Si coleccionas o tienes en tu vida alguien que colecciona música debe haber sido llamativo ver como hace unos años pasaba de comprar CDs, el formato que en los 80 definió la forma en que se escuchaba música en los hogares, a comprar discos de vinilo. Es que sea por el amor de los coleccionistas, los diferentes detalles del sonido o la pura nostalgia el disco de vinilo se convirtió en el principal producto para adquirir la música en formato físico.
Este año, por primera vez, las ventas de los vinilos superaron a los CD en Estados Unidos, un dato que en España se alcanzó el año pasado, cuando el 54% de las ventas de formato físico fueron para los «acetatos» y 44% fueron a su hermano pequeño (el otro 2% se lo quedaron los casetes, que también han hecho un pequeño regreso). Es quizás una sorpresa, aunque una que venía tiempo gestándose, de hecho es primera vez que esto ocurre en el país y en el mundo desde 1987.
Hay varios motivos. Algunos más bien pasajeros, como la nueva moda de la «tecnología vintage» que revivió también a Kodak y Polaroid, y otros más profundos, como es la mayor fidelidad de las grabaciones sobre las aplicaciones de streaming y el formato digital o directamente el ingreso que significa para artistas y disqueras vender un disco físico por encima de una reproducción. Lo cierto es que poco a poco los datos han mejorado, y el retorno del formato físico ya representa un 11% de los ingresos de la industria musical, lejos de su pico por encima de 50% pero nada mal para un posterior a Napster.
Lo cierto es que hubo varias cosas que ayudaron a dar el último empujón. La desaparición de la bandeja para discos en los nuevos ordenadores y de los reproductores en los coches, la pandemia que ayudó a que la gente pudiese pasar más tiempo revisando su colección y los esfuerzos de la industria como el internacional ‘Día de la tienda de discos’ o de lanzar ediciones especiales de varios colores han ido poco a poco empujando esta industria a su actual renacer.
EL CD ES MENOS PERSONAL
Lo cierto es que además hay una relación personal entre el oyente y el disco de vinilo que el CD no puede imitar del todo. En el fondo no hay demasiada diferencia entre poner un compacto en un reproductor y poner Spotify a través de unas cornetas con bluetooth, es algo que diferencia al vinilo que puede permitir al artista ser bastante más creativo en cuanto al arte y el material impreso que acompaña la música. Es algo que en España han aprovechado figuras tan variadas como la banda Vetusta Morla o la candidata a Eurovisión Chanel.
Es algo con lo que otros formatos directamente no pueden competir. La relación que el oyente puede generar con sus discos físicos tiene mucho más de experiencia que solo poner la canción que tengamos ganas de escuchar en Spotify o Youtube. Hay también algo de comunidad en la idea de ir a la tienda de siempre a preguntar por un nuevo lanzamiento o una edición especial. Sin embargo, irónicamente, el que las ventas estén mejorando no necesariamente es una noticia que beneficie a las tiendas locales.
SE VENDE MÁS VINILO PERO LAS TIENDAS SUFREN
Lo cierto es que a medida que el formato ha recuperado su espacio una parte de los compradores se ha mudado a páginas web como Amazon o a comprar en grandes superficies como FNAC o el Corte Inglés. De hecho no es casual que en Madrid ‘Discos metralleta’, una de las tiendas históricas de la capital, haya decidido devorada por sus dos vecinos más grandes en Callao.
Es un equilibrio complicado. A medida que las ventas de este formato se vuelve a normalizar lo esperado es que los compradores los adquieran en los sitios donde suelen comprar de forma regular. Es una realidad de la que no se puede escapar en estos procesos, pero sí que afecta a las pequeñas tiendas que construyeron su negocio sin tanta competencia cuando eran un producto más bien de nicho. También es cierto que cada vez son más las empresas dentro de la industria musical las que se han sumado a este resurgir.
No es casual que Spotify haya incluido los discos de vinilo entre los ejemplos de la mercancía que los artistas pueden vender a través de su nuevo marketplace. Es que entienden la importancia que tiene para la industria, y que solo con presentarlos allí sirve como rama de olivo para los músicos que suelen quejarse de lo que reciben de la aplicación.
De hecho si se puede agregar un motivo más para comprar un vinilo es lo que representa para artistas de medio cartel. Ya hace un par de años que Víctor Carmelo Cabezuelo, vocalista de Rufus T Firefly, contaba que podía conseguir en ventas del formato físico de un fin de semana de lanzamiento los mismos ingresos que por varios años de streaming, y esto es ya suficiente motivo para cuidar esta industria.