En 2023, solo en España, se asistirá al diagnóstico de alrededor de 27.000 cánceres hematológicos, según la Red Española de Registros de Cáncer. Un dato con un fuerte impacto emocional y social que se ve recrudecido cuando entran en juego variables como las dificultades de los pacientes para acceder a tratamientos innovadores y eficaces.
España se encuentra a la cola en cuanto al acceso a tratamientos disruptivos, como las CAR-T, para determinados cánceres de la sangre. Según el último informe anual ‘Indicadores de acceso a terapias innovadoras en Europa (W.A.I.T. Indicator)’, publicado el pasado mes de mayo, España ha empeorado su situación en los rankings europeos de acceso a los medicamentos.
Mientras que las novedades oncológicas disponibles en Alemania son del 98%, del 83% en Italia y el 76% en Inglaterra, las autoridades españolas no financian ni seis de cada diez nuevos medicamentos contra el cáncer validados por la EMA.
Actualmente, desde que un fármaco es autorizado por la UE y se incorpora al SNS, transcurren una media de 629 días (aumentando en más de 110 respecto al año anterior), lo que sobrepasa, con creces, lo establecido por la legislación, fijado en 180 días. Se trata de una cifra que coloca a España como el séptimo país europeo que más tarda en aprobar la financiación pública de los medicamentos. “Hay países como Alemania, por ejemplo, que a lo mejor pueden ser 100 días lo que tarda un medicamento en ser aprobado, mientras que en España vamos empeorando, con un retraso de hasta 2 años, lo que es condenar a muerte a la persona que tiene el cáncer.
Pero hay más problemas”, señala Begoña Barragán, presidenta de la Asociación Española de afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), quien puntualiza que “la Agencia Europea del Medicamento aprueba un fármaco oncológico para determinadas indicaciones y en España se aprueban algunas de esas indicaciones, pero otras no. Si, como paciente, te toca un tipo de cáncer que no está recogido en la aprobación, aunque esté en Europa, no tienes acceso. Estás condenado. Otro problema importante que se plantea es que muchos de los fármacos oncológicos que se aprueban en España no se financian. Hay un mandato europeo que dice que todo el fármaco que aprueba la EMA debe estar disponible en los países. Pues en España se aprueba que esté disponible y que se pueda comercializar, pero no lo financia nuestro Sistema Nacional de Salud. Y esto es relevante porque estamos hablando de fármacos que son muy caros y a los que no tenemos acceso la mayoría de las personas”.
Una situación que también explica Teresa Regueiro López, presidenta y fundadora de la Comunidad Española de Pacientes con Mieloma Múltiple (CEMMP). “Es muy fácil explicar las cosas cuando le pasan a muchísima gente y muy difícil cuando le pasan a solo una persona. La COVID fue terrible, pero fue terrible para todos. Cambió la vida de todo el mundo y cambió un montón de cosas. Pero el cáncer cambia la vida individualmente. Impacta uno a uno y a su entorno. Por eso, tenemos que reivindicar que las cosas cambien.
Tenemos que reivindicar ese acceso de alguna manera. Hablan de la sostenibilidad del sistema, pero esa sostenibilidad la tienen que llevar a cabo los técnicos del sistema y no nosotros, los pacientes. Nosotros queremos vivir. Que se incrementen los presupuestos, que en España son infinitamente inferiores a los de otros países. Cuando aprueba la EMA un fármaco, éste ya está a disposición de todo el territorio nacional en Alemania, por ejemplo. ¿Y por qué aquí no?”, señala.
Según el doctor Joaquín Martínez, jefe de servicio de Hematología del Hospital Universitario 12 de Octubre, “estamos muy retrasados en cuanto a acceso y financiación respecto a la mayoría de los países de Europa. Actualmente, hay cinco nuevas indicaciones de terapias CAR-T aprobadas por la EMA que no tenemos acceso en España. Alguna de ellas, llevan más de tres años en trámites de financiación, suponiendo un retraso que consideramos inamisible. Estamos perdiendo a muchos pacientes por culpa de esta situación”.
Consideran necesario impulsar medidas que faciliten el acceso a los tratamientos en cáncer y a la innovación en España, como pueden ser la armonización de los criterios de financiación y evaluación de los medicamentos, la agilización de los procesos de autorización y registro, la promoción de la participación de los pacientes en la toma de decisiones, y el fomento de la colaboración entre los agentes implicados en el ámbito oncológico. “Necesitamos un adecuado funcionamiento del Ministerio de Sanidad en cuanto a la aprobación de nuevas terapias. Se deberían cambiar estos procesos lentos e ineficientes para facilitar el acceso a estas nuevas terapias”, expone el doctor Joaquín Martínez.
“Tenemos unos ejes claros de actuación: lograr que se cumpla ese máximo de 180 días, que los fármacos no se aprueben con restricciones respecto a la ficha técnica aprobada por Europa y que se financien los fármacos oncológicos, que cada vez se aprueban más sin financiación. Además de la equidad, que todos los pacientes en España tengamos acceso independientemente del lugar que vivamos”, concluye Begoña Barragán.