Encontrar comida y alimentos en los cubos de basura cerca de los supermercados parecía que ya se había terminado, pero esta mala práctica vuelve a coger fuerza y sorprende a muchos clientes. Un total de 931 millones de toneladas de alimentos acaban cada año en los cubos de basura, lo que equivale al 17% del total de alimentos disponibles para los consumidores, datos que se pueden saber gracias al último estudio realizado por la ONU. Para frenar esta situación, el Gobierno que preside Pedro Sánchez presentó la ley antidesperdicio, que se hizo efectiva en junio de 2023, una ley que previamente debería de haber estado aprobada y en vigor en enero de 2023. Los supermercados no cumplen ni siquiera con las multas como amenaza.
AUMENTA LA POBREZA EN ESPAÑA
En teoría, las cadenas de supermercados se excusan explicando que donan la comida a bancos de alimentos u organizaciones benéficas los productos comestibles que están a punto de caducar o cuya fecha de consumo preferente se ha vencido, pero que sigue siendo seguro consumirlo. También explican que algunos alimentos comestibles terminan en la basura y estos tienen un gran impacto ya que son productos desechados que podrían haber alimentado a una familia.
Con la crisis inflacionaria y la subida de los precios, el 41% de los hogares españoles más pobres no pueden realizar todas las comidas al no contar con el poder adquisitivo suficiente como para tener una alimentación sana y equilibrada, tan siquiera mínima. El Banco de Alimentos de Madrid ha reportado un incremento trimestral del número de beneficiarios del 2,6%, con 164.464 personas atendidas.
¿POR QUÉ LOS SUPERMERCADOS TIRAN LA COMIDA EN BUEN ESTADO?
Una imagen que ha levantado sospechas y que está siendo muy viral en redes sociales es la de un cubo de basura cerca de un supermercado lleno de barras de pan y de postres como una crema catalana, que no parecían estar en mal estado, lo que ha indignado a miles de usuarios criticando que está mala ‘praxis’ en pleno siglo XXI debería de no existir y no desechar alimentos.
Las cadenas de supermercados, más concretamente algunas franquicias, deciden tirar alimentos por varias razones. Son productos que se han roto, frutas o verduras comestibles pero que no cumplen con el canon estético, si hablamos del pan es por el simple hecho de que estas barras al día siguiente no las pueden poner a la venta. Actualmente se cree que la única medida que puede evitar esta práctica sea la sanción económica ya que parece ser que todavía los responsables no se dan cuenta del daño que están causando y de lo que se pueden aprovechar estos alimentos.
UNA LEY QUE SE INCUMPLE ANTE UN GOBIERNO PASIVO
La ‘ley antidesperdicio’ trata de fomentar buenas prácticas desde los productores primarios, en la fase de cosecha y recolección de los alimentos, hasta los consumidores, bien en el hogar, en bares y restaurantes, y también en los supermercados, ya que el desperdicio de alimentos que se produce a lo largo de todas las fases de la cadena.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que se desperdicia aproximadamente el 30% de los alimentos que se producen en el mundo, esto equivale a unos 1.300 millones de toneladas anuales, y que casi la mitad de este despilfarro se produce en la fase de postcosecha y venta minorista.
LO QUE HACEN LOS SUPERMERCADOS
Una ley que no se está cumpliendo, ya que algunos supermercados se están tomando la libertad de saltarse la norma. Pensaron que con multas esto iba a parar pretendiendo ser el impulso definitivo para que España cumpliese con los objetivos adoptados por la ONU en la Agenda de 2030. Se han propuesto multas de hasta 60.000 euros y las multas de carácter más leve, en el caso de no donación a entidades sin ánimo de lucro, pueden alcanzar los 2.000 euros.
El económico es un motivo clave para cumplir la Ley y así combatir el cambio climático y erradicar el hambre en el mundo, pero los supermercados siguen haciendo ‘oídos sordos’, ya que se dan cuenta que aparentemente no hay control ni seguimiento y porque, a la vista del incumplimiento, no hay medios suficientes para realizar el control y observar si están actuando bien. Otra de las opciones que enfada mucho a los ciudadanos es ver que el Gobierno se desentiende y no hace efectivas esas multas que impuso previamente.