Siempre hay una nueva «dieta milagro» que te dice cómo adelgazar y que finalmente resulta no ser efectiva, hacer efecto choque o incluso ser peligrosa para tu salud.
Para adelgazar tienes que tener en cuenta que debes ser CONSTANTE, realizar algún deporte o practicar ejercicio, tener unos hábitos de alimenticios y de vida saludables. Seguramente cuando leas esto dirás que es una tontería y que ya lo sabes, pero ¿realmente lo llevas a cabo?
¡¡NO USES PLATOS DE TAMAÑO INDUSTRIAL!!
Un truco es que cojas platos de tamaño mediano, la psicología a la hora de adelgazar es casi tan importante como lo que escojas a la hora de comer. Si ves un plato lleno de comida tu cerebro dirá que es un «festín», mientras que si echas esos mismos alimentos en una fuente para cuatro quedará ridículo y automáticamente pensarás que te vas a quedar con hambre.
Adelgazar bajando las calorías
Salpicar tus platos con un poco de verdura para sentir que estás comiendo sano no sirve, tienes que hacer que las verduras sean el plato principal y la carne o pescado el secundario. Es decir; NO DEBES OLVIDAR LAS PROTEÍNAS, GRASAS Y CARBOHIDRATOS, pero sí tienes que aumentar tu dosis diaria de fibra, vegetales bajos en calorías y ricos en agua, que te llenan y te aportan vitaminas y minerales necesarios para tu organismo.
¡¡No comas siempre las mismas verduras u hortalizas para no aburrirte, innova platos nuevos!!
Una forma sencilla de hacerlo es cambiando la guarnición de arroz o patatas, estas tienen un alto índice de calorías, por una ensalada, gazpacho, revueltos, tomates crudos o cremas.
En España tienes unos alimentos frescos que ya quisieran tener otros países. ¡Aprovéchalos!
Alimentos crudos
Cuando comes alimentos crudos aprovechas al máximo sus beneficios, te hartan más y no ensucias la cocina. La mayoría de verduras, frutos secos, frutas y algunos pescados no necesitan ninguna elaboración para ser un plato riquísimo, así que; ¿por qué no comerlos?
La ensalada de col con zanahoria y unas pasas o nueces derezado con un poco de vinagre de Módena, limón y unas gotitas de aceite es un plato muy nutritivo, que además en verano no se te hace pesado y puedes comer hasta saciarte.
Puede que no sepas que cuando cocinas algunos alimentos haces que liberen azúcar, cambien su sabor original y menguan en la sartén, por lo tanto, de lo que en crudo comerías 300 gramos, cocinado la misma proporción en el plato puede ser más de el doble.
No tomes batidos ni zumos
Si quieres adelgazar tienes que olvidar los zumos y batidos. Es mucho más saludable comer la fruta entera. Para hacerte un vaso de 250cl zumo de naranja necesitas alrededor de tres naranjas y te lo bebes en menos que canta un gallo, de echo sueles tardar más en hacerlo que en tomarlo y, seamos sinceros, limpiar el exprimidor no es nada divertido, pero, sin embargo, si te comes una naranja tardas más y te llena más con menos. Además de que estás comiendo también la pulpa.
No debes sustituir una porción de fruta por un vaso de zumo, y menos aún si es del embotellado, porque suele tener la misma azúcar que los refrescos y por lo tanto, estás aportando azúcares de más a tu organismo.
Otra cosa que no debes olvidar a la hora de comer fruta o alimentos crudos es LAVARLOS MUY BIEN, estos alimentos vienen directamente del campo o de las tiendas. Te curas en salud lavándolos un rato bajo el grifo. Si no la vas a consumir directamente tienes que guardarla en el frigorífico sin limpiar, para que se conserve mejor. d
Adelgazar no es compatible con el azúcar añadido
La bollería industrial tiene exceso de «azúcar», para llevar una dieta equilibrada sintiéndolo mucho tienes que olvidarte de comer bollos y dulces de las tiendas. No se trata de que veas una galleta y llores, puedes hacerlas tú mismo controlando el azúcar que le pones. Puede ser divertido y sabes exactamente qué estás metiendo en tu organismo.
Un truco para reducir la ingesta diaria de azúcar y por lo tanto bajar el consumo de calorías es dejar de echarle azúcar al café, tés, cereales o yogurt. Cada alimento tiene su propio sabor y aunque al principio te sepa a rayos al final te acostumbras.
Si eres amante del chocolate negro estás de suerte, pero OJO tienes que buscar una tableta que tenga como mínimo el 70% de cacao puro, y sea verdad. Se te permite comer entre uno a dos onzas de chocolate negro al día, este manjar tiene muchos beneficios de los que puedes aprovecharte. Es cierto que su sabor no es el del chocolate con leche, ni es dulce, pero es chocolate, al fin y al cabo.
Olvida las salsas comerciales
La mahonesa, kétchup y tomate frito de tarro son algunos de los ejemplos de alimentos que tienes que sacar de tu vida a la hora de adelgazar. Estos productos contienen mucha azúcar, exceso de sal y unas calorías muy muy elevadas.
Los mejores platos del mundo son los de las «abuelas» y ellas hacían el tomate natural a fuego lento, controlando la sal y aceite que le ponían.
Puedes echar salsa de yogurt elaborada por ti mismo para sustituir a la mahonesa. Es muy sencillo de hacer y acompaña perfectamente tanto a carne como a pescado. Si la haces con yogurt desnatado estarás anulando calorías extras y tendrás un plato original.
Si te gustan los sabores distintos puedes hacer una salsa curry cambiando la nata por leche desnatada o evaporada.
Tira de las especias
Acostumbrarte al sabor original de los alimentos reduciendo la sal y los azúcares puede resultar duro al principio. Un buen truco que no aporta calorías, pero sí sabor es utilizar los recursos naturales que tenemos a nuestra disposición, como por ejemplo las especias y las hierbas de hojas aromáticas.
Al igual que sucede con los dulces, hay algunas hiervas o especias de las tiendas que incluyen azúcares, colorantes y sales. Te recomiendo que las compres en herbolarios o en fruterías en donde las puedes encontrar frescas y al peso.
Al contrario de lo que se suele hacer, lo ideal es agregar las hojas aromáticas frescas justo al final, cuando la comida esté casi lista es el momento de echarlas, así consigues que no pierdan sus propiedades, aroma o su sabor.
Otro truco es molerlos en el momento de añadirlos.
Cocinar al vapor, al horno y a la plancha
Cocinar a la plancha, al vapor o al horno es una forma genial de adelgazar. Un bueno pollo frito rebozado no vamos a negar que está buenísimo, pero un pollo al horno bien marinado no tiene nada que envidiarle y añadirás a tu dieta la mitad de calorías.
El horno potencia el sabor de muchos alimentos como las verduras, el pollo o el pescado. Cocinando los alimentos al vapor, técnica poco usada en España, logras mantener la textura y el sabor de la comida. Y cocinar a la plancha te permite darle el punto que quieres a los alimentos sin tener que usar aceite de más para que esté jugoso.
Es muy importante para que no desistas en utilizar estas formas de cocinar que uses menaje antiadherente. Si se te pega la comida o se quema no tires el cacharro ni rasques hasta que quede inservible, añade un poquito de lejía de la ropa y déjalo reposar unas horas, luego tan solo tendrás que fregarlo como siempre y ¡ni rastro del desastre!
Aumenta el pescado en tu dieta
El pescado es una fuente de proteínas y otros muchos nutrientes bajos en grasas. «NO compres pescado preparado», intenta que sea fresco y que tú te encargues de cocinarlo.
Las hierbas o salsas de las que te he hablado antes te irán de fábula con cualquier pescado. Intenta hacerlos a la plancha o al horno acompañado de verduras o ensaladas.
El pescado blanco tiene menos calorías y grasas, mientras que el pescado azul aporta más nutrientes y te aporta ácidos grasos insaturados beneficiosos para el corazón.
Un ejemplo de pescado blanco es el bacalao, cabracho, gallo, lenguado, merluza, pescadilla y rape.
Y algunos pescados azules serían anchoa, atún, caballa, salmón y sardina.
Lo más importante que tienes que tener en cuenta a la hora de querer adelgazar es que no hay dietas milagros, ni pastillas que logren que te salgan abdominales en dos días, tienes que tener PACIENCIA Y SER CONSTANTE.
¡¡Ánimo!!