En la actualidad, la infancia se ha convertido en una etapa de mucha mayor sensibilidad para los problemas de salud mental, y los profesionales que se especializan en el tratamiento de este tipo de patologías han comenzado a prestar más atención a este campo. Esta tendencia indica que desde una edad temprana el bienestar emocional de los pequeños puede ser mejorado para prevenir sufrimientos a futuro.
En este sentido, los cuidados de los padres y otros factores influenciables pueden tener un impacto importante, pero la práctica de ejercicio se erige como una herramienta efectiva para desarrollar de forma saludable esta área.