Viendo lo que pasa con las aerolíneas era de esperarse que, eventualmente, hubiese una protesta parecida de los empleados de las nuevas operadoras ferroviarias. En este caso, quizás como consecuencia de su desbocada carrera para llegar a más destinos, es Iryo la que tiene que afrontar con un reclamo de sus empleados que podría traducirse con la primera huelga de esta nueva etapa del mundo ferroviario.
Al menos esa es la sensación tras leer el comunicado del Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (SEMAF). En el texto el sindicato asegura que la empresa italo-española ha abierto rutas sin haber contratado la plantilla suficiente para el funcionamiento correcto de los viajes que se tienen planeados para el verano, y de los que ya han vendido un alto porcentaje de los asientos. Es una alarma hasta esperada, dado que los nuevos operadores privados no han dejado de buscar llegar primero a los destinos que pueden definir el «juego de trenes» en los próximos meses.
Según el mismo documento el mal manejo de plantilla ha generado una rotación demasiado alta en la plantilla y empleos de poca calidad tanto para los propios maquinistas como para los demás miembros de la plantilla que participan directamente en los viajes del tren. Aunque de momento la organización señala principalmente su preocupación de cara a que esta decisión afecte la calidad del servicio y la reputación del sistema ferroviario español.
Por otro lado, Iryo informó a Merca2 que, al menos de momento, no haría comentarios sobre la situación. Dado que hasta el momento el sindicato se ha mantenido en un comunicado publicado en medios y en su web es de esperarse que el operador ferroviario intente que la controversia pase por debajo de la mesa. Al mismo tiempo parece complicado evitar que el problema escale si no se toman medidas rápidas, y cada vez queda menos para el inicio oficial del verano.
En palabras del Secretario General de SEMAF, Diego Martín: «Al final esta imprevisión se va a traducir en un mal servicio y en trasladar a los usuarios y a los profesionales los fallos de gestión, organización y previsión, propios de una compañía lowcost, que se traducirán en cancelaciones, en retrasos y dificultades para resolver incidencias del día a día, como por ejemplo: no disponer medios para acudir al ‘rescate’ de un tren que a sufrido una avería en mitad de trayecto con los pasajeros dentro».
IRYO QUIERE DUPLICAR LAS FRECUENCIAS A SUS GRANDES DESTINOS
Según se explica en el documento el problema es que la empresa ha decidido duplicar las frecuencias a los destinos clave del verano: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga, pero además suma entre su cartera de opciones a Alicante en junio. Visto así tiene sentido que se necesite un aumento apropiado de la plantilla, cosa que según el sindicato no se ha dado aún. Según explica el texto la mejor opción para que la situación no empeoré es que los otros operadores aumenten sus destinos, para reducir la carga sobre los empleados de Iryo.
De hecho según Martín se le pedirá formalmente a Adif: «que sea vigilante ante este tipo de comportamientos corporativos que ponen en riesgo la operación y la imagen de solvencia del sistema de Alta Velocidad español. No se debe poder ofrecer un servicio sin unas garantías de solvencia para su cumplimiento. Tampoco se puede hacer recaer la falta de gestión en pedir a los profesionales que incumplan las diferentes normas de seguridad en cuanto a condiciones de circulación y exceso de los tiempos legales de conducción».
EL PRIMER ESCÁNDALO DE UN SISTEMA EN PLENA TRANSFORMACIÓN
Aunque ha sido Iryo la responsable de su escándalo tampoco hubiese sido una sorpresa que se tratará de Ouigo, o incluso de una Renfe que está aumentando frecuencias y tipos de servicio. Es que dada la liberalización del sistema de alta velocidad en España, y lo que este significa como negocio (recordemos es el segundo más grande del mundo después del chino) cambiar su modelo de explotación siempre iba a generar una dificultad de este tipo. Al mismo tiempo esto no quiere decir que la empresa italo-española no sea responsable de resolverlo.
Lo cierto es que lo esperado es que reciban presión de sus dos competidores en este tema. Uno de los objetivos de todo el sistema, y del Gobierno español, con la liberalización es que este medio de transporte sea el favorito del país y para ello debe cuidar su reputación. Para ello todo el sistema debe funcionar de manera correcta, por lo que problemas con la plantilla deben ser manejados de la forma adecuada para que no afecte ni a los usuarios ni, por supuesto, a los profesionales que hacen que todo el sistema se mantenga funcionando de la mejor forma.