El cambio climático ha superado a la tecnología como uno de los riesgos principales para las aseguradoras, según se desprende de la edición 2023 del informe ‘Banana Skins’, elaborado por PwC y el Centro de Estudios para la Innovación Financiera (CSFI) a partir de la opinión de 589 directivos de la industria aseguradora.
En concreto, en la edición anterior del informe, en 2021, los cinco riesgos para los directivos, por orden de importancia eran la ciberseguridad, la regulación, la tecnología, el cambio climático y los tipos de interés. En el informe de este año se mantienen la ciberseguridad y la regulación como principales riesgos, mientras que en tercera posición se sitúa el cambio climático; en cuarta, la tecnología; y en quinta posición, el talento.
«Una vez estabilizado el entorno macroeconómico, la agenda de los consejos de administración de las empresas aseguradoras estará marcada, sin lugar a dudas, por la respuesta a las amenazas derivadas de la innovación tecnológica –donde la inteligencia artificial será disruptiva–, la seguridad y la obsolescencia, y por los efectos del cambio climático, a los que se suma una avalancha regulatoria en estas cuestiones», ha subrayado el socio responsable de Seguros de PwC, Pedro Díaz-Lorente.
Según la firma de servicios profesionales, la elección del cibercrimen como principal amenaza refleja la preocupación generalizada entre los directivos del sector por el impacto que los ciberataques pueden tener en las operaciones y en la continuidad de sus negocios, en relación con el robo de datos sensibles de clientes y con la reputación de sus compañías.
En este sentido, los directivos encuestados han expresado su preocupación por el desarrollo de ataques «más sofisticados» mediante el uso de Inteligencia Artificial y el «alto coste» que supone para las compañías responder a ellos.
Entre los riesgos regulatorios a futuros, las empresas aseguradoras destacan el Reglamento de Resiliencia Operativa Digital (DORA), y la futura Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), cuyo cumplimiento requiere de una inversión y dedicación de recursos que preocupa a los directivos. Estos consideran que podría afectar a la capacidad de innovación, de desarrollo de nuevos productos y, en definitiva, a la competitividad de sus empresas.
Respecto al cambio climático, preocupa el aumento y severidad de los desastres naturales. Asimismo, también es fuente de preocupación los riesgos de transicionar hacia una economía baja en carbono y los efectos que esto puede tener en la valoración de activos.
El informe de PwC también incluye la percepción de los directivos de cómo de preparados están para afrontar los riesgos. En una escala de 1 (poco) a 5 (bien preparado), la respuesta media de los entrevistados fue de 3,20 puntos, por debajo de los 3,22 registrados en 2021. Para PwC, esto sugiere un ligero deterioro de la confianza que tienen las compañías de la industria para hacer frente a los desafíos que vienen.