El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha reconocido que “las recetas del pasado no valen”, que la banca ha cometido “muchos errores” y por ello debe mejorar su reputación ante la sociedad.
En un desayuno coloquio organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) en colaboración con Axis en el hotel Westin Palace de Madrid, el principal directivo de la entidad ha dado un repaso completo a los retos a los que se enfrenta el sector. Ha destacado tres: la rentabilidad, la transformación digital y la reputación.
Gonzalo Cortázar ha querido compartir con los asistentes en primer lugar “una nota de optimismo sobre el sector” a pesar del complicado entorno macroeconómico con cinco años de tipos negativos y unos futuros que anticipan al menos otros dos o tres más con esta política. Esta circunstancia ha provocado que los bancos se vean obligados a aumentar su rentabilidad. “Con los ingresos bajo presión y los márgenes muy bajos”, Gortázar ha explicado que la banca ha de optar por un modelo más diversificado y muy disciplinado en la gestión de los costes. Ahí está el ERE recientemente aprobado. “Nos permitirá seguir apostando por el futuro y mantener costes”, ha incidido el CEO.
Sin embargo, Gonzalo Gortázar ha mostrado su preocupación por la mala reputación de la banca. “No es buena, si bien es importante que el sector deje de quejarse y empiece a ser consciente de cómo abordar el problema, asegurándonos de que la población perciba que hay un cambio”, ha declarado. Ha indicado que se trata de un vital troncal que estaba en el anterior Plan Estratégico, está en el actual y probablemente esté en el próximo.
El ‘número dos’ de CaixaBank ha admitido que al sector bancario aún se le ve como culpable de haber costado dinero a los contribuyentes en una crisis que se recuerda «dura y de la que aún perduran sus efectos», así como de no haber cuidado lo suficiente al cliente. «Ha habido prácticas que no se deberían haber producido, como la comercialización de preferentes o las cláusulas suelo”, ha afirmado Cortázar.
«Ha habido prácticas que no se deberían haber producido, como la comercialización de preferentes o las cláusulas suelo”
No obstante, el banquero ha remarcado que la mayoría de lo que se percibe que se ha hecho mal está relacionado con entidades que ya no existen o que ahora están integradas y gestionadas por otras personas. De hecho, ha subrayado que más que el problema, los bancos que han salido adelante tras la reordenación del sector han sido parte de la solución. Tal y como ha señalado, a los accionistas de CaixaBank la crisis les ha costado más de 4.700 millones de euros en aportaciones a la Sareb o al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
CAIXABANK Y LOS NUEVOS ACTORES
Esta mala reputación y su gran tamaño han permitido que los neobancos empiecen el partido “con un 3-0”, tal y como ha descrito Gortázar. Consecuentemente, las entidades financieras deben “tener obsesión por el cliente, revisar sus experiencias y escuchar la voz (tanto de los consumidores como de los empleados para que tan rápido como sea posible quitar ineficiencias”.
En este sentido, el consejero delegado de CaixaBank ha hecho hincapié en dos aspectos de la red. Por un lado, las nuevas oficinas Store que han pasado de ser un centro transaccional a uno de valor añadido. A finales de año habrá 450 de estas sucursales en España. Por otro lado, la “reeducación” de los empleados para ofrecer ese valor añadido a los clientes en las nuevas sucursales, sin perder las 1.100 oficinas rurales con “una estructura más ligera”.
Ahí es donde la transformación digital permitirá a los bancos luchar de tú a tú con los nuevos actores y fintech. “Si hacemos las cosas bien, sí estamos preparados”, ha señalado Gortázar. “Todo este cambio nos abre los ojos hacia dónde hay algún sitio en el que podemos mejorar; si no lo hacemos nosotros, los clientes se irán”, ha destacado el CEO. “La agilidad es la clave y el desafío es dar crédito bueno y rápido”, ha sentenciado.
Con respecto a la entrada de las grandes tecnológicas en el sector financiero, Gonzalo Gortázar ha advertido que “sus movimientos son más temidos”. No obstante, ha apuntado que se encuentran con dos grandes déficits. El primero, la fuerte regulación de la banca que se antoja muy compleja para ellos. En segundo, la necesidad del entorno físico (algo que ellos aún no tienen). Eso sí, ha concluido Gortázar, “en cinco años el negocio será diferente”.
Durante el turno de preguntas ha salido a colación la posibilidad de futuras operaciones corporativas con CaixaBank como protagonista. Su consejero delegado se ha mostrado muy claro. “No vemos el terreno maduro para más pasos fuera de España y Portugal; estamos muy cómodos ahora”.