El sector de la restauración se prepara para un verano donde la gran mayoría de españoles prefiere salir a comer fuera. El problema que tiene ahora el sector no son los clientes, es la falta de camareros con o sin experiencia para cubrir las necesidades del establecimiento y dar un mejor servicio a todos los clientes.
La mitad de los españoles considera muy importante el feedback de las marcas en las reseñas a la hora de elegir un servicio u otro. Las reseñas y los comentarios de los consumidores representan una oportunidad sincera de entablar una conversación con sus clientes. Los establecimientos deben invertir tiempo e implicarse más en conseguir reseñas y conversaciones con los consumidores, una buena manera de atraer nuevos clientes, convencer a los potenciales y fidelizar a los habituales.
Según un estudio sobre la evolución de los cambios en los hábitos de los consumidores españoles de Marcas de Restauración, el consumidor actúa de forma más racional en invierno y de forma más ociosa en verano. La época preferida del año para salir a comer para un 76% es en verano, mientras que el otro 14% elige la primavera, un 7% el invierno y un 3% el otoño.
LA FALTA DE CAMAREROS PARA EL VERANO
La restauración este verano se enfrenta a un gran reto al que todavía no saben cómo afrontar. Van a necesitar un total de 8.217 vacantes para trabajar e intentar mejorar las condiciones de aquellos empleados que reclaman un mejor salario y unas condiciones mucho más dignas. Los camareros buscan empleos más atractivos y menos laboriosos como la logística.
«SER CAMARERO A DÍA DE HOY ES ESTAR EN UN TRABAJO TEMPORAL HASTA QUE TE SALGA ALGO DE LO TUYO»
Sebastián, propietario de varios restaurantes en Barcelona
Los miles de puestos de trabajo sin cubrir en hostelería son una constante en la serie, pero cada vez se está volviendo más evidente para empresarios, sindicatos y trabajadores desde que terminó la pandemia de coronavirus y la actividad ha vuelto a la normalidad. Comisiones Obreras asegura que España ha perdido 32.000 camareros desde 2019, un sector que aporta el 4,9% del PIB nacional.
‘Trabajamos muchas más horas de las que cotizamos’, ‘La mitad de los puestos que harán falta en la restauración no se van a cubrir’, ‘Si, si hay camareros. No hay esclavos’. Son algunos de los comentarios que más se repiten en las redes sociales para defender un sector clave en España al que no le están dando el valor y la importancia que realmente tiene.
Son muchos los camareros que le reclaman al propio sector y les recriminan unas condiciones laborales deficientes, que no tienen en cuenta la conciliación laboral y que tampoco se ven reflejadas en unos salarios que, a juicio de los trabajadores, son muy bajos. Un problema que en pleno verano se agrava y que puede provocar que muchos de estos restaurantes bajen la persiana de su negocio.
LA TEMPORADA VACACIONAL AUMENTA LA DEMANDA EN LA RESTAURACIÓN
Hablamos de un sector que asiste a su propia recuperación después de la pandemia con una afluencia de comensales que no solo se ha recuperado, sino que han mejorado las expectativas que tenían. Los datos que maneja la hostelería de España se cifra en torno a un 5% y a un 10% el crecimiento que ya se alcanzó para Semana Santa, y que se espera que se mantenga durante estos meses de verano.
El cliente tiene el poder cuando acude a un restaurante y es quién decide ir a un establecimiento u otro. Algunos de los aspectos que facilitan la elección del cliente son los filtros inteligentes para poder escoger hora y día, y que siempre se pueda encontrar una reserva.
Otro de los puntos más importantes es hacer caso a las reseñas donde los propietarios de los restaurantes intentan escuchar a los clientes y entender lo que sucede en su establecimiento. Un cliente molesto es una gran oportunidad para convertirlo e incluso que los demás sepan que son un negocio capaz de responder en caso de fallos.
En un momento crítico y no por clientes, por trabajadores la falta de estabilidad pesa mucho en los camareros. A nadie le gusta tener un trabajo de temporada, y todos los veranos se enfrentar al mismo problema, pero cada año va a peor. El otro gran problema es la dificultad para adaptarse a los horarios, muchas veces partidos y sin libranzas los fines de semana.