Fitch ha decidido rebajar la nota de solvencia a largo plazo como emisor de Petróleos Mexicanos (Pemex), cuyo rating pasa a ser ‘BB+’ desde ‘BBB-‘, dentro del grado especulativo o ‘bono basura’ y con una perspectiva ‘negativa’. Esto se ha producido después ede que la agencia de calificación crediticia recortase un escalón la calificación soberana de México, hasta ‘BBB’, como consecuencia del aumento de las tensiones comerciales con la Estados Unidos de Donald Trump.
En su análisis, Fitch señala que los ratings de Pemex se sitúan dos peldaños por debajo del soberano como consecuencia de su débil perfil crediticio autónomo y la lenta actuación del Gobierno para reforzar la estructura de capital de la petrolera.
«Esto es una indicación de que el Gobierno no ha reconocido la viabilidad del perfil financiero de la compañía y/o el rol estratégico que Pemex desempeña para el Gobierno y el país», añade la calificadora de riesgos, señalando que la nota ‘ccc’ asignada al perfil crediticio individual de Pemex le impide considerar como «muy fuertes» los incentivos gubernamentales para apoyar a la empresa y valorarlos únicamente como «fuertes».
De hecho, en caso de un empeoramiento adicional del perfil crediticio autónomo de Pemex, la agencia podría revisar a ‘moderada’ su evaluación de los incentivos, lo que podría resultar en un cambio en el rating de la empresa de forma independiente a la calificación soberana.
TENSIÓN ENTRE MÉXICO Y EEUU
La agencia Fitch rebajó este jueves en un escalón la nota de solvencia a largo plazo de México, hasta ‘BBB’, dos escalones por encima del grado especulativo o ‘bono basura’, mientras que revisó la perspectiva del rating a ‘negativa’ desde ‘estable’ como consecuencia de las dificultades que atraviesa la petrolera estatal Pemex y la incertidumbre relacionada con las tensiones comerciales con EEUU.
«La rebaja de México refleja la combinación del mayor riesgo para las finanzas públicas del deterioro del perfil de crédito de Pemex y la debilidad de las perspectivas macroeconómicas, exacerbada por las amenazas externas de tensiones comerciales, la incertidumbre sobre algunas políticas domésticas y las limitaciones fiscales», explicó la calificadora de riesgos.
En este sentido, la agencia subrayó el impacto para las cuentas públicas mexicanas del apoyo prestado a Pemex, que estima en dos décimas del PIB mexicano mediante inyecciones directas de capital y menores tasas efectivas de impuestos, advirtiendo de que en opinión de Fitch «no son suficientes para resolver los problemas a largo plazo o prevenir el deterioro continuado del perfil crediticio de Pemex.
Por otro lado, los analistas de Fitch advirtieron de que el crecimiento de la economía azteca sigue siendo inferior a lo esperado y de que los riesgos a la baja se han intensificado por las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a México a partir del 10 de junio.