Aunque la tarta de zanahoria es más popular en Estados Unidos, no deja de ser una de las favoritas en España. De textura suave, muy parecida a la de un bizcocho, y un sabor dulce que huye de lo empalagoso, este postre es perfecto para un desayuno o merienda en la mejor compañía.
La mejor opción es elaborar esta tarta en nuestra propia casa, pues de esta manera evitamos el exceso de azúcar, colorantes y conservantes. Además, se trata de una receta sencilla e ideal para hacer con niños.
1Una tarta con día propio
Encontramos el origen de la tarta de zanahoria en la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial, tiempos en los que debido a la escasez de alimentos y al elevado precio de sus ingredientes, el gobierno británico comenzó a racionalizar la comida entre la población.
Uno de los alimentos de mayor precio era el azúcar, por lo que el Ministerio de Alimentación recomendó utilizar las zanahorias como endulzante natural. Así, paradójicamente, de una situación tan amarga como es un conflicto bélico nació este postre tan dulce.
Sin embargo, se cree que la primera receta de tarta de zanahoria tal y como la conocemos hoy en día nació en Francia en el año 1827. No sería hasta los años 60 que llegó a Estados Unidos ganando generando un gran impacto; de hecho, actualmente es allí donde goza de una mayor popularidad. Se dice, incluso, que la tarta de zanahoria era el postre preferido de George Washington.
No obstante, existen varias teorías, pues hay quien cree que su origen puede ser medieval, ya que en esta época era muy común hacer budín de zanahoria, llamado “carrot pudding”.
Tan popular es este postre que cuenta con su día propio en el calendario. Puede que te sorprenda saberlo, pero sí, el 3 de febrero es el Día Internacional de la Tarta de Zanahoria. El por qué de este día se desconoce, pero lo que queda claro es que ocupa un lugar privilegiado en la historia de la gastronomía internacional.