sábado, 23 noviembre 2024

Amazon podría empezar a pagarte por recoger tus propios pedidos

Una nueva piloto en Estados Unidos revela hasta qué punto está dispuesto a llegar Amazon para rebajar costos. Hasta ahora la empresa ha dependido principalmente de repartidores, sea en bici o en coche, para llevar los productos hasta el hogar de sus clientes. Pero desde hace unos años han buscado formas de recortar costos en estos temas, desde el uso de drones y vehículos sin conductor, pasando por las contrataciones externas. Pero ahora tienen una nueva estrategia.

Expandiendo la fórmula de los buzones de recogida, la empresa de Jeff Bezos permitirá que en algunas zonas de Estados Unidos los usuarios recojan sus pedidos directamente en los almacenes, pero más que eso: Pagará unos 10 dólares a quienes vayan a buscar sus paquetes en el punto de salida, siempre y cuanto el pedido supere los 25 dólares. Las explicaciones son dos: Por un lado, la evidente reducción de costos, pero además insisten con el tema de la sostenibilidad con la teoría de reducir la cantidad de conductores que requieren para sus entregas. 

«Ofrecemos una gran cantidad de opciones para que nuestros clientes reciban sus pedidos, incluyendo las entregas rápidas y las opciones de recogida. En el fondo, esta promoción de 10 dólares no es nada nuevo», asegura la propia Amazon en el comunicado donde se anuncia este nuevo método de recibir los paquetes. 

Lo cierto es que la medida de reducción de costos llega tan solo unas semanas después de que Amazon se sumara a las empresas de tecnología que han tenido que hacer importantes reducciones de su plantilla. Por tanto, se trata de una nueva medida de la empresa para recuperarse económicamente del golpe que ha recibido por la crisis en el consumo que se ha generado debido a la inflación y la guerra de Ucrania. Como resultado, no sería demasiado extraño pensar que veamos decisiones parecidas de otras empresas del mundo del comercio electrónico y la tecnología.

De hecho, la empresa acaba de subir el precio de su suscripción al servicio de Prime en Estados Unidos unos 20 dólares. Si bien esta subida vino de la mano de un refuerzo de algunos de sus servicios, particularmente Amazon Music, hace del primer una opción más costosa que la mayoría de sus competidores en Estados Unidos en espacios como el streaming o los audios libros. 

¿PODRÍA FUNCIONAR UN SISTEMA SIMILAR EN ESPAÑA?

En la práctica es algo complicado imaginarse una campaña similar en territorio español. Factores que van desde la extensión del país, España es más pequeña que Texas, hasta como están formadas las ciudades y sus periferias. Al mismo tiempo, dado que aunque aún se usan bastantes los vehículos propios, se está intentando se use menos en ciudades como Madrid y Barcelona, el lado de la sostenibilidad quizás no sea tan buen método para justificar el sistema.

Pero sí que se podría reforzar el tema de los buzones de entrega. Estos están en varios lugares de las grandes ciudades y permiten a los repartidores dejar varios paquetes en un solo sitio y disminuir el número de viajes, y la cantidad de repartidores necesarios en el día a día. Son opciones que seguramente están revisando desde Amazon, pero será llamativo saber si tendremos alguna versión de este tipo de ofertas y si tendrán el mismo valor económico.

PERO MIENTRAS TANTO AMAZON EMPIEZA A COBRAR POR LAS DEVOLUCIONES

La contraparte es que la empresa se está sumando a una moda, quizás algo más controversial: cobrarles a sus compradores por devolver los paquetes como forma de cuidar los gastos relacionados con el tema, y quizás hacer que los compradores tengan algo más de cuidado a la hora de comprar algunas cosas puntuales. De momento en Estados Unidos se trata de una cuota de un dólar, que debería cubrir los gastos de la empresa al departamento de correos. Lamentablemente, es más fácil imaginar que se aplique un sistema parecido a este en España que la oferta por la recogida.

La realidad es que en España son varias empresas, en especial las del sector textil como Inditex o Shein, las que empiezan a apostar por cobrar algún monto por las devoluciones de artículos. La explicación es que en teoría se trata de una forma de obligar a los clientes para tener más cuidado a la hora de comprar y de elegir tallas. Aun así, estas medidas han sido algo controversiales, después de todo las devoluciones son un servicio aceptado por la mayoría como parte de la compra. 


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