Unas 420.000 personas mueren al año en el mundo por culpa de los alimentos contaminados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un gravísimo problema, el de la seguridad alimentaria, a cuya solución quiere contribuir la tarraconense IMICROQ. La empresa ha captado 1,2 millones de euros de fondos europeos para desarrollar un dispositivo capaz de detectar los patógenos de los alimentos en menos de 24 horas.
Creada en 2010 y actualmente con 20 trabajadores, IMICROQ es una spin-off de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona. La empresa espera comenzar las pruebas piloto de la plataforma -la primera que agrupa diferentes tests para detectar patógenos, bacterias, virus, alérgenos o micotoxinas en los alimentos- el próximo año.
IMICROQ cuenta con distribuidores en diferentes países de Europa, Asia, África y América del Sur y su objetivo es ahora incrementar su presencia internacional en estos mercados. El dispositivo en el que trabaja, automatiza los diferentes tests para identificar más rápidamente los patógenos presentes en los alimentos.
INDUSTRIA ALIMENTARIA
Según explican desde la Generalitat de Cataluña, la solución, que se dirige a empresas de la industria alimentaria y laboratorios de control de calidad, permite detectar en solo 24 horas la presencia de bacterias que afectan a la salud humana. En el caso de los virus o alérgenos, estos se identificarían en cuestión de minutos.
La solución de IMICROQ automatiza el análisis de alimentos para facilitar la identificación de sustancias que supongan un riesgo para los humanos y evitar que provoquen infecciones o enfermedades. La plataforma integra en un único equipo diferentes tipologías de ensayos para detectar agentes infecciosos o patogénicos como las bacterias de la salmonela o la listeria, o virus, además de alérgenos como el gluten o los frutos secos.
Además, el dispositivo, que se puede utilizar en las instalaciones de las empresas, incluye tests de ADN para identificar la especie de las bacterias e inmunoensayos, entre otros, que analizan muestras de alimentos, de agua, de polvo, ambientales o heces animales.
RIESGO PARA LA SALUD
Lo que se pretende es identificar riesgos para la salud humana en diferentes puntos de la cadena alimentaria. Según el responsable de calidad de IMICROQ, Diego Bejarano, “las enfermedades transmitidas por alimentos provocan 420.000 muertes cada año, mientras que las infecciosas suponen un 16,2% del total de muertes en el mundo y por ello, detectar los agentes infecciosos de manera rápida y fiable es una cuestión de seguridad pública”.
La empresa sigue trabajando en el desarrollo de la plataforma para ofrecer más aplicaciones e incorporar otras tipologías de tests. “Si detectamos la presencia de la salmonela en una granja, por ejemplo, podemos actuar antes de que llegue a afectar a los alimentos o, incluso, detener la venta de un producto potencialmente contaminado antes de que llegue al supermercado”, explica Bejarano.
Este proceso se realiza en un “tiempo inferior al que ofrecen los métodos utilizados hasta ahora y de manera más económica para que agrupan diferentes tests en un solo equipo”.
AHORRO DE COSTES
Otra ventaja, destaca Bejarano, es que con la integración de los diferentes ensayos en un solo dispositivo automatizado, se facilita la reducción de la inversión necesaria para estos análisis, el espacio de trabajo que se necesita en el laboratorio y el tiempo de dedicación de personal, que hasta ahora las realizaba manualmente o mediante equipos de coste elevado.
Lo que se pretende, añade el responsable de calidad de IMICROQ, es “concienciar a las empresas para que incrementen este tipo de estudios en sus productos y mejorar la salud alimentaria”. La empresa tarraconense ha contado con el apoyo de ACCIÓN -la agencia para la competitividad de la empresa, dependiente del Departamento de Empresa y Conocimiento-, para acceder a los 1,2 millones de euros de ayuda del SME Instrumento de la Comisión Europea que les permitirá mejorar este dispositivo, que la empresa creó en 2013, informan desde la Generalitat.