Averigua qué estación de Metro de Madrid crece sobre un cementerio

Ocho estaciones y cuatro kilómetros. Así era la primera línea de Metro de Madrid, inaugurada el 17 de octubre de 1919 entre las paradas de Cuatro Caminos y Sol. Más de cien años después, el suburbano llega a un total de doce municipios de Madrid en los que más de 657 millones de viajeros de nuestra región tiene una boca de Metro a unos metros de su hogar.

Con más de 300 estaciones y unos 250 kilómetros de extensión, Metro de Madrid es la tercera red europea en número de kilómetros, solo por detrás de Londres y Moscú. Entre todas sus líneas hay una que destaca por sus curiosas historias y leyendas. Se trata de Tirso de Molina, la cual supuso toda una sorpresa para los trabajadores que comenzaron a construirla en el año 1919.

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Los misteriosos secretos de la estación de Tirso de Molina en Madrid

Tirso de Molina es una estación de la línea 1 de Metro, situada bajo la plaza del mismo nombre en el distrito Centro de Madrid. Para conocer la peculiar historia de esta estación, debemos echar la vista atrás hasta la inauguración de la línea en la que se encuentra ubicada.

La línea 1 del Metro de Madrid es la más antigua de toda España. Habiendo cumplido ya un siglo de vida, este primer tramo del suburbano comenzó a funcionar el 17 de octubre de 1919. Su inauguración fue tan importante que incluso contó con el rey Alfonso XIII como testigo.

Su longitud por aquel entonces era de casi tres kilómetros y medio, contando con un total de ocho estaciones: Cuatro Caminos, Ríos Rosas, Martínez Campos, Chamberí, Glorieta de Bilbao, Hospicio, Red de San Luis y Puerta del Sol. Este recorrido podía completarse en apenas diez minutos, algo casi impensable para aquellos años de comienzos del siglo XX, en los que al tranvía le llevaba casi el triple de tiempo hacer este mismo viaje.

La línea original salía de la Glorieta de Cuatro Caminos, pasando bajo las calles de Santa Engracia, Luchana, Fuencarral y Montera, hasta llegar a la Puerta del Sol. No fue hasta diciembre de 1921 cuando comenzó su primer proyecto de ampliación, inaugurándose un nuevo tramo que prolongaba la línea 1 hasta el sur de la Puerta del Sol, pasando bajo las calles de la Magdalena y Atocha hasta la estación de Mediodía (actual estación de Atocha).

Dos años después, en 1923, se prolongó hasta la Avenida Ciudad de Barcelona, hasta el Puente de Vallecas. En febrero de 1961 contó con otras dos nuevas estaciones, desde Bravo Murillo hasta Plaza de Castilla. Pero no fue hasta 1988 cuando la línea 1 mejoró enormemente sus conexiones llegando a conectarse con otros medios de transporte, mediante la apertura de la estación Atocha-Renfe, la cual se comunicaba con Cercanías y la estación de Puerta de Atocha.

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Raquel Sanchez
Raquel Sanchez
Periodista y redactora especializada en cine y televisión.