La gestora Blackrock ha lanzado con Bestinver un fondo de private equity, el Bestinver Private Equity Fund FCR, que invertirá en mercados privados globales mediante una selección de fondos de capital riesgo gestionados por la firma estadounidense.
EL DETALLE DE BLACKROCK
El director de negocio de Bestinver, Rafael Amil, ha detallado que el fondo tiene un tamaño objetivo de 200 millones de euros, un plazo de duración de diez años, una rentabilidad prevista del 10% y requiere un ticket mínimo de entrada de 100.000 euros, un dato que potencialmente apelaría al 30% de los inversores de la gestora independiente.
Se trata del primer fondo de este tipo de la firma española. «Estaba en la hoja de ruta», explicó Amil. «No era una prioridad, pero encontrar a Blackrock nos ha animado».
El director de negocio de Bestinver, Rafael Amil, ha detallado que el fondo tiene un tamaño objetivo de 200 millones de euros
Amil ha destacado que estos mismos fondos donde va a invertir el FCR son los mismos que en Estados Unidos; los fondos subyacentes son estrategias que arrancan ahora, estrategias con un tamaño objetivo de ‘fundraising‘, como es normal por el tamaño de fondos de la estadounidense.
«El inversor, en este caso profesional, español, o el inversor asesorado que venga a través de algún posible comercializador va a tener acceso a invertir en el fondo donde invierte cualquier institucional de prestigio en Estados Unidos«, ha agregado Amil.
En ese contexto, han detallado que el fondo se ha construido como un programa «muy modular», en el sentido de que la cartera va estar diversificada en un 25% de coinversiones, un 25% de mercados secundarios, un 25% de growth y luego habrá un 10% en un fondo de impacto y un 10% en mercados primarios.
BESTINVER APUESTA POR EL CRECIMIENTO DE LOS MERCADOS PRIVADOS
A la hora de argumentar el propósito de este vehículo, los representantes de ambas firmas han apuntado que la principal razón del crecimiento de la inversión en mercados privados en los últimos años es su potencial de generar retornos atractivos, históricamente superiores a los obtenidos por los mercados cotizados de acciones, y menos correlacionados con el comportamiento de éstos.
En ese sentido, han profundizado sobre la importancia venidera de las inversiones alternativas (activos no tradicionales), que prevén que crecerán un 50% en los próximos años (hasta llegar a 23 billones de dólares) y supondrán una quinta parte de los activos globales gestionados, ya que su acceso se ha facilitado, el crecimiento estructural del mercado (por ejemplo en transición energética) y las ganancias que ofrece a los inversores.
Javier García Díaz, responsable de ventas de Blackrock, ha afirmado que «el crecimiento de las inversiones alternativas va a continuar» porque la apreciación del capital es el principal factor que atrae a los inversores al private equity». Y alabó a su socio, de quien dijo: «Bestinver es la gestora independiente más influyente de España. Es el socio ideal para este proyecto«.
No se trata de un fondo de fondos sino que se trata de una alianza estratégica a largo plazo
Por su parte, Amil ha recordado que no se trata de un fondo de fondos sino que se trata de una alianza estratégica a largo plazo. En ese sentido, no es un fondo de fondos, sino un primer fondo, dijo.
La comisión que paguen los inversores se situará, en su tramo más alto, en un 2,25% anual, en tanto que desde ambas firmas han echado un vistazo a sus propios vehículos y han recordado que la Tasa Interna de Rentabilidad (TIR) histórica se sitúa en torno al 12%-16% en fondos de coinversión directa, fondos de impacto y fondos primarios; al 28% en fondos ‘growth’ y 43% en fondos secundarios.
BLACKROCK: LA ‘GRAN MODERACIÓN’ TERMINA
Por otro lado, Díaz, ha señalado que la llamada era de la «gran moderación», que se ha caracterizado en los últimos 40 años por un periodo de crecimiento económico constante e inflación controlada, ha llegado a su fin y que ahora arranca un «nuevo régimen» macroecónomico marcado por una mayor volatilidad.
En el acto de presentación de la alianza estratégica, García Díaz ha apuntado que en este nuevo escenario la cartera clásica, que destina un 60% a renta variable y el 40% restante a renta fija, ha quedado «desfasada y obsoleta».
En ese sentido, García ha cifrado que una cartera tipo, a día de hoy, debe constituirse en un 50% renta variable, 30% renta fija y un 20% inversiones alternativas, y ha remarcado que en el nuevo paradigma los inversores van a tener «sí o sí» que revisar con mayor frecuencia los activos, ser más selectivos, más tácticos y empezar a valorar otras clases de activos, como las mencionadas inversiones alternativas.