El fentanilo es un opioide que a tenor de los estragos que está produciendo en la población de Estados Unidos por su consumo ilícito, está generando alarma en otros países, especialmente por la gran cantidad de informaciones que se han publicado al respecto. La pregunta que se hacen muchos ciudadanos españoles es si esta sustancia puede llegar a nuestro país por los cánones no convencionales, es decir, por la vía ilegal. También hay dudas respecto a si los pacientes que lo están ingiriendo a través de alguno de los fármacos que lo contienen pueden volverse «adictos».
FENTANILO COMO OPIODE
En lo referente a esta sustancia hay varias realidades innegables. Una de ellas es que es un opioide de origen sintético y como todos los de su clase se extrae de la adormidera o amapola real (Papaver somniferum). Debido a sus efectos analgésicos y sedantes se usa en determinados fármacos, los opioides, al igual que otros de su misma índole como la codeína y la morfina y que se emplean habitualmente para aliviar el dolor.
Otros medicamentos opioides, como la metadona y la buprenorfina, se utilizan como tratamiento de mantenimiento contra la dependencia de esta misma sustancia. Debido a que tras el consumo de ciertos opiáceos se siente euforia, se recurre a ellos al margen de sus fines terapéuticos. Este es el caso de la heroína, la morfina, la codeína, el fentanilo, la metadona, el tramadol y otras moléculas similares, explican desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El fentanilo es una sustancia que lleva entre nosotros más de 20 años.
La realidad es que el fentanilo se encuentra entre nosotros más de tiempo del que pensamos. Así lo ha explicado a MERCA2, el responsable del área del Medicamento del Consejo General de Farmacéuticos, Iván Espada: «Lo cierto es que el fentanilo es un medicamento que lleva entre nosotros más de 20 años, ya que se utiliza bastante para el dolor. De hecho tiene dos usos principales, uno como analgésico y otro como inductor de anestesia».
Además, según apunta el doctor Luis Miguel Torres, presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (Semdor) y jefe de Anestesiología y Tratamiento del Dolor del Hospital Puerta del Mar (Cádiz), «la administración de fentanilo para la anestesia es por vía intravenosa y de hecho gran parte del consumo en España proviene de ahí. Luego hay otras presentaciones farmacéuticas en forma de parche, pastillas o aerosoles y que se emplean para el dolor crónico».
Es en estos últimos casos, es decir, en las personas que lo toman por algún problema médico, en los que se han empezado a plantear dudas. Algo que ha podido estar alentado por ciertas informaciones, cuando menos alarmantes, como por ejemplo que el fentanilo es un opioide 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina. Unas cifras que dichas así resultan preocupantes, al menos para aquellos que deben tomarlo.
PROBLEMA DE SALUD
Las autoridades han reconocido la peligrosidad que conlleva esta sustancia. Tanto es así, que en el año 2021, el Ministerio de Sanidad creó el ‘Plan de optimización de utilización de analgésicos opioides en dolor crónico oncológico en el SNS’, en el que reconoce que «el consumo de opioides se está convirtiendo en un problema de salud que encuentra su mayor exponente en Estados Unidos. Existe un informe de la OCDE, publicado recientemente, en el que se destaca la crisis de los opioides como un problema complejo de salud pública que requiere un enfoque integral en todos los sectores, incluidos los servicios sociales, de salud y de la ley».
Del mismo modo, este documento recoge que en la Encuesta sobre Alcohol y Drogas de la edición 2019/2020, que el 15,2% de la población de 15 a 64 años (14,5% en la encuesta de la edición anterior) reconoce haber consumido analgésicos opioides con o sin receta en alguna ocasión. Además, se especifica que el consumo de estas pastillas está más extendido entre las mujeres que entre los hombres, aumentando en ambos grupos su prevalencia a medida que lo hace la edad.
«La realidad es que uno de los efectos secundarios de los opioides es que producen tolerancia y dependencia. La primera, significa que con el tiempo necesitas más dosis para obtener el mismo efecto porque tu cuerpo se va acostumbrando. Mientras que la dependencia se refiere simplemente a que necesitas la sustancia, y esta puede ser de dos tipos: física o psicológica. La física tiene su explicación en el hecho de que como continúas con el dolor, que es para lo que se prescribe este medicamento, tienes que seguir usándolo. Mientras que la psicológica está relacionada con el bienestar que produce no sentir dolor, por lo que al final te enganchas», explica Iván Espada.
«Los pacientes que están tomando fentanilo no deben tener miedo porque es un fármaco controlado en nuestro país».
«Con todos los opioides sucede lo mismo, y por ello todos los pacientes tratados con estos medicamentos tienen el riesgo de que esto suceda, pero eso no quiere decir que sea así y aunque es algo relativamente frecuente no todas las personas reaccionan igual ante los fármacos», añade el farmacéutico.
En este sentido, Luis Miguel Torres asegura que «los pacientes que están tomando fentanilo no deben tener miedo porque es un fármaco controlado en nuestro país».
Tanto es así que dentro de las medidas adoptadas en el citado plan de uso de analgésicos opioides se estableció un visado especial para restringir la prescripción de fentanilo en España. Al mismo tiempo, se determinó que los formatos de presentación de acción inmediata, es decir, comprimidos sublinguales, comprimidos para chupar con aplicador integrado, película bucal soluble, comprimidos bucales y solución para pulverización nasal, solo deben ser recetados a pacientes oncológicos con dolor irruptivo. En estos casos se puede administrar en pacientes oncológicos de cuidados paliativos o terminales. También está permitido para tratar el dolor postoperatorio a corto plazo.
En cuanto a otras presentaciones como pueden ser los parches de fentanilo, fuentes del sector consultadas por este diario digital, aclaran que también se deben utilizar bajo prescripción médica y siguiendo las indicaciones exactas del médico o farmacéutico, especialmente para usos prolongados. «No se deben aplicar ni más parches, ni con más frecuencia, ni de manera diferente a la que le indicó el médico y siempre a la dosis eficaz más baja», aclaran.
«En España, es necesaria una receta bien prescrita y administrada por un médico».
Los parches de fentanilo están indicados en el control del dolor crónico intenso, que requiere la administración continua de opioides a largo plazo. Suelen emplearse en artritis, dolores oncológicos, fracturas crónicas o enfermedades terminales, y para el postoperatorio de intervenciones quirúrgicas.
Del mismo modo, los controles en nuestro país son muy exhaustivos. «En España, es necesaria una receta bien prescrita y administrada por un médico. Además, la prescripción está controlada a tres niveles: la del médico, que lo hace de forma electrónica de modo que hay un rastro de la persona que lo prescribe, junto a la del paciente que lo toma, y la del farmacéutico que tiene un registro de ambos. Por lo tanto, desde el punto de vista sanitario en España no hay posibilidad de mal uso», en palabras del presidente de Semdor.
«El farmacéutico dispensa el medicamento, pero luego además este tiene que hacer un seguimiento de las cantidades que entran y salen en su farmacia», añade el portavoz de los farmacéuticos.
USO FRAUDULENTO
La posibilidad de que esta sustancia se introduzca de forma ilegal en España es real. Sin embargo, a fecha de hoy no se está dando esta situación, tal y como han confirmado a MERCA2 fuentes de la Brigada Central de Estupefacientes (UDYCO).
Lo que está ocurriendo en Estados Unidos todavía no se ha detectado en nuestro país, ya que tampoco hay constancia de personas afectadas por sobredosis de fentanilo, aseveran los expertos consultados. «Nosotros no tenemos información de que esté llegando como droga ilegal -comenta anestesiólogo de Semdor-, al menos hasta donde yo sé la red de narcotraficantes no está estructurada para que la sustancia se instaure de forma masiva como la marihuana y la cocaína. Hay indicios de que puede pasar, pero a día de hoy no hay constancia de que se esté vendiendo de forma ilegal en las calles. No tenemos pacientes ni personas que hayan fallecido o muerto en el hospital por sobredosis y, por ahora, da la impresión de que no está presente en este mercado».
«No tenemos pacientes ni personas que hayan fallecido o muerto en el hospital por sobredosis y, por ahora, da la impresión de que no está presente en este mercado».
En opinión del doctor lo que puede estar pasando en Estados Unidos, es que como el fentanilo resulta más barato y fácil de producir, al contrario que la heroína, se está introduciendo con más facilidad. «Como la heroína escasea, la población que es adicta se está pasando a esta sustancia, al menos en Estados Unidos, Canadá y México», apunta. Además, «para aumentar su potencia y otros efectos se está mezclando con cocaína o anfetaminas, y eso lo hace más peligroso y potente. No obstante, tampoco tenemos constancia de que en España se esté dando esa situación. Sobre todo con cocaína y anfetaminas», matiza.
El farmacéutico Iván Espada considera también que parte de la situación de Estados Unidos respecto a este producto está vinculada a las mafias mexicanas, por lo que no tiene nada que ver con España o Europa, como se ha publicado en otros medios.