En verano, cuando las temperaturas suben, nos apetece más que nunca disfrutar de platos frescos y sabrosos. Afortunadamente, la cocina española nos brinda dos delicias clásicas: el salmorejo y el gazpacho, que podríamos degustar día tras día sin aburrirnos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el salmorejo tradicional lleva pan, lo cual puede no ser adecuado para aquellos que son celiacos o están siguiendo una dieta para perder peso. Por ello, hoy queremos compartir contigo un secreto para disfrutar de esta receta clásica sin pan, sin renunciar a su textura cremosa y su exquisito sabor.
1EL TRUCO PARA UN SALMOREJO SIN PAN
Para lograr este salmorejo sin pan, utilizamos un par de trucos especiales. El primero consiste en seleccionar tomates carnosos y permitir que suelten todo su líquido al escurrirlos, asegurándonos de que queden lo más secos posible. Sin embargo, esto no es suficiente para obtener la consistencia espesa que tanto amamos en el salmorejo. Aquí es donde entra en juego el gran truco, que consiste en algo tan simple como añadir un huevo cocido a la mezcla. El huevo cocido aporta una textura suave y cremosa al salmorejo, ayudando a obtener esa consistencia deseada sin necesidad de utilizar pan. Además, obtenemos un salmorejo rico en proteínas y muy nutritivo.