Con el verano, los eventos se multiplican. Y en muchos de ellos la comida es la principal protagonista. Un aperitivo, una cena, o un brunch con amigos puede suponer un problema real cuando -por accidente- uno de tus acompañantes derrama accidentalmente alguno de los platos que estabais degustando.
Lo que comenzaba como un día perfecto puede arruinar nuestra prenda de ropa favorita, ya que algunos de los restos de grasa de la comida se convierten en manchas -casi- imposibles de limpiar en nuestra blusa, vestido o pantalón nuevo.
Un problema que de seguro has experimentado en carne propia alguna vez y te ha arruinado el día al completo, ya que en una salida no acostumbramos a llevar productos especializados. Pero hoy te traemos la solución, ya que tenemos los trucos infalibles para que puedas deshacerte de esa molesta mancha sin que se note que ha estado ahí.
RAPIDEZ Y PACIENCIA
En el momento en el que nos manchamos nuestra prenda favorita, lo normal que es nos pongamos nerviosos y no dejemos espacio a la razón. Es por ello que hay que relajarse y pensar bien en lo que vamos a hacer.
Relajarse -eso sí- sin dejar de movernos, ya que lo primero y más importante es actuar con prontitud. No dejes que la mancha se seque y verifica qué tipo de tejido estás tratando (lino, algodón, lana, etc.).
Una vez tengas claro el tipo de tejido y cómo actuar, es fundamental que no uses agua ni frotes la mancha. Contrariamente a lo que comúnmente se piensa, el agua no mejora la mancha, sino que puede empeorarla al mezclarse con la grasa y expandirla. En lugar de eso, debes retirar el exceso de aceite con un papel absorbente mediante toquecitos suaves para que lo absorba.
POLVOS DE TALCO Y BICARBONATO
Cuando estamos fuera de casa, es normal que no tengamos acceso a productos anti-manchas especializados. Pero no te preocupes, porque existen alternativas que funcionan de manera eficiente y solucionan el problema sin recurrir a un supermercado de urgencia.
Por ejemplo, los polvos de talco. Simplemente espolvorea una cantidad suficiente para cubrir la mancha por completo y deja que actúe durante un tiempo considerable antes de retirarlo. Pueden ser de gran ayuda y es bastante común tener este producto en casa.
También el bicarbonato de sodio es un aliado infalible para eliminar manchas de grasa. Basta con mezclar dos cucharadas de este producto con un poco de agua y aplicarlo sobre la mancha, dejándolo actuar durante al menos 30 minutos. Una vez pasado este tiempo, sólo tendrás que retirarlo con un cepillo suave.
DETERGENTE Y JABÓN DE MANOS
Dos básicos que todo el mundo tiene en su hogar y -a veces- incluso lleva consigo. El detergente cotidiano que usamos en el día a día es eficaz en todo tipo de tejidos. Vierte un poco de este líquido sobre la mancha y déjalo reposar unos segundos antes de frotar suavemente. También puedes ayudarte con un cepillo suave si es necesario.
Un jabón neutro puede ser la solución más sencilla y la que menos se nos viene a la cabeza en caso de mancha extrema. Para evitar que la mancha se extienda, un jabón neutro. Humedece un poco con agua y aplícalo sobre la zona afectada. Una vez hecho esto, solo tendrás que retirarlo cuando haya pasado un tiempo prudencial. La mejor opción es hacerlo con un paño humedecido, pero puedes tomar el material que consideres oportuno.
ALCOHOL Y DESENGRASANTE
Al igual que una mancha de sangre desaparece cuando le pones agua oxigenada, una mancha de grasa puede hacer lo mismo en caso de que entre en contacto con alcohol de uso sanitario. Aplica unas gotas sobre la mancha y deja que actúe durante al menos un par de minutos. Luego, remoja la prenda con un poco de jabón y déjala en remojo durante 10 minutos. En este caso tendrás que tener un poco más de cuidado, ya que este tipo de alcohol es un producto complejo, y su exposición prolongada en la mancha podría dañar el tejido que conforma la prenda.
Esos productos que siempre usamos en la cocina también pueden ser tus aliados contra las manchas de grasa. Humedece la prenda y aplica un poco de quitamanchas o desengrasante. Luego, sumerge la prenda en agua caliente y cuando se enfríe, simplemente lávala como de costumbre.