El mercadillo es el paseo de la fama de muchas marcas y ahora parece que Shein se está quedando con todos los puestos. El clásico envío de ropa vía online pasa a ser una experiencia de compra en los mercadillos de ciudades como Valladolid, Barcelona y Fuenlabrada, entre otras.
La cadena ‘low cost’ está viendo como algunos clientes aprovechan su fama y los bajos precios para hacerse un hueco en el mercadillo de su ciudad y vender prendas del Shein con las bolsas que la propia marca envía a los clientes cuando realizan un pedido. Para ser más concretos, el famoso mercadillo del rastro ya cuenta con un puesto de ropa Shein a cinco euros sea la prenda de ropa que sea.
La marca china de moda ‘low cost’, Shein, en 2022 facturó más de 21.000 millones de euros superando a H&M y aumentando un 41% las ventas, lejos de poder superar Inditex. En 2025 prevén crecer más del doble y poder llegar alcanzar unas ventas anuales de casi 54.760 millones de euros, podría darse un sorpasso en 2 años y superar a Inditex.
El objetivo de la compañía es a corto plazo convertirse en una plataforma multimarca y multiproductos como Amazon y Aliexpress, que pueda ofrecer también marcas de terceros. El mayorista chino Shein se ha hecho tremendamente popular en el campo de la moda ‘low cost’, porque ofrece prendas de todo tipo y estilo a un precio mucho más barato que en las tiendas de bajo coste más habituales.
SHEIN, EL REY DEL MERCADILLO
La marca china de moda está siendo traficada en los mercadillos. La empresa que tanto ha copiado sin ética alguna a las marcas más occidentales, que ha usado estrategias de hilero para conquistar a esos consumidores ahora es recibido con su propia medicina en los mercadillos de las ciudades. Hay consumidores que están encantados e ilusionados con esta iniciativa y así lo reflejan en las redes sociales, «¿Y si dejo la carrera y monto un puesto del Shein en mi ciudad?». Muchos clientes preguntan si en sus ciudades ya han llegado las prendas de la cadena low cost a sus mercadillos.
El mercadillo es el termómetro para saber en qué posición esta una marca, ya que puedes llegar a saber si esa marca es emulada por osmosis social o no. Antes no eras nadie si no habías llegado por presión social al famoso paseo de las marcas llamado, ‘mercadillo’. Bien es cierto, que muchas de las personas que saben lo que hay detrás de la marca china piden firmas para echar a Shein de los mercadillos.
PARA SHEIN LA MODA ES UNA ACCIÓN DE ‘USAR Y TIRAR’
Shein inventó la moda en tiempo real, basada en lanzar millones de modelos y prendas cada año, superando con creces la velocidad de la moda rápida. La marca china es la copia descarada de los modelos de empresas occidentales, con la estrategia de pago cero de impuestos en aquellos países occidentales donde venden.
La generación más joven se declara fan total de renovar su armario con prendas de entre dos a diez euros. Lo que hacen es valorar esos artículos que de alguna manera son de ‘usar y tirar’, ya sea porque la moda ‘low cost’ se queda anticuada rápidamente y por la calidad de las prendas.
UNAS CONDICIONES INDIGNANTES QUE LA GENTE DESCONOCE
«Yo también voy a poner un puesto de ‘tops’ y pondré un cartel de Shein», «¿Por qué no lo pedís directamente de Shein?» «¿Esto no es ilegal?»; Son algunos de los comentarios de los usuarios de tiktok en los vídeos donde se ven puestos de mercadillos repletos de bolsas y de ropa de la marca china.
Cuando compras en su plataforma no vemos más allá de la camiseta o el vestido que tanto nos gusta. Detrás de ese vestido de cinco euros hay una explotación en las periferias de las grandes urbes chinas y africanas. Una cultura de expansión que se salta las reglas éticas occidentales y sorteando así el pago de impuestos, creando miles de modelos cada día y con el apoyo de influencers para que muevan y promocionen su marca en redes sociales.
Shein son las fábricas en turnos de 12 horas, 6 días a la semana, con condiciones precarias y sin permitir que el trabajador concilie familia con trabajo. En 2022 un informe de Public Eye denunció la situación precaria de los trabajadores de la compañía de textil china: trabajadores sin contrato, jornadas de 75 horas a la semana y graves carencias de seguridad.
Lo que se conoce como esclavitud moderna llega a los mercadillos y facilita a los consumidores más jóvenes llegar a esas prendas de ropa y comprarlas por un módico precio de cinco euros sin preocuparse ni hacerse cargo de los gastos de envío que si le sumarian en una compra online.