En el imaginario colectivo español se encuentra la idea que dice que el trono del Bernabéu o el sofá de la presidencia de Telefónica pesan más que algunas carteras ministeriales. No sabemos cuánto hay de tópico en esta frase hecha, pero está claro que la sintonía entre Florentino Pérez y la multinacional de telecomunicaciones española no existe desde hace tiempo. Este divorcio fue más que evidente en 2014, año en el que el club blanco firmó con Mediapro en pleno pulso empresarial entre Jaume Roures y César Alierta en el penúltimo capítulo de la guerra del fútbol.
Los merengues además encargaron a la compañía catalana la producción de su canal televisivo, hecho que sorprendió y molestó en Telefónica. Pero tras suavizarse el conflicto de los derechos futboleros, tras el pacto entre Roures y Movistar, la guerra va camino de repetirse con el baloncesto de protagonista. En los últimos años la Liga ACB había sido patrocinada por Endesa, compañía eléctrica que cerró un acuerdo con la patronal del basket nacional en 2011. Según informó El País hace unos días, Endesa estaría estudiando demandar a la liga nacional por una negociación entre Francisco Roca, presidente de la ACB, y Movistar, que pasaría a tener el «naming» de la competición.
Movistar podría cerrar el «naming» de la ACB por una cantidad menor a la que abonaba eNDESA
La mayoría de los clubes españoles están en contra de este acuerdo, principalmente porque sus ingresos podrían menguar en abundancia: los clubes dejarían de ingresar por este concepto alrededor de 30 millones al año para cobrar solo 11,5 cada uno de los cuatro años del acuerdo que se ultima. Recuerden que Endesa ha sostenido que quiere mantener su patrocinio de la ACB y además cuenta con un derecho a ejercer tanteo sobre este campo. Florentino Pérez, al que no le gusta inmiscuirse en el terreno baloncestistíco, habría tomado cartas en el asunto por dos motivos: la sección de basket blanca aumentaría su déficit y el presidente merengue es íntimo de Borja Prado, que parece haberse aferrado a esta afrenta como un tema personal: el directivo se habría hartado de ser tildado como «títere» de la italiana Enel, caricatura que lo dibuja con más labores representativas que ejecutivas.
¿Qué interés tiene Roca en que Movistar apueste su dominio de la ACB? No está claro, pero es evidente que la operadora de telecomunicaciones sigue aumentando su monopolio en este deporte, incorporándose hace unos días como patrocinador oficial de la Copa del Rey en relevo de La Caixa. ¿Y qué rencillas existen entre el Real Madrid y Telefónica además del citado interés económico y de la pinza Pérez-Prado? Por un lado que el club blanco lleva meses denunciando desde medios afines las supuestas retransmisiones sesgadas del tándem estrella de Movistar, Carlos Martínez y Michael Robinson (véase el Villarreal-Real Madrid de anteayer como último ejemplo). Y por el otro, hay muchas voces que critican que Movistar patrocine directamente a Estudiantes cuando tiene tanto peso económico en la competición.
Francisco Roca también podría salir malparado de la operación, ya que no deja de coleccionar escándalos: de la compensación económica a Orange por incumplimiento de contrato (también con Movistar como beneficiario) al «no ascenso» por causas administrativas del Burgos. Pero sus principales problemas son otros: los números no salen en la ACB, que va camino de convertirse en irrelevante mediáticamente por las pobres audiencias que consigue en Movistar tras su retorno al pago. Un aspecto que discute la operadora, afirmando que las audiencias de Kantar no reflejan correctamente su negocio.
La mayoría de clubes de la ACB estarían en contra de una operación cocinada por Roca
¿Habrá paz entre las élites? Todo tiene pinta de que no, ya que en pleno conflicto El Economista ha publicado que Telefónica ultima un acuerdo de patrocinio con el Real Madrid de fútbol. El club blanco recibiría 28 millones de euros por dos temporadas más la instalación de wifi gratuito para los espectadores del Bernabéu. Esta operación es similar en términos económicos a la que tiene firmada la compañía con el Barça, por lo cual el horizonte del cuasi monopolio de Telefónica en la ACB podría acercarse si consigue la simpatía de sus dos clubes estrella para alegría de Roca y silente enfado de Prado.