En las próximas semanas Iberdrola perderá diversos fondos alemanes entre su accionariado. Y es que según el acuerdo que llevó al Gobierno a Angela Merkel, entre su partido y el SPD, se estableció que la administración alemana saliera de todos aquellos negocios con vinculación nuclear. La energética española se encuentra entre ellos.
Todo arrancó tras el accidente nuclear de Fukushima (Japón). La canciller prometió en su país que, en ese momento, se iniciaba el apagón de esta tecnología. Tiempo después, el proceso sigue su curso y, lo que más molesta entre Los Verdes, el partido que ahora exige cumplir el acuerdo de coalición, es que el Gobierno Federal tenga invertidos bastantes millones en empresas que comercializan con energía nuclear.
La política “verde”, Sylvia Kotting-Uhl, ha sido la más activa en señalar que diversas compañías europeas, entre las que destacan Iberdrola, la italiana Enel y la francesa Engie, mantienen participación de fondos alemanes, entre los que se encuentran por ejemplo los destinados al desempleo o los militares.
Así, según el diario Spiegel, sería hasta un total de 300 millones de euros lo que tendría que desinvertir el Gobierno alemán en estas compañías para cumplir con lo pactado. Además, la situación parece que no tendrá demora. Según fuentes que cita el periódico alemán, esta acción se llevaría a cabo a mediados de junio. Hay necesidad de hacerlo cuanto antes porque Los Verdes se han puesto muy exigentes con el tema, puesto que estiman que esa misma inversión se podría destinar a proyectos que tengan valor sostenible para el país.
Por si fuera poco, el malestar del partido ecologista se asienta en que las inversiones realizadas en las grandes energéticas europeas han ido en aumento en los últimos años. Y, al menos en el caso de Iberdrola, todavía mantendrá abierta las centrales nucleares españolas donde mantiene su participación junto a Endesa y Naturgy.
Como excusa a ese aumento de participación, desde el Ministerio Federal de Interior alemán argumentan que ellos tienen en el radar a diversas compañías del Euro Stoxx 50, entre las que se encuentran las energéticas, y que la compra de acciones se debió a motivos comerciales. Su argumento es que no tenían en mente la actividad nuclear de estas compañías en referencia al acuerdo firmado cuando se alcanzó la coalición.
IBERDROLA Y SU NEGOCIO NUCLEAR
Lo que está sucediendo en Alemania puede ser un aviso a navegantes en todo el continente. Además, Iberdrola viene de tener unos meses muy intensos en España a cuenta de la prolongación de la vida útil de las centrales donde opera.
La evidencia en estos momentos es que la energía nuclear se cuestiona cada vez más. Todo ello pese a que los distintos gobiernos dan por sentado que su tecnología es necesaria en el proceso de descarbonización. Pero en Alemania la sensibilidad, así como los intereses políticos, han llevado a que la canciller deba tomar la decisión de manera inmediata.
Así, al margen de esa queja nuclear, los contrarios a esta tecnología han aludido a la procedencia del dinero. Y es que parte del dinero invertido en Iberdrola, Enel o Engie proviene del fondo de pensiones alemán, lo que ha valido a Los Verdes como justificación para llevar el debate a los terrenos de la repatriación de inversiones.
Pese a todo, analistas de Bloomberg estiman que el impacto económico sobre Iberdrola y las demás compañías será pequeño. Creen que la inversión rondaría la cifra antes mencionada de 300 millones de euros. Por eso, la salida de los diversos fondos sería de poco calado. Quizá sea más relevante la repercusión social sobre cómo la oposición ha conseguido en un país como Alemania forzar a la coalición de gobierno en asuntos de energía nuclear en materia de gestión de dinero público.