Te encuentras frente a una fecha límite y sabes que deberías empezar lo antes posible, pero te resulta difícil evitar caer en la procrastinación. En lugar de abordar lo que debes hacer, te distraes respondiendo correos, organizando archivos, llamando a tu abuela, ordenando tus calcetines o clasificando las especias alfabéticamente. Cualquier cosa que encuentres para seguir posponiendo ese proyecto desalentador, solo para luego enfrentar las consecuencias de la procrastinación.
El término «procrastinar» tiene su origen etimológico en el verbo latino «procrastināre», que significa posponer hasta mañana. Sin embargo, va más allá de simplemente postergar de manera voluntaria. La procrastinación también tiene mucho que ver con el término en griego antiguo «akrasia», que es algo así como hacer algo en contra de nuestro mejor juicio. La procrastinación es uno de nuestros peores enemigos, ya que nos hace sentir mal. Cuando procrastinamos, somos completamente conscientes de que estamos buscando excusas para evitar una tarea que nos da pereza. Además, sabemos que hacerlo es probablemente una mala idea. A pesar de ello, seguimos procrastinando sin importar las consecuencias.
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¿POR QUÉ TENDEMOS A PROCRASTINAR?
Existen razones psicológicas que pueden explicar por qué te conviertes en tu peor obstáculo cuando se trata de terminar un proyecto en un tiempo razonable. En muchos casos, esto se debe un comportamiento de auto sabotaje de la productividad. Los investigadores han descubierto que esto puede ser un intento subconsciente de auto preservación. Cuando haces exactamente lo contrario de lo que deberías estar haciendo, como vaciar tu bandeja de entrada o reorganizar tu escritorio en lugar de hacer el borrador del informe, estás creando una vía de escape, algo externo a lo que puedes culpar por no haber progresado.
Otras investigaciones científicas han revelado que hay otra estrategia que tu cerebro utiliza para engañarte. Un estudio realizado en la Universidad de Yale encontró que tu cerebro intenta simular un trabajo productivo al llenar tu tiempo con tareas pequeñas y fáciles de hacer que se encuentran en tu lista de pendientes. Aunque en realidad no estás avanzando en el proyecto importante, tienes la sensación de estar siendo productivo. Pero, ¿cómo podemos parar de procrastinar y enfocarnos en nuestra tarea para terminarla cuanto antes? Estos son algunos consejos con base científica que deberían funcionar.