La historia se repite, pedimos un Cabify, un Bolt, un Uber o cualquier VTC, esperamos muchas veces de noche, y con un par de copas de más, por varios minutos y vemos como en el mapa se aleja del punto de recogida. Todo esto sin cancelar, sin que la aplicación cancele y dejándonos a nosotros con el riesgo de que al cancelar nos llegue una carga económica a nuestra tarjeta. Es una experiencia bastante común, lo suficiente para haber sido tomada en cuenta por la Comunidad de Madrid cuando se redactó la Ley 20/1998 de Ordenación y Coordinación de los Transportes Urbanos, mejor conocida como «Ley Uber».
Es que el documento incluye un apartado que asegura que en caso de que sea la empresa, o el conductor, el que cancele el viaje el usuario debe ser resarcido. Sin embargo, al hablar con conductores se hace evidente que la norma no se está aplicando, y los motivos parecen ser bastante evidentes. En generar estos conductores cobran por viajes, y reciben un porcentaje de lo que cobran en cada uno, por lo que estos viajes que dejan esperando al usuario suelen ser cortos, y relativamente baratos.
Pero es que al mismo tiempo al conductor, que es quien puede tomar la decisión de cancelar un viaje, no puede ser quien pague por la decisión. No solo sería complicado justificar en un marco legal la idea de cobrarlo, o descontarlo, a los conductores y segundo de hacerlo podrían tener que lidiar con una situación aún más complicada a la hora de captar nuevos conductores, dada la fama que tiene el trabajo de conductor en las plataformas, no es casual que la estrategia más reciente de los taxis sea intentar convencerles de cambiar de medio.
Es una situación delicada, que seguramente debe revisarse. Lo cierto es que cada vez pareciera que los reclamos por viajes cancelados por los conductores, que cuentan con ver la opción de uno un poco más largo y que sume un par de euros más a sus ingresos, es cada vez más normal. Tampoco se puede criticar que los conductores no quieran asumir estos viajes, es bueno recordar que los contratos de la mayoría de los conductores no dependen del tiempo trabajado, sino de la cantidad y el costo de los viajes que realizan.
Visto así es complicado exigir a los conductores que no ignoren alguno de nuestros viajes, por más apurados o cansados que estemos como usuario. Al mismo tiempo sería importante que las empresas del sector plantearan formas distintas de enfrentar esta situación, si bien hay que asumir que es un sector en plena transformación también hay que resolver este tipo de situaciones sin afectar a conductores o usuarios, sobre todo de cara a ese interminable duelo con el Taxi.
UNA LEY APLAUDIDA DESDE LAS VTC
Vale decir que, con todo y este punto, la normativa para regular las VTC en la Comunidad de Madrid fue aplaudida por el sector. En línea de su discurso el gobierno de Díaz Ayuso apostó por una normativa que liberaba de la mayoría de las limitaciones a estas nuevas aplicaciones de transporte, y liberó los horarios de los taxis para que pudiesen trabajar 24 horas y 7 días a la semana con su licencia.
Como es de esperarse no todos estuvieron felices con el anuncio, pues aunque Uber y Cabify lanzaron comunicados defendiendo este reglamento los taxistas se pusieron en contra, llegando incluso a protestar, de nuevo, en la calle contra la «ley Uber». En cualquier caso la reacción a normativas como la andaluza demuestran que desde el mundo del taxi la idea es que no sigan operando estas empresas de transporte.
De todos modos aún con sus reclamos es normal que desde las VTC se aplauda tanto la regulación madrileña como la andaluza, aunque esta tenga muchas más restricciones para ellos que la capitalina, es que al compararla con decisiones como la catalana que parece diseñada para que las VTC no puedan operar.
LOS TAXIS APROVECHAN LA OPORTUNIDAD PARA RECOGER CONDUCTORES
Lo cierto es que estas condiciones de los conductores de Cabify, Uber y Bolt, que se suman a un largo etc de reclamos sobre horarios y pago, pueden haber servido de inspiración para la nueva campaña del sector taxi como reclamo. Es que desde ANTAXI se ha lanzado una campaña para que los conductores de VTC se pasen de estas aplicaciones al «viejo y confiable taxi», donde aseguran los ingresos por viaje y hora son mejores que en las nuevas plataformas.
En cualquier caso todo esto sigue dejando al usuario con la posibilidad de quedarse esperando. Si la medida dispuesta en la ley capitalina no funciona será necesaria otra para evitar estas cancelaciones, lo cierto es que bien puede venir desde adentro, el usuario de las VTC no es especialmente fiel, por lo que la posibilidad de que las abandone si dejan de funcionar es bastante alta.