La sequía y la inflación están dañando bastante al sector ganadero español, un sector que tampoco está afrontando el reto demográfico de la mejor forma. Para paliar estos momentos de zozobra a finales de la semana pasada entró en vigor el Plan 2023 de seguros pecuarios, que incluye 12 líneas ganaderas y 3 acuícolas. Un plan que pretende paliar las necesidades de los ganaderos de buscar vías aseguradoras para sus inversiones.
Por ello, Agroseguro presentará estos días en diferentes encuentros las novedades más relevantes de las diferentes líneas de seguro. Entre ellas destaca la mejora de las coberturas en el seguro de aviar de puesta en caso de influenza más conocida como gripe aviar y que en España ha causado estragos hace varios años. Se refuerza especialmente en caso que el ganadero pasará por el supuesto de sufrir la inmovilización de la granja cuando se encuentra vacía. Este seguro cubriría 25 días, antes lo hacía 20.
Además, se mejoran las coberturas para las pollitas de recría tanto por inmovilización (cubierta desde las 16 semanas de vida cuando es imposible dar salida a las aves de la granja) como para aquellos productores que deben proceder al sacrificio por cuestiones económicas de aves inmovilizadas por influenza de hasta las 24 semanas.
Estas novedades se incluyen en una línea de seguro cuya contratación ha experimentado un comportamiento muy positivo en los últimos doce meses, con un 18% más de plazas aseguradas. Por su parte, el seguro de aviar de carne registra un incremento de un 38% una subida bastante considerable respecto a otros años.
Crece el aseguramiento de líneas pecuarias
Por otro lado hay que hablar del Plan 2022 dentro de las líneas aseguradoras pecuarias, cuyo periodo de contratación finaliza el 31 de mayo, cerrará con más de 417 millones de animales asegurados un 9% más respecto al Plan 2021. Esto supone la cifra más alta de la historia del sistema español de seguros agrarios. El capital asegurado supera los 4.042 millones de euros un 6% más.
Entre las principales líneas, la contratación del seguro de vacuno de reproducción y producción en el Plan 2022 se ha cerrado con más de 1,6 millones de vacas aseguradas, la misma cifra que en el plan anterior, y un capital asegurado de 1.959 millones de euros.
Es un plan de seguros evolucionado que ha incorporado mejoras en la garantía de pérdida de calidad de la leche, aumentando la indemnización por incremento de células somáticas en el tanque y permitiendo renovar el seguro a explotaciones con cualquier media geométrica. Además esta línea ha facilitado a más ganaderos el acceso a la garantía de crías, un tema muy importante para el sector.
El Plan 2022 también incorporó importantes novedades en el seguro de vacuno de cebo, permitiendo a los productores escoger entre tres sistemas de manejo diferentes y nuevas agrupaciones de razas, para una mejor adaptación del seguro a la realidad del sector, además de reducir a 5 semanas la edad mínima indemnizable.
Estas mejoras permitirán seguir consolidando la línea de seguro en el futuro, facilitando asimismo el acceso al seguro –en mejores condiciones– para aquellas explotaciones ganaderas con poca siniestralidad.
En la línea de ovino y caprino, el número de animales asegurados ha crecido casi un 6% en el Plan 2022, que presentó como principales mejoras el incremento de 11 puntos en la subvención base de ENESA a los ganaderos asegurados, la ampliación de la garantía adicional de contaminación de leche por aflatoxinas con una cobertura para la contaminación de leche por inhibidores de crecimiento bacteriano o la reducción de la tasa de la garantía de Brucelosis.
Comportamiento «impresentable» de las industrias lácteas
En referencia al tema lácteo, varias asociaciones y grupos de ganaderos estas últimas semanas han venido denunciando que las industrias lácteas, representadas por su federación FENIL. Estas son las únicas empresas, según denuncian los ganaderos, en toda la cadena alimentaria que se han aventurado a tratar de desmontar una norma reivindicada por los agricultores y ganaderos durante años como es que el la prohibición de comprar cualquier alimento a un precio inferior a los costes del eslabón inferior. Algo que desde FENIL se trata de ‘torpedear en los tribunales.
Organizaciones ganadera como UPA aseguran que las industrias lácteas “quieren ejercer un derecho de pernada, de imposición de precios, al eslabón más bajo, como vienen haciendo desde el año 2000”. En ese año había en España unas 60.000 granjas lácteas, hoy quedan poco más de 10.000. Un proceso de cierres masivos motivado por una crisis de rentabilidad impuesta por las industrias a los ganaderos, con la colaboración de las grandes cadenas de la distribución.
Los ganaderos esperan que en las próximas semanas el Tribunal Supremo les dé la razón y se frene así este comportamiento “éticamente impresentable” de la industria, que demuestra, en opinión de UPA, que prefieren que la distribución les siga imponiendo a ellos el precio de la leche líquida para después ellos trasladar esas bajadas hacia los ganaderos.