Es posible que tras varias cintas que no habían conseguido los datos esperados tanto los cines como las dos casas productoras involucradas, Warner Bros Discovery y Universal, estuvieran aguantando la respiración. Pero los datos económicos tanto del estreno de ‘Barbie’ de Greta Gerwig, que supera los 330 millones de euros en la taquilla global, como los de ‘Oppenheimer’ de Christopher Nolan, que pasó cómodamente los 170 millones, ya muestran ambas cintas como inversiones recuperadas.
En un verano donde ‘Indiana Jones’, ‘Flash’ y los ‘Transformers’ no han podido cumplir con las expectativas la sátira sobre la muñeca más famosa del mundo y la biografía del padre de la bomba atómica han llenado salas sin demasiados problemas. Es impresionante, si bien ‘Barbie’ tiene detrás una marca reconocida en todo el mundo sigue siendo una apuesta arriesgada tras los fracasos de adaptaciones al cine de otras cintas basadas en marcas de juguetes, casos como el de la primera ‘Ouija’ o la adaptación de ‘Gi Joe’ (Quizás el equivalente masculino de la muñeca de Mattel), muestran que no siempre es una apuesta segura.
El caso de ‘Oppenheimer’ es aún más radical. La cinta más que un biopic de corte clásico es un Thriller paranoico contado a destiempo, con la invención de la bomba atómica y sus implicaciones morales sirviendo como un trasfondo que aumenta la tensión. Que la cinta haya roto el récord de fin de semana de estreno de una película de clasificación R, y que supere el dato del primer fin de semana de casi toda la filmografía de Nolan, solo superada por su trilogía del ‘Caballero Oscuro’, es una demostración de la viabilidad comercial que ya demuestra la película.
Es una buena noticia, que además da motivos a los departamentos de comunicación de ambos estudios un permiso de darse una palmada en la espalda por haber aprovechado el estreno simultáneo como excusa para invitar a la gente al cine en vez de competir. Pero que en plena crisis de la taquilla se tenga el cuarto mejor fin de semana de la historia, y que se haya logrado sin una secuela, debería ser una señal interesante para los estudios, para ver las producciones que reciben una luz verde al terminar la actual huelga de guionistas y de actores de Hollywood.
‘OPPENHEIMER’ Y MEDIR BIEN EL PRESUPUESTO
Uno de los grandes motivos que permite que, desde ya, la cinta de Christopher Nolan pueda presumir de ser un éxito en taquilla es que desde Universal fueron cuidadosos con el presupuesto. Sería una tontería referirse a la película como una pieza de poco presupuesto, costo unos 100 millones de dólares y al menos la mitad en publicidad, pero sí que se tuvo el cuidado de no repetir el número excesivo de cintas recientes como ‘El Irlandés’ de Martin Scorsese o la animada ‘Lightyear’ de Pixar, ambas películas con un presupuesto mayor a los 200 millones.
Es una muestra de que en ocasiones es importante el tener un especial cuidado con lo que se invierte en una cinta. Si los estudios quieren recuperarse esta es una de las lecciones que pueden aprender del éxito de la cinta, calcular bien el coste para la audiencia que se busca, y las apuestas que se toman en cuanto al coste publicitario de cada uno de los estrenos. Es evidente que cada cinta que se produce es un riesgo, es imposible predecir el entusiasmo de la audiencia, pero una biografía como esta no debería ser tan costosa. Aunque es posible que el éxito de esta cinta empuje a otras apuestas más riesgosas, como la ‘Napoleón’ de Apple y Ridley Scott.
‘BARBIE’ Y LA LIBERTAD DE LOS DIRECTORES
Aunque no hay duda que el principal motivo que atrae espectadores a ‘Barbie’ es la marca detrás la recepción positiva tiene mucho que ver con la directora de la cinta: Greta Gerwig. Es que la cineasta ha demostrado que tiene una visión particular de como contar la vida de la mujer americana en el siglo XXI, como se ha mostrado en trabajos como ‘Lady Bird’ o ‘Mujercitas’. Esto se repite en las críticas de la nueva cinta, que parece haber dejado bastante libertad al equipo creativo.
Tampoco es la primera vez. En 2014 ‘La LEGO película’ hizo algo parecido al dejar que Phill Lord y Chris Miller usaran la cinta para hablar de como se construyen las narraciones de cine modernas. Visto así quizás la otra lección importante es dejar que grandes directores se arriesguen con propiedades conocidas, de lo contrario será fácil tropezarse con otro modelo como el de Marvel, que ha demostrado este año que ya no es una marca que genere seguridad económica.
