El verano es sinónimo de grandes viajes, aventuras y tiempo libre. Durante los meses de julio y agosto solemos organizar visitas a paraísos exóticos como Tailandia o Cancún, o bien optamos por destinos clásicos como París o Nueva York. Todo es válido con tal de aprovechar al máximo nuestras vacaciones.
No obstante, a veces se nos olvida que contamos con auténticas maravillas mucho más cerca de nosotros. Un buen ejemplo es el pueblo de Potes, situado en Cantabria, en el que encontramos bellos paisajes y múltiples opciones de ocio. Te invitamos a conocer este espectacular territorio.
1Potes, un paraíso natural en el norte de España
Una de las grandes virtudes de Potes es su excelente ubicación. Se trata de la capital del municipio homónimo, en Cantabria, en el centro de la comarca de Liébana, siendo además su pueblo más grande. Allí confluyen los ríos Deva y Quiviesa, lo que aporta a la zona un paisaje inigualable y buenas oportunidades de ocio acuático.
Además, Potes se encuentra en la confluencia de los cuatro valles que surcan la comarca y entre las sierras de Peña Sagra, Peña Labra y los Picos de Europa. Este entorno privilegiado lo convierte en una de las áreas más valoradas por su belleza e impresionantes vistas.
Declarado Bien de Interés Cultural desde 1983, Potes cuenta con una importante historia que traspasa los siglos. Fue el escenario de poderosas luchas medievales entre las casas de los Mendoza y los Manrique. Además, el pueblo estuvo vinculado a la Casa del Marqués de Santillana y a la del Infantado. Asimismo, durante el medievo el pueblo tuvo una enorme relevancia comercial.
Pero su belleza radica sobre todo en sus parajes naturales, pues está rodeado de colosales montañas y no se encuentra lejano a varias zonas de costa. Conocido como “la villa de los puentes”, destaca también por su entramado de puentes y torres, especialmente en su casco antiguo, que aportan al pueblo un destacable valor arquitectónico.
