En el fascinante mundo de los alimentos, la conciencia del consumidor se ha vuelto cada vez más aguda, atendiendo a diversos criterios nutricionales. Desde la preferencia por lo natural hasta el respeto por las prácticas éticas, cada vez más personas buscan comprender de dónde provienen sus alimentos y cómo se producen. En este contexto, los huevos
no son una excepción. ¿Alguna vez te has preguntado cuál es la historia detrás del huevo que te dispones a disfrutar? Pues bien, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos ha dado algunos consejos y referencias, y a continuación, te presentamos una guía esencial sobre los huevos de gallina según su cría y origen.
La clave para desentrañar este misterio se encuentra precisamente en la propia cáscara del huevo, y en una serie de números aquí estampados. Estos números revelan el tipo de cría que ha experimentado la gallina que lo puso, brindándote una visión única de la vida de estas aves antes de que llegue a tu mesa. Pero, ¿Qué hay detrás de cada uno de estos sistemas de cría? ¿Qué características distinguen a los huevos de gallinas criadas en jaula, en el suelo, en libertad o bajo estándares ecológicos? ¿Cómo saber cuál es mejor a la hora de consumir? A continuación, tratamos de responder a algunas de estas preguntas de la forma más eficiente y segura para el consumidor.
LA NUMEROLOGÍA DE LOS HUEVOS
En esencia, el primer número que encuentras en la cáscara del huevo puede ser 0, 1, 2 o 3. Cada número se relaciona con el sistema de cría empleado para la gallina que lo produjo.
Por ejemplo, en el caso del número 3, se trata de gallinas criadas en jaula. Desde 2012, las jaulas utilizadas para criar gallinas deben cumplir con ciertas condiciones. Cada gallina debe tener un mínimo de 2000 cm² de espacio, un nido y un área para picotear y escarbar. Aunque la superficie mínima utilizable por cada animal es de 600 cm², la densidad puede alcanzar 16.7 gallinas por metro cuadrado. Si bien esta opción garantiza ciertas comodidades, como un espacio mínimo por gallina, no permite que las aves se muevan libremente.
El número 2 hace referencia a las gallinas criadas en el suelo. En este caso, las gallinas no se encuentran en jaulas, pero tampoco tienen acceso al aire libre. Estas aves vagan en graneros de planta abierta con pisos cubiertos, equipados con nidos y perchas. El espacio, sin embargo, es limitado, permitiendo hasta 9 gallinas por metro cuadrado. En ocasiones, se les recorta el pico para evitar agresiones entre ellas.
En el número 1 se identifican las gallinas camperas, en cuyo sistema las gallinas tienen acceso al aire libre durante todo el día. Pueden moverse libremente y disfrutar de la luz solar y la naturaleza. Este sistema favorece la comodidad y el bienestar de las aves.
Para concluir la referencia numérica, en el número 0 nos encontramos a las gallinas de producción ecológica. Estándar cuyo cumplimiento requiere condiciones específicas, como una densidad máxima de 6 gallinas por metro cuadrado dentro del gallinero y 4 metros cuadrados por cabeza en el espacio al aire libre. Además, al menos el 80% de su alimento debe provenir de la agricultura ecológica. Este sistema restringe el uso de medicamentos y prohíbe el corte de picos y el uso de ingredientes transgénicos.
¿QUÉ REVELA CADA NÚMERO?
La próxima vez que sostengas un huevo, recuerda que es fundamental prestar atención al número en su cáscara. Este número, establecido como un requisito desde enero de 2004, lleva consigo información valiosa para el consumidor.
Cuando llega el momento de elegir huevos, es vital tener en cuenta la diferenciación entre los criterios éticos de los científicos. Aunque no hay diferencias nutricionales entre los huevos de gallinas en jaula y los de gallinas camperas, es innegable que el sistema de cría influye en la calidad. La profesionalidad y el esfuerzo del operador de la explotación pueden mejorar o empeorar el proceso. Además, no todas las razas de gallinas son adecuadas para todos los sistemas de cría. Las razas autóctonas suelen ser más aptas para vivir al aire libre, pero lamentablemente, su pureza está en riesgo debido a la cría en jaulas.