Joe Kiani, es un empresario nacionalizado estadounidense pero nacido en Irán y actualmente es fundador y director ejecutivo de la empresa de tecnología médica Masimo. El directivo acusa a Apple de haber plagiado su gama de smartwatch, un mercado que vendió el año pasado más de 68 millones de unidades. Dichas acusaciones se hicieron públicas tras haber mantenido años atrás una reunión en la sede de la compañía de la manzana, previo al salto de los relojes inteligentes por parte de la empresa fundada por Steve Jobs.
El gigante de la tecnología de consumo estaba en proceso de desarrollar el Apple Watch y explorar formas de incorporar diferentes sensores de salud. Por su parte Masimo, fundada en 1989, es mejor conocida por sus oxímetros de pulso, dispositivos que se utilizan en los dedos y que se emplean en los hospitales para medir el nivel de oxígeno en la sangre de los pacientes. “Pensé que Apple sería un gran socio para tomar nuestra tecnología y ponerla a disposición de las masas”, señaló Kiani cuando ofreció una joint venture a su posterior competidor.
Masimo fue una de las 28 empresas con las que Apple se reunió en relación con el proyecto Apple Watch. En un principio, los ejecutivos del gigante tecnológico sopesaron una posible adquisición de Masimo, pero finalmente decidieron no hacerlo porque los productos enfocados en hospitales de esta empresa estaban fuera del enfoque central del consumidor de Apple. “Las adquisiciones de este tamaño no son nuestro estilo”, señaló Adrian Perica, vicepresidente de desarrollo corporativo, en una actualización por correo electrónico al CEO Tim Cook.
Diez años después, las dos compañias están envueltas en una batalla legal de múltiples frentes por el Apple Watch. Actualmente la marca de la manzana controla más del 56 % del mercado mundial de relojes inteligentes, que se espera alcance los 33.000 millones de dólares en 2023, según la firma de investigación IDC. La firma pronostica que el mercado mundial de dispositivos portátiles más grande alcanzará casi 63 mil millones de euros.
Estas disputas legales se producen cuando Kiani, que Forbes estima que Masimo tiene un valor de 1.200 millones de dólares, está comenzando a tener importantes ingresos con un «reloj de salud» cuyo precio de venta inicial era de 500 euros el pasado agosto y un reloj inteligente de 999 euros que se espera que salga este otoño, así como una gama de otros dispositivos portátiles. El multimillonario de 58 años ha alegado que Apple abusó de sus empleados, robó secretos comerciales e infringió las patentes de Masimo relacionadas con la oximetría de pulso y las mediciones no invasivas. Apple ha negado los cargos y el caso de secretos comerciales terminó en un juicio nulo en mayo, aunque Kiani prometió un nuevo juicio.
POSIBLE PROHIBICIÓN DE IMPORTAR APPLE WATCH
La Comisión de Comercio Internacional está revisando una decisión anterior de un juez que encontró que el gigante tecnológico infringió dos de las reclamaciones de patentes de Masimo. Si la agencia da la razón a la empresa de salud, podría resultar en una prohibición de importación de ciertos relojes Apple. Por su parte, los abogados del gigante tecnológico argumentaron en una presentación que Masimo está tratando de “ejercer presión comercial y judicial” para sacar el Apple Watch del mercado estadounidense y que tal prohibición dañaría a los consumidores y posiblemente impediría la investigación médica.
En una presentación para inversores en mayo , Kiani reconoció que el futuro del negocio de tecnología de consumo de Masimo dependía del resultado final del litigio de Apple. En una entrevista reciente concedida a Forbes aseguró: “Tengo que evitar que use mi tecnología hasta conseguir que mi compañía se reconozca a nivel mundial como una imagen de marca”.
Por su parte, Apple argumenta que Masimo en realidad está copiando su tecnología mientras intenta despejar el camino para sus propias ambiciones. “En Apple, nuestros equipos trabajan incansablemente para crear productos y servicios que empoderen a los usuarios con características de salud, bienestar y seguridad líderes en la industria”, señaló Fred Sainz, portavoz de Apple, en un comunicado. “Masimo está intentando aprovechar todas estas innovaciones mediante la introducción de un dispositivo que copia el Apple Watch e infringe nuestra propiedad intelectual, al mismo tiempo que intenta eliminar la competencia del mercado”.
LA GUERRA ENTRE APPLE Y MASIMO
La lucha de patentes entre Apple y Masimo comenzó en enero de 2020, cuando Masimo y su empresa derivada Cercacor Laboratories presentaron una demanda por apropiación indebida de secretos comerciales e infracción de patentes contra Apple en un tribunal de distrito federal de California. Desde entonces, eso ha llevado a una guerra abierta en múltiples tribunales y agencias federales. “Realmente creo que tenemos opciones de ganar. No creo que sea una quimera”, defiende Kiani.
Parte de sus esperanzas provienen del éxito anterior de Masimo en los tribunales cuando ha intentado defender sus intereses contra empresas más grandes por infracción de patentes. En 2006, la empresa de salud llegó a un acuerdo financiero con Nellcor (una división de Medtronic) por 800 millones de dólares que y consiguió elminar el producto infractor mercado. En 2016, Masimo llegó a un acuerdo con Philips por 300 millones de dólares. Kiani dice que esas demandas le costaron a Masimo 43 millones de dólares en honorarios legales, y le reportaron a la compañía más de 1.1 mil millones de dólares. “No es como si hubiésemos desperdiciado dinero en litigios”, dice. “Tenemos un excelente historial de obtener un gran retorno de nuestros gastos en temas judiciales”, concluye Kiani.