Mucho se habla del precio de la vivienda en Madrid, de los proyectos urbanísticos y del futuro del ladrillo de la capital. Mientras, multitud de agentes de la Policía Municipal trabajan en barracones tercermundistas. Se trata de construcciones prefabricadas situadas en los distritos de Carabanchel, Ciudad Lineal, Hortaleza, San Blas, Vicálvaro, Villa de Vallecas, Villaverde y Retiro.
El sector inmobiliario vive un ciclo alcista en España desde hace poco más de lustro. Una recuperación del ladrillo que sobre todo se ha podido notar en ciudades como Barcelona y Madrid. Tanto en la capital como en la Ciudad Condal el precio la vivienda ha aumentado paulatinamente -hasta el punto de tener una sensación de estar viviendo una nueva burbuja-. En paralelo, en ambos lugares han resurgido los activos residenciales de obra nueva que han colaborado a que las promotoras se centren en el cliente que busca una vivienda en reposición. En total, cinco años donde multitud de ciudadanos han cambiado su piso por uno nuevo al calor de esta recuperación del sector.
Esta situación ha despertado las envidias de los policías municipales de Madrid. Los agentes han visto como el resurgimiento del ladrillo ha brotado en muchos rincones de la capital menos en su institución. Los encargados de defender los derechos y libertades de los madrileños viven una situación de abandono en sus ‘segundas casas’ -primera para algunos por el gran tiempo que pasan dentro de ellas-. Barracones prefabricados que se convierten en un horno en verano y en un iglú en invierno.
El problema no es de ahora, ni siquiera es un problema generado por el, de momento, actual Gobierno Local. Pero ni los salientes, ni los actuales y ya se verá si los que llegan han sido -serán- capaz de arreglar una situación que genera gran malestar en el cuerpo de seguridad municipal.
En el año 2016, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó por unanimidad un Plan de 20 millones de euros para acabar con los módulos prefabricados en las que se ubican las Unidades Integrales de Distrito de la Policía Municipal y sustituirlos por nuevas construcciones. Una partida de 20 millones de euros que tres años después se ha quedado en el limbo. Los problemas de entendimiento entre Carlos Sánchez Mato -en ese momento delegado de Hacienda del consistorio- y Cristobal Motor -ministro de esta cartera- terminaron por arruinar la sustitución de estas barracones.
LA PARTIDA DE 20 MILLONES DE EUROS PARA CAMBIAR ESTOS BARRACONES LLEVA TRES AÑOS EN EL LIMBO
Extrapolando la situación de los agentes a la venta de viviendas de estos últimos cinco años se podría ubicar a la Policía Municipal en el grupo de familias que a pesar de buscar una casa en reposición de obra nueva se han tenido que conformar con la rehabilitación de la suya por falta de liquidez. O no, porque la realidad es que el Cuerpo Local ni siquiera ha visto como en sus dependencias se acometían reformas de calado, sólo parches para ocultar goteras, rotura de cañerías, desperfectos en los revestimientos…
Las pésimas condiciones en las que han desarrollado su trabajo estos miembros del cuerpo local durante muchos años no han pasado inadvertidas para la oposición. De hecho, el grupo municipal del Partido Popular pidió explicaciones en 2017 a Nacho Murgui, concejal presidente de Retiro, sobre la deplorable situación de los agentes del barracón situado en esta zona.
UNA INVERSIÓN QUE NUNCA LLEGÓ
Consciente de este problema, Carmena inició a finales de noviembre de 2016 un plan de inversiones para mejorar las instalaciones de la Policía Municipal, especialmente en los distritos, que consistía en la evaluación de todos los inmuebles dependientes de la Dirección General, la reparación por vía de urgencia de aquellos en los que se considerase necesario, a la vez que se buscaban inmuebles, o terrenos municipales, para la adecuación o construcción de las Unidades que cumpliesen con los criterios medioambientales y eficiencia energética RD 235/2013, que mejoraría tanto el confort de los y las agentes de Policía Municipal, como la imagen Corporativa del Ayuntamiento.
Pero tres años después no hay ni rastro de las inversiones, de los arreglos ni siquiera de las intenciones de llevarlo a cabo. De hecho, es uno de los debes de la todavía alcaldesa Manuela Carmena y por el cual recibió varios ataques de sus rivales electorales. Uno de ellos, Begoña Villacís -la llave para quitar la Alcaldía a Ahora Madrid y entregársela al PP de José Luis Martínez-Almeida– prometió durante la campaña arreglar la situación de los policías municipales.
Para ellos, la líder de Ciudadanos en la capital afirmó que reconvertiría el edificio municipal okupado por el colectivo La Dragona en sede de la Unidad Integral de la Policía Municipal de Madrid de Ciudad Lineal, cuyos efectivos desarrollan actualmente su trabajo en «barracones».
«La misma Policía lo ha reivindicado. Entre policías y okupas, nosotros nos quedamos con la Policía porque tienes que estar aquí para servir a los ciudadanos. En cambio, Ahora Madrid opta por ponerse de lado de los okupas», recalcó Villacís precisando que fue la Policía quien les identificó este inmueble como el idóneo para realizar sus labores.
LA POLICÍA MUNICIPAL ATENTA AL NUEVO GOBIERNO
Ahora, el Cuerpo Local aguarda impaciente a la formación del nuevo Gobierno Municipal para ver si por fin son capaces de acceder a su ‘nueva vivienda’. Un cambio por reposición que muchas familias han llevado a cabo en el último lustro y que los agentes han añorado para su lugar de trabajo. ¿Quién sabe si alguna socimi decide apostar por los inmuebles policiales para satisfacer estas necesidades? En Estados Unidos ya existen estos instrumentos de inversión centrados en activos penitenciarios.