Todos tenemos ese amigo, familiar o conocido que, vaya a donde vaya, siempre es el primer en ser atacado por los mosquitos. De hecho, es posible que incluso esa persona seas tú mismo. Estando en el mismo lugar, siempre hay quienes son atacados mucho más por estos insectos. Pero ¿Sabemos realmente por qué estos animales se sienten más atraídos por unas personas u otras?
Son varios los estudios que se encuentran trabajando sobre este tema, con la intención de desbancar aquella creencia popular de que los elegidos por los mosquitos son aquellos de ‘sangre dulce’. Aunque la realidad podría estar bastante vinculada a esta teoría, según un estudio publicado en la revista ‘Cell’, el principal motivo de atracción de estos bichos se debe a los olores, llegando incluso a fomentarlos con cada una de las picaduras que recibimos.
OLORES
Para los científicos de la revista ‘iScience’, la clave se encuentra en la combinación entre el propio olor corporal de la persona y los productos que utiliza. Tras analizar diferentes jabones perfumados, consiguieron entender levemente cuáles son los aromas que más les atraen y cuáles los que más les repelen.
Aunque generalmente los mosquitos se encuentran atraídos por olores vinculados a flores de olor dulce, el uso de productos perfumados sólo incrementan esta atracción. Además, las bacterias que habitan en la piel fomentan o causan rechazo a estos pequeños animales.
«Lo que realmente importa es cómo se combinan las sustancias químicas del jabón con las de cada persona», aseguraba el autor principal de este estudio, Clement Vinauger, en declaraciones citadas por ‘Diario de Avisos’.
Vinauger hizo participar a cuatro voluntarios, que utilizaron diferentes productos para limpiarse y colocaron posteriormente mangas de nailon en sus brazos durante una hora. Una vez pasado este tiempo, las mangas se introdujeron en una urna llena de mosquitos, atrayendo a más insectos aquel que fue considerado como más atractivo.
CURRENT BIOLOGY
Para los científicos del Instituto de Investigación sobre la Malaria de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hoplkins en Estados Unidos y del Macha Research Trust en Zambia; gran parte de la explicación de qué atrae a los mosquitos reside precisamente en componentes que se encuentran en el aire. Esto explicaría por qué los insectos se pueden sentir atraídos por una persona incluso encontrándose a largas distancias.
El estudio publicado en ‘Current Biology’ llevó a la construcción de un campo de pruebas de más de 1.000 metros cuadrados en Zambia. Tras múltiples investigaciones, se descubrió que el olor corporal humano es elemento principal de entendimiento del comportamiento de búsqueda de mosquitos a larga distancia. Al tratarse de un estudio en campo abierto, se ha llegado a comprobar que puede que el resto de investigaciones realizadas en laboratorios no responderían adecuadamente a lo que hace un animal de este tipo en la naturaleza.
Para el neurocientífico Diego Giraldo, becario posdoctoral de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, esta prueba «se trata del mayor sistema del mundo para evaluar la preferencia olfativa de cualquier mosquito».
Tras varias semanas de trabajo, el equipo llegó a la conclusión de que hay más de 40 sustancias químicas emitidas por todos los humanos que se comparten a ritmos diferentes. «Todavía no sabemos exactamente qué aspecto de las secreciones de la piel, los metabolitos microbianos o las emisiones del aliento son los que realmente impulsan esto, pero esperamos poder averiguarlo en los próximos años».
ENFERMEDADES
Algunas enfermedades que se transmiten a través de vectores animales pueden hacer a una persona mucho más atractiva para los insectos. Una investigación de 2018 de hecho llegó a concluir que las personas que habían sido infectadas por la malaria recibían más picaduras de mosquito que las que no se habían enfrentado a este parásito.
Estos insectos portan muchas enfermedades más desconocidas que la malaria, como el dengue o el zika. Decenas de millones de infecciones anuales se dan a través de la mordida y picadura de un mosquito.
Investigadores de China han llegado a la conclusión de que los insectos cambian el olor de las personas, y lo han hecho con una prueba en la que más de un 70% de mosquitos se sentían atraídos por unos ratones que sí habían sido infectados, frente al 30% restante que prefería a los animales sanos. Además, la prueba irrefutable de este hecho quedó demostrada cuando, al colocar un filtro de olor entre ratones y mosquitos, estos últimos dejaban de mostrar algún tipo de preferencia.