“El mejor club del mundo” dice Florentino Pérez cada vez que tiene ocasión. Pero al presidente del Real Madrid se le acaban los argumentos para defender esa tésis. En lo deportivo es evidente: desde su llegada el Real Madrid en el año 2000 (y durante sus dos etapas) se ha pulido algo más de 1.200 millones de euros en fichajes. ¿El resultado? Tan sólo 16 títulos, entre ellos 3 Ligas y 3 Copas de Europa. Alguien dirá que no es malo, pero el club blanco tiene la exigencia –o más bien autoexigencia- de ganarlo todo. Máxime cuando de las últimas diez ligas, 6 las ha ganado el Barcelona.
Pero al mago Florentino no le basta sólo lo deportivo. También en lo económico tiene que ser “el mejor club del mundo”. El problema es que, por aquí las cosas también empiezan a torcerse. Hasta ahora el Real Madrid era el equipo que más dinero ingresaba. Sin embargo, en la última temporada el Barcelona ha sobre pasado a los blancos: 679 millones de euros de los culés frente a 620 millones del Real Madrid, según los últimos resultados.
Así que como es mejor que la realidad no te estropee un buen titular, Florentino ha decidido echar mano de la creatividad. O al menos, eso es lo que dicen quienes han estudiado a fondo las cuentas. No decimos que sea nada ilegal, al contrario, es totalmente legal, pero sí ayuda a crear artificios contables que permiten al presidente del Real Madrid sacarse un nuevo conejo de la chistera: el club más saneado del mundo, porque tiene “deuda financiera neta negativa”. Ahí es nada.
Vayamos por partes. Según las cuentas aprobadas en la Asamblea del Real Madrid del pasado fin de semana, el Madrid tiene una deuda neta de -13 millones de euros, es decir, que tiene una posición de liquidez absoluta. Una situación que se produce, explica el economista Javier Santacruz a Merca2.es, porque “se ha hecho una definición muy particular de lo que se puede considerar deuda financiera”. A su juicio el Real Madrid considera en este concepto “sólo aquello que debe a los bancos”, es decir: créditos o préstamos. Sin embargo, no incluye otros elementos financieros como pagarés o descuentos de papel comercial, que pasa a ser incorporado a la deuda comercial.
La situación de Tiempo Muerto que se vive en el Madrid responde a la situación del mercado del fútbol y también a la reforma del estadio bernabéu del año que viene
Con esta pequeña artimaña, quizá un tanto compleja de entender para quienes no están muy duchos en la materia, lo que consigue es lo siguiente: reducir el endeudamiento que, con la buena posición de tesorería que presenta el Club (211 millones de euros, frente a los 103 millones de un año antes), permite reducir la deuda de 235 millones de euros hasta esa cifra tan señalada por Florentino.
Ahora bien, no todo es oro lo que reluce. La deuda neta, la real, es de 235 millones de euros. Se ha reducido en 49 millones de euros. Pero esta situación tiene trampa también. Santacruz recuerda que este año el Madrid prácticamente no ha hecho fichajes y prácticamente tampoco ventas. Por tanto, no ha tenido que gastar dinero en traer nuevos jugadores. No hay un Figo, un Zidane o un Ronaldo. “El club está una situación de impass”, sentencia. Ese momentum se debe a varios factores:
1.- El mercado del fútbol se encuentra en un momento de transición. A juicio de Santacruz “los equipos cada vez gastan menos, lo que obliga también a reconducir la situación de los fichajes”.
2.- Florentino parece haberse dado cuenta de que el fútbol no es rentable. “Estamos ante un negocio líquido en el que no tiene sentido endeudarte para pagar a futuro. Con el dinero que generas en caja por tu día a día tienes para pagar los gastos”, sentencia.
A eso hay que sumarle que el equipo blanco el año que viene necesitará una buena inyección de dinero si quiere comenzar las obras de renovación del Santiago Bernabéu. Algo que, para el economista, requerirá de “ayuda financiera” y, por tanto, toca poner bonito el balance.
En definitiva, parece que Florentino ha empezado a escuchar a los economistas. Porque según nos dicen, en las próximas cuentas de ACS veremos también cómo sus números presentan una gran contención de la deuda de la constructora.