Te proponemos un sencillo ejercicio: repasa tus gastos mensuales y fíjate en la cantidad de dinero que dedicas a comprar ropa. Es más elevada de lo que te gustaría, ¿verdad? La ropa ya no dura como antes, pero también es nuestra responsabilidad por no saber preservarla, o castigarla con constantes lavados. Para conseguir que ahorres y darte un vestuario más resistente, te ofrecemos una serie de consejos que te permitirán tener prendas mucho más duraderas. ¡Toma nota!
1EL PROBLEMA DE LA DURABILIDAD DE LA ROPA
Las prendas de vestir, en su diversidad de formas, estilos y tejidos, a menudo muestran una tendencia a desgastarse antes de tiempo, lo que resulta en la necesidad constante de reemplazarlas. Ningún tipo de ropa se libra; por ejemplo las camisetas, a pesar de su simplicidad, a menudo se ven afectadas por el desgaste en las costuras y la pérdida de color debido a múltiples lavados.
En el caso de los vaqueros, la tela de mezclilla puede perder su elasticidad y tono con el tiempo, mientras que las prendas de punto pueden deformarse fácilmente. Los trajes elaborados con tejidos delicados, como la seda o el encaje, también enfrentan un desafío considerable en términos de durabilidad debido a que son fáciles de desgarrarse, y al deterioro por el uso continuo. Todo esto no solo genera un impacto económico, sino también ambiental, al contribuir al exceso de residuos textiles.