Cuando termina agosto también finaliza el año agrario, mientras que el inicio de septiembre significa la llegada de una nueva temporada. Estamos ante una situación en la que el sector agrario señala que están en una situación que muchos agricultores califican como ruinosa. La clave es la gran subida de los costes de producción, superior al 35% en 2022, la caída de la productividad por efecto de la sequía y unos precios en origen que en ningún momento les garantiza a los agricultores cubrir los costes de producción.
El cambio climático de la mano de la sequía, la guerra de la Ucrania y la crisis inflacionaria han terminado por perjudicar de manera completa al sector agrario. Los agricultores y los ganaderos de toda España concentrarán el martes 5 de septiembre ante los ministros de la Unión Europea que se reunirán ese mismo día en Córdoba. Será un acto de protesta contra los continuos ataques y la falta de ayudas que recibe el sector y para pedir el impulso del uso de los recursos no convencionales de agua como la reutilización y la desalación.
EL SECTOR AGRARIO PIDE QUE SE GARANTICE UN SISTEMA ALIMENTARIO
Las organizaciones agrarias, ASAJA, COAG y UPA, junto con las cooperativas agro-alimentarias se manifiestan así ante lo que estiman es una situación de indefensión que sufre el sector agrario, que se ve amenazado por las políticas de la Unión Europea, y la creciente competencia desleal de terceros países. Sin dejar de lado el encarecimiento de los costes de producción, la sequía y la falta de rentabilidad de las explotaciones, las organizaciones del sector que hacen esta convocatoria exigen unas «soluciones políticas coherentes en materia de cambio climático, seguridad alimentaria y protección del tejido productivo nacional y europeo».
UNA SITUACIÓN ‘RUINOSA’ COMO CONSECUENCIA DE LA DISPARATADA SUBIDA DE LOS COSTS DE PRODUCCIÓN
El campo español reclama un trato igualitario para las producciones europeas y las de terceros países. Desde COAG consideran«fundamental intensificar los controles en frontera para garantizar la entrada de alimentos producidos bajo las mismas exigencias fitosanitarias, laborales y de calidad a las que están obligados los productores europeos». En este sentido, los acuerdos de libre comercio de la Unión Europea utilizan de forma sistemática el sector agrario como moneda de cambio, obligando así a que cierren miles de explotaciones agrícolas y ganaderas de Europa.
Asimismo, las organizaciones agrarias resaltan que, en estos momentos «existe una situación ruinosa» para todos los sectores productivos del país debido a los altos costes de los inputs necesarios para producir, la falta de mano de obra, mayores requisitos laborales, la falta de reciprocidad con las importaciones y una ley de la Cadena Alimentaria que, pese a suponer una carga administrativa insoportable al sector, no soluciona los problemas al no contar con recursos suficientes para garantizar unos precios que cubran los costes de producción.
EL IMPACTO DE LA SEQUÍA EN EL SUMINISTRO DE ALIMENTOS Y BEBIDAS
En este marco, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) alerta de la grave situación provocada por la escasez de precipitaciones que, junto a las altas temperaturas registradas en las últimas semanas y una situación de sequía hidrológica en amplias zonas de España, está teniendo un fuerte impacto en la agricultura y la ganadería y, por tanto, en la industria elaborada de alimentos.
A todo esto, hay que añadir que, en Bruselas se aprobó una reforma de la PAC desenfocada y fuera de la realidad que exige más con menos recursos, que ha incrementado la burocracia de forma «brutal» y que exige nuevas obligaciones sin rigor científico que conllevan mayores costes y menores producciones.
«Es imprescindible que la industria de la alimentación y bebidas reciba un tratamiento especial en estas circunstancias tan graves y que tenga un acceso preferente al agua para poder garantizar un suministro estable y seguro de alimentos y bebidas», añade el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo. La Federación advierte que la situación puede provocar escasez de productos y pide un nuevo Plan Hidrológico Nacional (PHN), así como planes de inversión en infraestructuras de almacenamiento y de riego.