Los trabajadores del Banco Santander en Estados Unidos están cansados de no poder tener representación sindical. Así que desde hace semanas están organizando diversos actos de protesta para reclamar sus derechos. Lo hacen en el marco de una iniciativa de la UNI Global Union -una unión internacional de sindicatos- que buscan mejorar las condiciones laborales del sector financiero al otro lado del Atlántico.
Según ha podido saber Merca2 los contratos de los empleados contemplan cláusulas de NO sindicación, algo que permite la legislación americana -muy distinta a la española-. Sin embargo, consideran que aquellas entidades que lo deseen sí pueden dar cambios en este sentido tal y como han hecho otros bancos como JP Morgan, Wells Fargo o Bank of America. Así que las movilizaciones de los últimos días han ido acompañadas de una serie de cartas dirigidas a la presidenta, Ana Botín. Su intención es la de hacer que se involucre personalmente en que «todos los empleados del Grupo tengan idénticas condiciones laborales».
La iniciativa, que en España impulsan sindicatos como la UGT, reclama también que se garantice que «no se tomarán represalias en caso de que se quiera una organización sindical», y que cejen las «amenazas» contra quienes intentan organizarse -incluso fuera de su horario laboral. Sin embargo, es cierto que la legislación norteamericana permite a las empresas defender -sin sobrepasarse- los postulados corporativos frente a las reivindicaciones de los trabajadores.
Un problema más que viene a sumarse a otra denuncia que han hecho en estos días algunas organizaciones norteamericanas. El Comité por unos Mejores Bancos -que agrupa a una coalición de trabajadores bancarios, organizaciones de consumidores y sindicatos- ha denunciado las oscuras prácticas del Santander en la concesión de hipotecas. Según los datos que han analizado en cuatro zonas del país, habría algunos síntomas de discriminación racial a la hora del análisis.
Botín saca cinco millones de euros en comisiones al día
En concreto, porque más del 26% de los préstamos solicitados por personas de color en 2014 fueron denegados, mientras que en el resto de los casos sólo llega al 17% en su conjunto. Una situación que, denuncian, fue similar en 2015 cuando se rechazaron a tres personas de color por cada prestatario blanco que fue rechazado.
Noticias de Reuters citan a una portavoz del Grupo, Ann Davis, quien considera que la estadística «no refleja factores importantes que deben ser tenidos en cuenta» a la hora de hacer estudios de este tipo.
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