El crecimiento de las aerolíneas low cost ha sido un tanto ensombrecido por el de los trenes de alta velocidad. Las líneas aéreas de bajo coste han tenido una rápida recuperación tras la pandemia y, encabezados por Ryanair, se han vuelto una parte fundamental del ecosistema de la movilidad en España y el resto de Europa. Es una buena señal, sobre todo debido al nuevo rival ferroviario que tienen ahora en tierra.
LÍNEAS AÉREAS COMO RYANAIR
Las aerolíneas de bajo coste transportaron hacia España a 31,8 millones de pasajeros internacionales entre enero y julio de este año, lo que supone un 11,4% más y un aumento de 3,2 millones de turistas con respecto al mismo periodo de 2019, según los datos difundidos por Turespaña.
En los primeros siete meses de 2019 llegaron a España vía ‘low cost’ 28,5 millones de viajeros, lo que suponía un 52,6% del total de los 54,3 millones de pasajeros internacionales, mientras que este año la cifra es del 59,2% sobre el total de 53,49 millones de pasajeros.
En los primeros siete meses de 2019 llegaron a España vía ‘low cost’ 28,5 millones de viajeros
Por otro lado, las compañías tradicionales no superan las cifras prepandemia entre enero y julio, al situarse un 16% por debajo, es decir, con un poco más de cuatro millones de pasajeros menos. En cuanto a nacionalidades, el 31% de los turistas internacionales que llegaron en ‘low cost’ fueron británicos, con 9,8 millones, 400.000 más que en 2019. Alemania fue el segundo mercado en esta partida, con 3,9 millones, seguido de Italia (+22,9% vs 2019), Francia (+31%) o Países bajos (+10,8%).
En el caso de los aeropuertos más concurridos, Josep Tarradellas Barcelona-El Prat lidera la clasificación en pasajeros que recibe por aerolíneas de bajo coste, con 6,85 millones, un 0,9% por encima de 2019. Le siguen los aeródromos de Palma de Mallorca, con 4.555.195 (+29,5% respecto a 2019%); Málaga-Costa del Sol, con 3.814.393 (+13,5%); Alicante-Elche Miguel Hernández, con 3.343.882 (+7,7%); y Adolfo Suárez Madrid-Barajas, con 2.652.344 (-15%).
RYANAIR, LÍDER DEL MERCADO AÉREO LOW COST
Esta tendencia de aumento de pasajeros en las compañías de bajo coste está liderada por Ryanair, ya que, con datos de Aena del primer semestre de 2023, es la aerolínea que encabeza el ranking de tráfico de pasajeros desde y hacia los aeropuertos españoles, con un total de 27,7 millones de pasajeros, un 18% más que en 2019.
Además, Vueling repite en segundo lugar en esta clasificación con 21,2 millones de pasajeros, un 8,8% más que antes de la pandemia. Asimismo, otra ‘low cost’, Iberia Express, transportó a 5,8 millones de turistas internacionales (+20,8%).
53,4 MILLONES DE TURISTAS HASTA JULIO
En total, España recibió durante los siete primeros meses del año 53,49 millones de pasajeros procedentes de aeropuertos internacionales, lo que supone un 21,6% más que en 2022, pero un 1,5% inferior a la cifra de 2019.
En julio los pasajeros procedentes de aeropuertos internacionales que llegaron a España rozaron los 10,3 millones, un 11,5% más que en el mismo mes de 2022. En relación con el mejor dato histórico, de julio de 2019, la cifra de hoy es apenas un 1,62% menor.
CUIDANDO EL COMBUSTIBLE
Además de todo tanto Ryanair como Vueling, las principales low cost españolas, forman parte de la apuesta del sector para saltar al combustible SAF. Esto les permitirá limpiar sus emisiones de CO₂ y su imagen en esta área, un punto complicado en su competencia frontal con los trenes, que se presentan, empujados por instituciones estatales y por bruselas, como una forma de transporte mucho más limpia.
Esto es un paso importante para poder competir en las rutas donde ahora hay opciones en tierra a través de los trenes. Solo esto ya es suficiente para apostar por este nuevo combustible, sobre todo si en los próximos años quieren contar con el apoyo, sea político o económico, de Bruselas, para operar.
LOS PRECIOS DE RYANAIR Y OTRAS LOW COST PUEDEN SUBIR
Mientras tanto, la realidad es que una de las principales preocupaciones de la empresa, y de las demás aerolíneas es como mantener sus precios en un estándar competitivo. La inflación, y los manejos políticos del mercado del petróleo y demás combustibles, pueden obligarlos a subir precios más de lo que quisieran, y más de lo que los viajeros están dispuestos a pagar.
Esto ya apunta a un riesgo para las aerolíneas en plena recuperación. Esto no quiere decir que deba ser apocalíptico, para apocalipsis además ninguno se acercará a la pandemia, pero tampoco que puedan ignorar el riesgo. Lo cierto es que decisiones como la tomada recientemente por la OPEP demuestra que las empresas del sector aeronáutico también tienen que plantearse la transformación de sus combustibles como estrategia económica.