Ubicado en la ciudad de Segovia, en el noroeste de la península ibérica, el Acueducto de Segovia, construido por los ingenieros romanos durante el siglo I d.c., resulta uno de los principales símbolos de la región. El acueducto ha sido testigo del paso del tiempo que, a pesar de los siglos transcurridos, aún se mantiene en perfecto estado, siendo un monumento excepcional, una muestra de la antigua ingeniería romana que aún hoy en día sigue ejerciendo su magia sobre los visitantes.
Situado a tan solo 50 km de Madrid, el acueducto de Segovia expone una nostalgia imperial caracterizada por los decorativos arcos y las sólidas piedras de sillería con las que fue construido, los cuales se encuentran en equilibrio de forma tal que soportan el peso entre sí, manteniéndose por el amor de la majestuosa grandeza de los ingenieros romanos. Esta maravilla de la construcción, de fraguado artístico, es una de las principales atracciones turísticas de España, consolidándose como símbolo de identidad y orgullo de la comunidad.
1Historia
La construcción del acueducto fue iniciada bajo mandato del mecenas Quiriano en el año 30 d.c., el cual, había recibido el encargo por el emperador romano Augusto para brindar agua limpia para la ciudad de Segovia. Esta primera edificación fue construida utilizando el método de sillares de cantería –una técnica para el corte de las piedras–, cuyos elementos terminaron por hacerse famosos, ya que gracias a la resistencia de los materiales y la rigidez de las estructuras, el acueducto aún se mantiene de pie, por lo cual, muchos de los elementos de la misma permiten seguir preservando la autenticidad, cultural y arquitectónica, de la que proviene y sus técnicas utilizadas.
A lo largo de los siglos, en la ciudad de Segovia ha existido la conciencia de preservar el acueducto, y con el paso del tiempo, se han realizado trabajos de mantenimiento para así mantener la estructura vigente como uno de los principales patrimonios históricos tanto de la ciudad como del territorio castellano. Es así como el acueducto ha pasado de ser un elemento que primeramente buscaba satisfacer las necesidades del pueblo a convertirse en un símbolo que los une a su pasado.