El cierre del gobierno de los Estados Unidos tiene un impacto limitado en los mercados, aunque a menudo provoca volatilidad, según los analistas. El shutdown o cierre del gobierno es cada vez más probable a medida que nos acercamos al uno de octubre si la administración es incapaz de pasar las facturas que financian sus operaciones antes de que empiece el nuevo año fiscal.
En concreto, el Congreso estadounidense tendría que pasar 12 facturas separadas para financiar las agencias federales antes del 30 de septiembre. Sin embargo, los legisladores dudan sobre una larga serie de cosas, incluyendo propuestas para nuevos recortes de gastos o la expansión de los créditos a niños.
La Administración Biden ha pedido al Congreso que pase una resolución continua que mantendría las operaciones en marcha temporalmente al mismo nivel que en el año fiscal previo. Sin embargo, si finalmente se llega al shutdown, podría suponer impagos a los empleados federales e interrupciones en los programas de alimentos o asistencia a los niños.
HA HABIDO 20 CIERRES CON UNA DURACIÓN MEDIA DE OCHO DÍAS
Según recuerdan el estratega jefe de Truist,Keith Lerner, y la analista jefe de Truist, Shelly Simpson, desde 1976 ha habido 20 eventos de este tipo con una duración media de ocho días, siendo la más larga la más reciente al durar 34 días.
Las acciones han subido la mitad de las veces durante un shutdown y se han mantenido planas de media sobre todos los periodos.
“Este tipo de cierres tienden a ser eventos de perfil elevado aunque de bajo impacto en los mercados. Si bien la incertidumbre sobre estos sucesos tiende a elevar la angustia del inversor y añadir volatilidad a corto plazo en los mercados, la evidencia histórica sugiere un impacto de escasa duración”, señalan.
La evidencia histórica sugiere un impacto de escasa duración
“Dicho esto, seguimos anticipando que las acciones permanecerán en aguas turbulentas a corto plazo mientras que nos mantenemos en un periodo estacionalmente débil, seguimos consolidando las ganancias que llevamos en el año y carecemos de un catalizador obvio a corto plazo”.
ESTE EVENTO GENERA VOLATILIDAD
Por su parte, Brian Levitt, estratega de mercados globales de Invesco, reitera que “si bien un periodo prolongado de incertidumbre política típicamente eleva la volatilidad del mercado, los cierres anteriores se han resuelto rápidamente con un impacto mínimo o nulo en los mercados. Por ese motivo, tiene sentido ceñirse a un plan de inversiones a largo plazo”.
Mónica Guerra, analista de Morgan Stanley, confirma que los potenciales shutdown podrían provocar sólo unas pérdidas modestas en la economía, en base a los análisis históricas. Además, la volatilidad en la renta fija podría aumentar, pero dadas las elevadas rentabilidades, los bonos del Tesoro siguen siendo atractivos. En lo que respecta a la bolsa, podrían animarse los sectores de defensa y salud, que podrían vivir un rally durante el shutdown.
EFECTOS EN LA ECONOMÍA
Explican en Morgan Stanley que un shutdown podría provocar sólo pérdidas modestas en el Producto Interior Bruto (PIB). Durante el último cierre de 2018-2019 se quedaron sin cobrar unos 800.000 empleados públicos durante un mes. Sin embargo, el PIB bajó solo en 3.000 millones de dólares (equivalentes al 0,014% del PIB de 2018) el siguiente trimestre.
Echando la vista atrás, los 20 cierres anteriores que han tenido lugar desde 1976 parecen haber tenido un impacto limitado en la economía, con la inflación ajustada, o PIB real todavía creciendo de media un 2,2% durante los cierres.
estos eventos son temporales y han durado poco más de una semana
Aunque los inversores podrían preocuparse por las incertidumbres económicas y financieras, es clave notar que los shutdowns son temporales, y que han durado poco más de una semana. Además, las agencias públicas son las que primero cobran tan pronto como el presupuesto se aprueba.
IMPACTO EN LOS MERCADOS DE DEUDA Y LAS BOLSAS
Por otro lado, un evento de este tipo podría provocar una cierta inestabilidad en los precios de los bonos, aunque tal turbulencia no está garantizada. El índice MOVE que mide la volatilidad del mercado de bonos, subió un 3,8% durante el cierre de 1990 y un 7,2% en el de 1995-1996. Sin embargo, la volatilidad bajó un 12,6% y un 14,8% durante los cierres de 2013 y 2018-2019, respectivamente.
Dadas las elevadas rentabilidades de hoy, en Morgan Stanley piensan que los activos del Tesoro siguen siendo atractivos y animarían a los inversores más sensibles al riesgo a elevar su exposición a ellos. De media durante los cierres desde 1976, la rentabilidad del bono a diez años ha caído un 0,59% mientras que su precio ha repuntado, lo que sugiere que los inversores prefieren el activo seguro durante estos periodos de incertidumbre. Además, la administración todavía puede pagar a los bonistas durante los cierres, por lo que los pagos de los cupones no estarían en peligro.
El índice S&P 500 ha ganado una media del 4,4% durante esos cierres anteriores
Por último, en lo que respecta a los mercados bursátiles, los shutdown tienen un impacto mínimo sobre la bolsa, con el índice S&P 500 ganando una media del 4,4% durante esas fechas, probablemente debido a otros factores en juego.
Desde Morgan Stanley recomiendan buscar oportunidades en los sectores de defensa y salud porque son muy dependientes de los contratos públicos. Con estos sectores, que actualmente están haciéndolo peor que el S&P 500, la posibilidad de un shutdown podría presentarse como una atractiva oportunidad de compra.
Durante los cierres desde 1995, el sector defensa ganó un 5,2% y el tradicionalmente defensivo de salud avanzó un 2,3%, frente al 3% del S&P 500. Más allá del riesgo, otros factores contribuyen a esta percepción como son a largo plazo, que el gasto público impulse a ambos. Por ejemplo, las tensiones geopolíticas podrían elevar el gasto en defensa y ciberseguridad, mientras que las farmacéuticas podrían beneficiarse de la expansión del Affordable Care Act y el apoyo federal a Medicare.