miércoles, 11 diciembre 2024

Bolt tira de Honduras para seguir expandiéndose en América

Tras aterrizar en El Salvador Bolt sigue apostando por territorios donde ni Uber ni Cabify han sembrado sus banderas para continuar su expansión. En este caso es Honduras el segundo país de centro América donde han apuntado con su estrategia de expansión, otro destino delicado, a unque uno que sin duda no tiene los riesgos reputacionales que conlleva trabajar en territorio gobernado por una figura como Nayib Bukele. 

En cualquier caso es una muestra del interés en seguir expandiendo su plataforma a mercados sin explorar para este tipo de negocios. Lo cierto es que desde su fundación en Estonia en 2013 la empresa nunca ha tenido miedo de acercarse a territorios complicados, quizás un síntoma de ser una empresa balcánica, por lo que tampoco debería ser tan extraño verlos invertir en países en vías de desarrollo como lo son la mayoría de los centroamericanos. 

A pesar de las dudas que puedan generarse desde afuera desde la empresa siguen demostrando su emoción. Para su arranque Bolt se ha comprometido a ofrecer las comisiones más bajas a los conductores y los precios más económicos a los pasajeros. De esta forma, durante un mínimo de seis meses, la empresa se compromete a no cobrar comisión a los conductores por utilizar la plataforma y ofrece tarifas un 15% más bajas que otros competidores en el mercado hondureño.

«Desde el principio hemos apostado por la rentabilidad de nuestros conductores y a la vez ser justos con ellos, porque creemos firmemente que si nuestros conductores están contentos ofrecerán un mejor servicio», resaltó la directora regional de Bolt, Ireoluwa Obatoki. Si funciona podría servir como un interesante punto de entrada para estas nuevas tecnologías.

HONDURAS ES UN DESTINO COMPLICADO 

Lo cierto es que más allá de la estrategia de instalarse lejos de los países latinoamericanos donde está operando la competencia es complicado no ser un poco suspicaz con la decisión. Es que por donde se vea es delicado invertir en un país donde el 73% de la población del país es pobre y un 53% vive en situación de pobreza extrema según el Instituto Nacional de Estadística del año pasado. Además, se trata de un país con un índice de violencia extremadamente alto, a un aproximado de una persona asesinada cada hora. 

Si bien es un destino turístico relativamente llamativo estos datos no ayudan a que este sector pueda desarrollarse del todo en el país. Sin embargo, poco a poco, tras una recesión en 2009, el país ha ido creciendo en su producto interno bruto y sus exportaciones a otros países, por lo que la presencia de Bolt bien puede ser vista como una demostración de un crecimiento que puede empezar a llamar inversores. En cualquier caso es complicado dar este tipo de predicciones en una región especialmente inestable, dentro de la ya típica delicada situación de toda Latinoamérica. 

Por tanto, será interesante poner la lupa en ver el resultado de este experimento. En este momento la compañía cuenta con 500 conductores en Honduras que están listos para empezar a trabajar y aceptar viajes. Así que en los próximos días será posible saber como reacciona el público de ese país al mercado de las VTC y si en efecto alcanza para crear una industria estable en el país.

BOLT SIGUE BUSCANDO SU EXPANSIÓN INTERNACIONAL

En cualquier caso tanto esta iniciativa, como la reciente llega a El Salvador, son una muestra de que la empresa fundada en Estonia quiere seguir creciendo fuera de las fronteras europeas, y que está dispuesta a opciones no tan convencionales para que esta idea se cumpla. Es una buena estrategia, aunque puede ser que Bolt asuma riesgos económicos que no saben cuando pueden generarle realmente una ganancia. 

Además, si no son bien recibidos corren otro tipo de riesgos. Ya a Uber y a Cabify les ha pasado en Ecuador y Chile donde la opinión pública y los problemas en tribunales les han obligado a abandonar esos mercados, o bien a reducir dramáticamente su presencia, y la experiencia en este tipo de países indica que los taxistas no recibirán demasiado bien a una VTC internacional en Honduras. Por lo que este tipo de historias bien pueden volver a repetirse.


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