de los que medio millón, más de una sexta parte, estarán sin trabajo en 2035; y 15 años después, en 2050, la cifra ascenderá a 990.200. Por consiguiente, la desaparición de empleos durante la próxima década, es decir, el futuro inmediato, afectará a un promedio de 100 trabajadores por día, subrayando la urgencia de adoptar medidas para prevenir conflictos sociales y económicos generalizados.

La industria del carbón, destaca el informe, tiene un papel económico de gran relevancia en áreas aisladas y deprimidas, donde es la base del tejido productivo, sobre la que se sustentan los servicios y el consumo. Este carácter de «ancla» económica agrava los trastornos que acarrea la marginación del sector.

LA DIFÍCIL TRANSICIÓN LABORAL DEL CARBÓN CHINO E INDIO

La gran mayoría de los empleos ‘condenados’ se concentran en Asia (2,2 millones de puestos de trabajo), y se espera que China y la India sean los más afectados por los cierres de minas de carbón. China tiene más de 1,5 millones de mineros que extraen más del 85% del carbón del país, que a la sazón representa la mitad de la producción mundial. Las provincias septentrionales de Shanxi, Henan y Mongolia Interior explotan más de una cuarta parte del carbón del mundo y emplean al 32% de la mano de obra minera mundial, aproximadamente 870.400 personas.

CARBON Merca2.es

En India, el otro gran vector de esta materia prima en el mercado, la empresa pública Coal India será la compañía más perjudicada por la potencial desaparición de empleos para 2050, con 73.800 trabajadores directos en la cuerda floja.

Dejando aparte el signo de los tiempos, el análisis de GEM no excluye de responsabilidad a la propia industria del carbón en el sombrío futuro que aguarda a su negocio. La investigación revela que la mayoría de las minas que echarán el cierre en las próximas décadas carecen de planes en marcha para extender la vida útil de la explotación o para gestionar una transición hacia una economía post-carbón.

As Pontes

LA ESPAÑA SIN CARBÓN

En España, el cierre de la central térmica de As Pontes, gestionada por Endesa, ha sido el último capítulo de la muerte por entregas del carbón. El pasado septiembre, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) autorizó la clausura de las instalaciones, a la que se sumó la demolición de las torres de otra añeja planta: Compostilla II.

El fin de estos históricos enclaves se ha erigido en símbolo del comienzo de una nueva era para la energía nacional, a la que el carbón no está invitado. Este año, su cuota en el ‘mix’ se reduce a un ínfimo 1,5%, frente a una aportación renovable cercana al 50%. En un mercado de trabajo como el español, caracterizado por la rigidez, es inviable semejante abandono de un sector productivo sin un plan de contingencia.

LAS INICIATIVAS PRIVADAS PARA PALIAR LAS CONSECUENCIAS DEL CIERRE DE LAS CENTRALES TÉRMICAS DE CARBÓN ACUMULAN UNA INVERSIÓN DE 7.000 MILLONES DE EUROS

Ese plan se articula en el Acuerdo por la transición energética justa para centrales térmicas en cierre, suscrito en abril de 2020 entre el MITECO, las compañías con centrales térmicas en cierre (Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP, esta última en marzo de 2021) y los sindicatos (CCOO Industria y UGT FICA). El objetivo principal de este pacto es proporcionar formación y apoyo a los 2.740 trabajadores afectados por los cierres -tanto directos como de empresas auxiliares- de las plantas termoeléctricas basadas en carbón.

Según el informe de la Comisión de Seguimiento del acuerdo, realizado el 21 de octubre de 2022, los proyectos energéticos e industriales impulsados en los territorios afectados por los cierres han proporcionado una creación de puestos de trabajo que excede a la de las antiguas centrales. Estas iniciativas han acumulado una inversión privada cercana a los 7.000 millones de euros.


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