Tesla ha subido en Bolsa un 10% desde que anunciara este mes de julio que ya había desarrollado Dojo, el superordenador capaz de entrenar mediante Inteligencia Artificial y Machine Learning sus coches autónomos, y sus acciones podrían llegar a subir hasta el 60% en el próximo año, según el analista de Morgan Stanley. El dueño de X, Elon Musk, adelantó que invertirá 1.000 millones de dólares (930 millones de euros) en la potente IA esta año. La tecnología de Dojo podrá aplicarse a otros muchos sectores además de la automoción. Las fábricas, los robots humanoides o las decisiones de los altos ejecutivos pueden llegar a ser decisiones autónomas que tome este tipo de supercomputadora y su modelo de IA.
El cine nos lo adelantó en 1969 con la toma de decisiones la computadora Hal 9000 saltándose los mandatos humanos en «2002: Una odisea del espacio«, en 1983 con «Juegos de guerra» o en 1984 con «Terminator«. Nada le impide a Dojo que, una vez operativo en 2024, pueda utilizar su tecnología y capacidad de procesamiento para entrenar robot humanoides como Optimus, también desarrollado por Tesla, cuya producción Musk pretendió priorizar al final de la pandemia para «paliar la falta de mano de obra en el mundo.
Las fábricas, los robots humanoides o las decisiones de los altos ejecutivos pueden llegar a ser decisiones autónomas que tome este tipo de supercomputadora y su modelo de IA
Si a un Dojo específico se le dota de datos y aprendizaje de todos los movimientos bursátiles, bancarios y empresariales del mundo, su inmensa capacidad analítica y resolutiva puede convertirlo en el perfecto Consejo de Administración de cualquier compañía.
El trabajo de los altos ejecutivos está tan expuesto y en la picota, como lo está el de humanos de sectores como la conducción de vehículos, el software para empresas, las finanzas, la educación, la manufactura de cualquier tipo y, cómo no, la cultura y la información periodística. Esta cuarta revolución industrial ya está teniendo disruptivos y gravísimos efectos en el trabajo de los seres humanos, que necesitarán en muchos casos toda una generación para cambiar su rumbo formativo y laboral hacia esos nuevos puestos de trabajo que las máquinas no podrán hacer como, por ejemplo, controlarlas.
DESPIDOS POR LA IA
La prestigiosa publicación de tecnología Gizmodo en España ha despedido a principios de este septiembre a todos sus redactores y redactoras, porque el contenido va a ser «escrito» a partir de ahora por una Inteligencia Artificial. Es un nuevo caso de sustitución de mentes y manos humanas por una máquina, que se está poniendo de moda entre los directivos de empresas sin empatía, porque ven aumentar su rentabilidad sin afrontar gastos laborales.
Gizmodo ha mandado a la calle mediante una videollamada a todas las personas de su división española y será la IA quien traduzca los contenidos de manera automatizada. Esto ya se veía venir desde 2020, cuando el portal de noticias de Microsoft, MSN, en nuestro país despidió a 15 redactores y redactoras en 2020, en plena pandemia de la Covid 19, sin despeinarse. Hay muchos más medios de comunicación que han despedido redactores para utilizar una IA generativa, como es el caso de CNET, y luego han visto como tenían que corregir textos llenos de plagios, tal y como publica 3djuegos.com.
Gizmodo ha mandado a la calle mediante videollamada a toda su redacción española y será la IA la que traduzca los contenidos de manera automatizada
La mecanización afecta a los puestos de conductores profesionales, a trabajos periodísticos, otros relacionados con la comunicación y la atención al cliente, muchos administrativos e infinidad de tecnológicos. Según recoge el Roger Lee, a través de su proyecto layoffs.fyi, que rastrea todos los despidos tecnológicos desde COVID-19 a este septiembre, ya se han despedido a 234.730 empleados solo de empresas tecnológicas en todo el mundo, y buena parte de culpa la tiene la Inteligencia Artificial.
En este último año, el portal de empleo creativo Domestika prescindió de 89 personas por aplicar la IA y ChatGPT a la gestión de la plataforma. Ha habido despidos en Google, Meta, Microsoft, Netflix, Amazon y en la tecnológica IBM, que se planteó en mayo sustituir 8.000 trabajadores por herramientas de IA.
Tal y como publicó a través de Linkedin el analista económico y consultor en transformación digital Marc Vidal, «esto ya ha empezado. Nadie está teniendo en cuenta algo que ya avisamos hace tiempo. La crisis laboral que se acerca será de dimensiones desconocidas. Este es un simple ejemplo. Nadie se preocupa por esto, como si no fuera a pasar nunca. A cada minuto que pasa sin atender este asunto más se aleja el poder aprovecharlo estratégicamente y acercarse al desastre que supondrá».
Sin embargo, otro experto en Innovación y Economía Social, Carlos Jiménez Cabrera, afirma a través del mismo portal de empleo que «la IA no te va a quitar tu trabajo, te lo quitará la persona que sepa usar la IA para desarrollar mejor tu trabajo. Esta tecnología puede automatizar muchas tareas y procesos que antes realizaban los humanos y según un reciente informe de la consultora Goldman Sachs, están en la picota 300 millones de empleos en todo el mundo.
LOS EMPLEOS QUE ENTRAN, POR LOS QUE SALEN
No obstante, las tecnológicas y muchos analistas insisten en que no hay que preocuparse, porque la misma tecnología disruptiva por la que se despide va a genera una similar cantidad de empleos en torno a ella y sus nuevas industrias. Con su utilización las empresas mejorarán la productividad y los procesos, pero se espera que una vez pase el boom inicial se emplee para complementar las capacidades humanas. Eso será posible en muchos casos en los que la labor a realizar requiere parámetros de inteligencia emocional, por ejemplo.
El mismo informe de Goldman Sachs afirma que los empleos desplazados por la automatización históricamente se han visto compensados por la creación de nuevos empleos, «y el surgimiento de nuevas ocupaciones a raíz de las innovaciones tecnológicas representa la gran mayoría del crecimiento del empleo a largo plazo». Ya el Foro Económico Mundial indicó en un informe de 2020 que la fuerza laboral se estaba automatizando más rápido de lo esperado, que desplazaría a 85 millones de puestos de trabajo para 2025, y que «la revolución robótica creará 97 millones de nuevos empleos«.
Esperemos que así sea, y que la idea de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de crear un organismo internacional sobre la inteligencia artificial, que se ocupe de estudiar y prevenir sus peligros y bondades, similar a otros como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, salga adelante.
En la recientemente celebrada cumbre del G20, Von der Leyen dijo que «la pregunta crucial es cómo poner arreos a una tecnología que cambia tan rápidamente. Es muy elocuente que incluso los creadores e inventores de la IA están pidiendo regulaciones a los líderes políticos«, para justificar la creación de ese organismo que generaría informes y conseguiría consensos, con el fin de poner a salvo a los seres humanos de cualquier desastre que la inteligencia de las máquinas nos pueda provocar.