Los arquitectos advierten de los peligros de las piscinas hinchables en las terrazas

En Madrid, donde escasean las opciones de refresco, aumenta la demanda por el uso de las piscinas y el calor parece haberse mimetizado con el ambiente, convirtiéndose en un habitual, parece que la originalidad individual prolifera por los poros de todos los ciudadanos.

Es por esto que una práctica que hasta el momento resultaba singular, ahora se ha convertido en una constante: el uso de piscinas hinchables en las terrazas. Pero estas pueden resultar muy peligrosas, y los arquitectos ya están comenzando a alertar sobre esta actividad tan arriesgada.

COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS DE MADRID

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Una de las opciones más populares durante estos meses en ciudades como Madrid, es la de instalar piscinas hinchables en terrazas, balcones o azoteas. Lo que se plantea como un modo de divertimento y cuidado frente al calor, puede terminar muy mal tanto para el edificio como para quien hace uso y disfrute de esta arriesgada opción de verano.

Ante estos casos resulta muy importante buscar el asesoramiento adecuado para garantizar la seguridad estructural del edificio y prevenir daños potenciales. El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) reitera la importancia de consultar a un arquitecto, quien podrá realizar el estudio necesario y emitir un informe que evalúe la viabilidad de la instalación de una piscina en esa ubicación específica.

¿Por qué? Porque según el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, esta práctica conlleva una serie de riesgos asociados que pueden terminar en tragedia en caso de no contar con la supervisión adecuada.

EDIFICIOS DE LA CAM

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Tras realizar un estudio alrededor de esta proliferante actividad, el COAM ha destacado los hechos que se contraponen a su uso y disfrute. Es fundamental tener en cuenta cómo son los edificios de la Comunidad de Madrid.

La estructura de la mayoría de los edificios en la Comunidad de Madrid está diseñada para soportar una sobrecarga de uso de entre 100 y 200 kilogramos. Sin embargo, en un comunicado, señalan que incluso una piscina pequeña de un metro cuadrado con una profundidad de 20 centímetros podría exceder ese límite, lo que podría resultar en daños visibles en el techo inferior.

Esto se debe a que las terrazas, azoteas y balcones están concebidos para soportar un peso determinado, y añadir una piscina hinchable conlleva un aumento significativo de la carga. En consecuencia, la estructura del edificio podría verse comprometida, lo que representa un riesgo tanto para la seguridad de los residentes como para la integridad del inmueble en sí.

También es necesario tener en cuenta la profundidad, ya que los daños estructurales podrían poner en peligro a todo el edificio. El arquitecto y vocal de la Junta de Gobierno de esta institución aseguraba que «cuanto más profunda sea la piscina, el riesgo y la posibilidad de un accidente grave aumenta exponencialmente».

Además, la antigüedad sería otro punto a tener en cuenta, puesto que «muchos de los edificios existentes están construidos hace décadas, bajo una normativa menos exigente que la actual». Esto significaría que habría que incluir en los peligros, un deterioro de la base de los edificios, que podría incrementar el problema de las piscinas hinchables.

RECOMENDACIONES

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El COAM recomienda encarecidamente que, antes de instalar una piscina hinchable en terrazas o azoteas, se realice una evaluación de la capacidad de carga del espacio. Además, es importante seguir las directrices y normativas establecidas por las autoridades locales y comunidades de propietarios para garantizar la seguridad y prevenir posibles daños.

Aspectos como el suministro de agua, el drenaje y la ventilación adecuada al instalar una piscina hinchable en áreas elevadas, deben ser tenidos en cuenta en todo momento. El mantenimiento regular y la supervisión constante durante su uso también son fundamentales para evitar problemas y minimizar riesgos.

El COAM enfatiza además la necesidad de consultar a un arquitecto antes incluso de considerar la instalación. Un estudio previo realizado por un profesional permitirá determinar la capacidad de resistencia del forjado, así como evaluar el volumen de agua que el espacio puede soportar. De esta manera, se podrá determinar de forma precisa si es viable o no instalar una piscina en esa ubicación en particular.

No obstante, la recomendación principal es clara: no instalar piscinas hinchables o similares en las cubiertas, terrazas o balcones de los edificios, especialmente en los de obra vieja. La seguridad y la integridad estructural y de los convivientes en la construcción deben ser prioridades a la hora de tener estas ideas tan originales.