El consumo de carne y de otros derivados procedentes de la ganadería industrial es una de las cuestiones alimentarias más importantes en la sociedad de hoy en día. El consumo de la carne está en aumento y alcanzando niveles totalmente insostenibles. Se considera normal, natural y necesario el consumo de este alimento entre la sociedad.
España es el primer país europeo y el quinto país mundial que más consume carne por persona al año. En los resultados de 2021 (los resultados anuales de 2022 todavía no han salido), el total de carne fresca consumida en España supera 30 kilos por persona al año, mayoritariamente en alimentos como la carne de pollo y la carne de cerdo. El español consume una media de 5 kilos de carne de vacuno anualmente.
Si los españoles hiciéramos caso de las recomendaciones del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AICR) estamos adquiriendo casi el doble de carne de la que aconsejan. Ambas organizaciones recomiendan no consumir más de medio kilo de carne a la semana, no más de 26 kilos anualmente.
FACTORES QUE PASAN DESAPERCIBIDOS PARA LOS CONSUMIDORES EN LA CARNE
El consumo excesivo de la carne puede traernos muchos problemas principalmente en la salud. El informe de la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer), señala que el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por consumo de carne procesada es pequeño, pero puede ir aumentando en consecuencia a la cantidad de carne que se consuma. También ha señalado que es muy probable que los consumidores de carne roja y procesada en exceso estén relacionados con el riesgo de cáncer.
La organización mundial de la salud (OMS) ha clasificado a la carne procesada como ‘carcinógena para los humanos’ y la carne roja como ‘probablemente carcinógena para los humanos’. El consumo excesivo de carne en combinación con otros factores contribuye a deteriorar nuestra salud, generando sobrepeso, diabetes tipo III y enfermedades cardiovasculares. El uso excesivo de antibióticos en la ganadería industrial contribuye al desarrollo de resistencia a estos medicamentos. Según la OMS la resistencia a los antibióticos podría provocar más muertes que el cáncer en 2050.
Otros de los factores que desfavorece el consumo de carne es la contribución al cambio climático. La ganadería es responsable de la emisión del 14,5% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Un 75%-80% de la superficie agrícola está destinada a la ganadería, hay que añadir que el 80% de la deforestación se atribuye a la actividad ganadera.
BACTERIA E-COLI
Un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela-Lugo, presentado en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas ha revelado la presencia de ‘E. coli’ multirresistente en el 40% de las muestras de carne de supermercado analizadas.
La bacteria ‘E. coli’ vive en los intestinos de las personas y de los animales. La bacteria tiene varias cepas y variedades. Puede provocar desde una leve diarrea hasta una diarrea con sangre y vómitos. No llega a producir enfermedades, pero si infecciones. La forma más frecuente de contraer la infección es comer alimentos contaminados o agua contaminada.
Las bacterias multirresistentes pueden propagarse de los animales a las personas a través de la cadena alimentaria, pero, debido a sensibilidades comerciales, los datos sobre los niveles de bichos resistentes a los antibióticos en los alimentos no están ampliamente disponibles.
Analizaron 100 productos cárnicos (25 de cada uno de estos alimentos que son pollo, pavo, ternera y cerdo), elegidos al azar en Oviedo durante 2020. El 73% contenía niveles de ‘E coli’ dentro de los límites de seguridad alimentaria. A pesar de ello, casi la mitad (49%) contenía la bacteria multirresistente y potencialmente patógena.
Desde el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas piden la evaluación periódica de los niveles de bacterias resistentes a los antibióticos en los productos cárnicos.
LAS SOLUCIONES QUE HAY QUE LLEVAR A CABO
La mayoría de las soluciones pasarán por las manos de los consumidores. El consumidor desempeñará un papel fundamental en la seguridad alimentaria mediante una manipulación adecuada de los alimentos. Los consejos que deberán de aplicar los consumidores incluyen no romper la cadena de frío desde el supermercado hasta el hogar, cocinar bien la carne, almacenarla adecuadamente en el frigorífico y desinfectar adecuadamente los cuchillos, tablas de cortar y otros utensilios de cocina que estén específicamente preparados para preparar la carne cruda para así evitar la contaminación cruzada.