Ser autónomo en España se ha convertido en una auténtica odisea para los ciudadanos que deciden optar por trabajar por cuenta propia. Dada la dificultad de emprender una actividad en nuestro país debido a las trabas burocráticas, cada vez menos españoles deciden lanzarse a emprender un negocio.
A su vez esto se suma que los impuestos no han parado de subir debido al afán recaudatorio del Estado en los últimos años. Hemos de tener en cuenta también que la cuota mensual que se paga en España conocida como RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) se ha ido incrementando año tras año.
Solo para los que se hayan dado de alta como autónomos la primera vez en 2023, podrán pagar una tarifa plana de 80 euros durante los dos primeros años o mantienen la de 60 euros si el alta fue en 2021 o 2022.
Pero si no es el caso de un trabajador por cuenta ajena, la cuota mínima es de 230 euros para aquellos que ganen menos de 670 euros al mes y 500 euros para los que perciban 6.000 euros mensuales o más, algo desproporcionado si tenemos en cuenta los ingresos en función de la cuota a pagar.
CUOTA AUTONOMOS EN RELACIÓN AL SMI
La duda que le surge a muchos trabajadores es que si alguien con pocos ingresos es decir que gane menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que actualmente se fija en 1.080 euros, tras la última subida del Gobierno está obligado o no a darse de alta en el régimen general de autónomos.
Hasta ahora, el salario mínimo interprofesional (SMI) constituía un recurso al que podían agarrarse los autónomos con bajos ingresos para evitar el alta en Seguridad Social, debido a una sentencia del Tribunal Supremo( de 29 de octubre de 1997), que sentó jurisprudencia sobre este asunto.
Pero con el nuevo sistema de cotización implantado en 2023, se debe hacer la aportación independientemente de los ingresos que obtenga un autónomo. Marta Zaragoza, CEO de Declarando, señala: «Lo que está claro es que con la normativa vigente no asoma ningún resquicio que haga pensar que aquellos autónomos que ingresen por debajo del SMI se vayan a librar de cotizar a la Seguridad Social. Si bien no descarta que los tribunales o la propia Inspección de Trabajo se pronuncien en un futuro sobre este criterio.
Y concluye: “Si bien es cierto que el nuevo sistema establece tramos reducidos con cuotas proporcionales, la realidad es que el nuevo modelo representa un desafío para aquellos autónomos con ingresos limitados.
A día de hoy y según los datos que maneja la Federación de Autónomos ATA, los ingresos medios que percibe un trabajador por cuenta propia en España ascienden a 17.000 euros anuales, muy por debajo del salario medio anual El número de afiliados se mantiene casi intacto, sumando un total de 3.344.178, todo ello a pesar del crecimiento de la economía española del 0,5% del primer trimestre de 2023.
AUTONOMOS COBRAN MENOS QUE RESTO DE TRABAJADORES
Los ingresos por ser autónomo están muy por debajo de lo que obtienen un trabajador medio en España, que fue de 28.360 € en 2022. Esa diferencia que supone casi un 50% menos para un autónomo, deja entrever lo difícil que es nuestro país mantener esa condición laboral si tenemos en cuenta además que la pensión y el subsidio por desempleo es inferior para un trabajador autónomo que para una profesional por cuenta ajena.
Con todos estos datos, no es de extrañar que trabajar para uno mismo resulta muy atractivo para la mayoría de los españoles, sobre todo si nos atenemos a una encuesta de OpositaTest, que revelaba que el 74% de los ciudadanos considera que trabajar en la Administración permite vivir mejor y que casi siete millones de españoles de entre 18 y 55 años han opositado alguna vez en su vida o lo están haciendo.
A su vez, desde la Agencia Tributaria tiene su foco más puesto en el sector de los autónomos que el resto de trabajadores, en cuanto al nivel de inspecciones que realiza cada año, por el hecho de que es más complicado de supervisar los ingresos reales cuando se factura que cuando se percibe una nómina por parte de una empresa. Desde Hacienda lo que pretenden es intentar reducir la economía sumergida que según los últimos datos en 2021, era del 16,9% del PIB por encima del 14% de la UE.