Lograr que el mercado se regule según sus necesidades permitirá a España y Europa competir a nivel internacional
La regulación en el sector de las telecomunicaciones debe tener en cuenta cuál es la situación dentro de este mercado, guiándose por su funcionamiento «real», y adaptarse a la situación competitiva, sin olvidarse de la existencia de la regulación europea y con actualizaciones constantes, debido a la rápida evolución del sector.
Así lo han constatados varios expertos del sector en la mesa redonda ‘Nuevos retos del sector de las telecomunicaciones en Españay Europa’, organizada este martes por la Universidad Carlos III de Madrid.
En esta «necesaria» regulación se debe tener en cuenta en todo momento el marco normativo europeo, de la que el sector español forma parte, por lo que «naturalmente» se toman en consideración sus recomendaciones, tal y como ha explicado la directora de Telecomunicaciones y del Sector Audiovisual de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
POSIBILIDADES PARA MODIFICAR
Sin embargo, para garantizar la posibilidad de competir en el futuro en el ámbito global, se deberían tocar «muchos aspectos», entre los que figuran no solo la regulación, sino también los procedimientos y las normas de competencia con las fusiones o la fiscalidad dentro del sector.
La fragmentación de los mercados, impulsada por la regulación con la entrada constante de nuevos agentes al mercado y las dificultades que las autoridades de competencia levantan ante cualquier movimiento de consolidación, está situando a Europa en la segunda división de las economías digitales, cada vez más lejos de países como Estados Unidos o China.
«La situación es delicada y se abre un escenario que resulta complejo, pero la regulación es necesaria y se tiene que amoldar, para una mayor simplificación o armonización», ha resaltado el director general de la Asociación Española para la Digitalización (DigitalES), Víctor Calvo-Sotelo.
En la misma línea, el profesor honorífico y catedrático en la Universidad Carlos III de Madrid, Tomás de la Quadra Salcedo, ha expresado que la regulación es «necesaria e indispensable» pero también puede ser diversa, adaptándose a la situación de cada territorio. «La directiva europea y la legislación española incluyen instrumentos que permiten hacer esta diferenciación en cuanto al tipo de regulación», ha apuntado.
Del mismo modo, la regulación se debe adaptar a los tiempos, ya que normalmente «se va tarde», tal y como ha argumentado el catedrático de Derecho Administrativo por la universidad de Valladolid, José Carlos Laguna De Paz.
Además, los expertos han abierto la posibilidad de regular no solo la actividad de los operadores de telecomunicaciones, sino también otros agentes que forman parte del ecosistema digital.
DESREGULACIÓN, PUERTA A OTRAS VÍAS DE COMPETENCIA
La regulación aplicada hasta ahora ha tenido como objetivo la promoción de la competencia, algo que según el socio y director de Europa Continental de Analysys Mason, Joan Obradors, se ha conseguido. Sin embargo, esta situación habría debilitado al mercado español y europeo, llevando a que la única vía de competencia actual sea a través de los precios.
«Creo que todos coincidiremos en que vaya bien o mal el sector, la regulación tendrá que cambiar», ha considerado Obradors.
Para los expertos, es clave contar con mercados de telecomunicaciones sólidos y sostenibles en cada uno de los países europeos, incluida España, donde el mercado hoy en día está muy diversificado, sin barreras para el desarrollo de la fibra por todos los operadores.
Por ello han valorado como urgente seguir avanzando en una desregulación en España y dejar que el propio funcionamiento del mercado genere una dinámica competitiva en la que operadores como Telefónica puedan seguir afianzándose en su firme compromiso inversor con el objetivo de impulsar la digitalización.