Cumplir con las normativas exigentes en Europa se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para la banca, hasta convertirse en el sector más regulado, al que, además, ahora se le une uno más: las nuevas, y más severas, medidas para evitar casos de blanqueo de capitales. Las reglas en las que está trabajando la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), la cual se va a convertir en una pieza esencial, busca apretar todavía más a las entidades de cara a la prevención (también con nuevas multas multimillonarias), lo que podría llegar a suponer un coste agregado de más de 500 millones de euros para las grandes firmas europeas como Banco Santander y BBVA.
La lucha contra el blanqueo de capitales ha sido una de las normas regulatorias más laxas y a la que menos atención ha prestado la banca de cuantas hay (como por ejemplo lo que ha pasado con las exigencias de capital). De hecho, solo Alemania ha sido capaz de cumplir con la legislación vigente, pese a que la próxima será la quinta normativa, de los 28 países presentes en la UE, hasta el punto de que el 96% de los bancos aún no han integrado las disposiciones de la ALD (como se conoce a la normativa contra el lavado de dinero) de 2017.
El blanqueo de capitales ha estado normalmente muy vinculado a la banca, ya que, al final, es el único instrumento que puede servir a dicha causa (al menos, para introducir el dinero ilícito dentro del sistema). Lo anterior, se ha beneficiado de que las entidades han sido bastante despreocupadas a la hora de orquestar su lucha, una situación que se ha dado unas veces para paliar los costes que supone, en un momento en el que las entidades buscan reducir gastos como sea, y otras para beneficiarse de dicha actividad. Aunque en un futuro próximo las cosas podrían cambiar, o al menos eso es lo que están buscando desde las altas cúpulas europeas, para que no se repita otro escándalo como el del Danske Bank (con cerca de 230.000 millones investigados) y otros grandes bancos holandeses como el propio ING.
La próxima normativa en referente al blanqueo de capitales, que será la quinta y entrará en vigor a partir del 10 de enero, buscará reforzar el control que ejercen las entidades en áreas como: movimientos de criptomonedas, negocios en ciertos territorios restringidos (entre los que podrían estar incluidos Arabia Saudí o algunos territorios de Estados Unidos) y también, más en clave regional, se estrechará el lazo a las firmas danesas. Además, la EBA, que se convertirá en juez de última instancia, ganará poderes suficientes para imponer fuertes multas a aquellas entidades que no cumplan con la normativa.
Las nuevas sanciones que podrá emitir la autoridad bancaria europea, orquestadas por la Comisión Europea, a las entidades aumenta a medida que la actual normativa, la cuarta que entró en vigencia en junio de 2017, vence y los bancos no cumplen con ella (recordamos que es el 96% de los mismos). Además, las cuantías propuestas podrían alcanzar cifras muy altas, ya que la CE podría exigir «una multa de hasta el doble del beneficio derivado del incumplimiento más otros 5 millones de euros adicionales, en casos más graves, el 10% de los ingresos anuales», explican fuentes de mercado. Una posición que podría llegar a costar, por ejemplo, a Banco Santander (el más grande de Europa) hasta 4.800 millones de euros. Aunque eso sí, las “sanciones se establecerían a nivel local, y pueden incluir sanciones adicionales” señalan dichas fuentes.
FUERTE AUMENTO DE COSTES PARA LAS ENTIDADES
El hecho de cumplir con las nuevas exigencias por parte de la autoridad bancaria, junto con la amenaza de nuevas multas, supondrá un coste que superará los 500 para las firmas financieras más grandes como Banco Santander, BBVA, HSBC, Barclays, BNP Paribas o Societe Generale. Los mayores costes para las grandes entidades vendrán de que «los tiempos para aceptar nuevos clientes extranjeros (con la nueva normativa) se alargarían, muy por encima de las 30 horas de procesamiento que tienen en la actualidad, lo que aumentará los costes laborales por cliente y a su vez reducirá los nuevos negocios», señalan desde Bloomberg.
Cumplir con las nuevas exigencias en lucha contra el blanqueo de capitales supondrá un coste que superará los 500 para las firmas financieras más grandes como Banco Santander o BBVA
Pese a que la cifra es importante, el principal problema no será para las grandes firmas, ya que si bien deben lidiar con mayor volumen de clientes o negocios más grandes tienen mayor capacidad de cumplimiento, sino que «la implementación para las firmas más pequeñas (todavía peor en aquellos países financieramente más débiles) de la UE será más difícil», explican en un informe interno desde el portal financiero.
Por último, la banca deberá afrontar el reto de una mayor regulación en cuanto a los movimientos que registra a través de critpmonedas, aunque será para 2020. En un principio, las normas se aplicarán para los intercambios de moneda fiat (el dinero tal y como lo conocemos) a criptomonedas, y también se extenderá a los proveedores de servicios para mantener posiciones en monedas virtuales. Aunque, la última recomendación de la Autoridad Europea de Mercados y Valores también incluyó seguir de cerca los intercambios entre distintas criptomonedas con el objetivo de minimizar los posibles delitos de blanqueo y financiación terrorista.