sábado, 23 noviembre 2024

La Fundación MD Anderson Cancer Center, Le Cordon Bleu y la UFV ‘devuelven el sabor’ a los pacientes oncológicos

La Universidad Francisco de Vitoria (UFV), Le Cordon Bleu Madrid y la Fundación MD Anderson Cancer Center España han formalizado un acuerdo de colaboración cuya primera acción se va a centrar en el proyecto de investigación “El Sabor Perdido” de la Fundación.

«Esta iniciativa surgió en el año 2019 al detectar la necesidad de investigar en un problema del que apenas se habla, pero que realmente influye mucho en la calidad de vida de los pacientes con cáncer: la alteración del sabor y el gusto por la comida durante y después de los tratamientos de quimioterapia y radioterapia convencionales», explica a MERCA2 responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de MD Anderson Cancer Center Madrid, el doctor Pedro Robledo.

MD ANDERSON Y PACIENTES ONCOLÓGICOS

«El Sabor Perdido» está centrado, por tanto, en mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos que pierden o tienen alterado el sabor y el gusto por la comida.  «Muchos pacientes oncológicos tienen una distorsión del sabor de los alimentos al comer y las comidas tienen un sabor metálico, “a cartón”, amargo o agrio cuando reciben tratamientos oncológicos, lo que afecta notablemente a la calidad de vida, nutrición y ánimo a la hora de afrontar los tratamientos de los pacientes», comenta la gerente de la Fundación MD Anderson España, Isabel Oviedo Martín-Ortega.

«El Sabor Perdido» está centrado en mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos que pierden o tienen alterado el sabor y el gusto por la comida.

Las entidades que participan en la iniciativa son: la Universidad Francisco de Vitoria,  Le Cordon Bleu Madrid y la Fundación MD Anderson Cancer Center España

«Se ha llegado a un acuerdo con la Universidad Francisco de Vitoria, ya que parte de los integrantes del proyecto de investigación son también profesores. Además, Le Cordon Bleu está integrado dentro de esta universidad, ya que ofrece a su vez un grado en Alimentación y Economía, además de un grado en Culinaria», dice el doctor Pedro Robledo.

La formalización del convenio entre las tres instituciones se realizó mediante un actor al que acudió el secretario general de la UFV, José Antonio Verdejo, para el que «este nuevo acuerdo de colaboración representa un paso significativo en nuestra misión de abordar desafíos importantes en el campo de la salud y la gastronomía y nos permitirá avanzar en la investigación y la prevención del cáncer.»

Fundación MD Anderson Cancer Center

Mientras que por su parte, la general manager de Le Cordon Bleu Madrid, Rosario considera que «la relación entre salud y gastronomía es tan íntima y cotidiana que afecta directamente a nuestra calidad de vida. El conocimiento y el dominio de las técnicas son herramientas muy valiosas y todos tenemos la responsabilidad de asumir un reto tan bonito y humano como éste.»

RESULTADOS INVESTIGACIÓN

Tal y como ha explicado a MERCA2 el doctor Pedro Robledo, que el equipo de investigación determinó que como los pacientes que recibían tratamiento oncológico perdían sabor y olor de forma mayoritaria, y eso les impedía comer y se desnutrían, buscaron cuáles eran los principales factores que intervenían en él, averiguando la causa específica y las alteraciones funcionales que se derivan de los tratamientos o la propia enfermedad.

«Para ello, se evaluó el tipo de alimentación ingerida, el estado nutricional, las alteraciones mecánicas intestinales y las funcionales, incluyendo bacterias intestinales, situación de la dentición, muestreo bacteriano oral e higiene bucal.  Los trastornos en el sabor dependen mucho de los tratamientos y de las patologías previas del paciente, de forma que el proyecto puede tener muchas vertientes».

«Los trastornos en el sabor dependen mucho de los tratamientos y de las patologías previas del paciente, de forma que el proyecto puede tener muchas vertientes.»

Con el objeto de tener una solución rápida contactaron con chefs que elaboraron platos con los nutrientes específicos y sin interacción con los fármacos habituales. Así, adaptaban los alimentos y la elaboración culinaria, algunos de ellos más especiados y otros con métodos de cocinado diferentes que no provocaran olores intensos (frituras, rebozados, etc.). A continuación añadían, algunos probióticos específicos que que a su vez contribuían a mejorar los sabores y evaluaban el resultado. 

«Al evaluar el resultado, fue espectacular, ya que con las diferentes elaboraciones culinarias fueron capaces de percibir sabor. No debemos olvidar que, en algunos casos, los pacientes no recuperan el sabor de la comida inmediatamente después de finalizar el tratamiento e incluso, en ocasiones, pueden quedar secuelas por meses. Por eso, con esta iniciativa queremos aunar la experiencia de todos los implicados para mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer».

Otro asunto que han podido analizar en aquellos pacientes evaluados es que han conseguido mejorar el sabor y olor, «es cómo ha repercutido sobre la propia enfermedad y las respuestas que han tenido a la desnutrición que nos encontrábamos en muchos casos, y que hemos visto que ha disminuido».


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