El yoga tiene cada vez más adeptos en el mundo entero gracias a los múltiples beneficios para la salud. Una disciplina que trabaja cuerpo, mente y espíritu y que ofrece, siempre desde el respeto a la tradición, propuestas diferentes que conectan con gustos más modernos. Este es el caso del rocket yoga, un estilo dinámico y accesible a todos los practicantes, cuya característica principal y diferencial es que, aunque deriva del Ashtanga Yoga tradicional, permite al alumno desarrollar su creatividad jugando con las variaciones de los asanas y con las transiciones entre posturas avanzando de forma fluida y divertida.
El rocket yoga fue creado por Larry Shullz para hacer la práctica de Ashtanga más accesible, más dinámica y más creativa. La práctica de rocket va a un ritmo riguroso y es exigente al nivel físico, con muchas oportunidades de hacer posturas sobre los brazos e invertidas, pero también se puede modificar para alumnos de cualquier nivel, una opción personalizada para todas las edades y condición física.
Aunque son secuencias fijas, el/la profesor(a) tiene la libertad de incorporar posturas nuevas e imprimir su propia personalidad y visión a la clase. En numen, hay un equipo nutrido, formado en esta estilo de yoga, dedicado a instruir a los interesados y ayudarles a familiarizarse con la práctica para que puedan desafiar su flexibilidad y constancia desde otra perspectiva.
Las ventajas del rocket yoga
Al practicar rocket se mejora la fuerza y la flexibilidad de forma integral. El alumni tonificará piernas, brazos, glúteos y en especial el abdomen. En una clase de rocket yoga se pueden llegar a consumir hasta 600 calorías (dependiendo de la duración de la clase y del ritmo de cada uno). Sin duda, el rocket es un auténtico trabajo mental y físico a la vez.
También se notan mejoras en el sistema cardiovascular al combinar respiración con movimiento. Esta es una manera fantástica de renovar energía y recuperar la vitalidad del cuerpo.
En rocket, los límites los pone la persona y también tiene la libertad de ser creativa con la práctica. Además, el rocket está repleto de invertidas y equilibrios sobre brazos y posturas avanzadas que requieren la máxima concentración para poder ejecutarlas de la mejor manera y evitar lesiones. Gracias a ello, el alumno mejorará la concentración y la consciencia corporal.
Al ser un estilo dinámico, divertido y plagado de retos, cuanto más se practique y más retos acepte el interesado mayor será su autoestima.
Un lugar icónico en la ciudad
Ubicado en Madrid, numen cuenta con gran experiencia proporcionando yoga para todo tipo de público. Además de ofrecer clases de rocket yoga, también tienen otras opciones de Vinyasa Yoga. Asimismo, para una práctica más completa se ofrecen talleres específicos, clases particulares y para empresas, masterclasses, clases de meditación, clases en inglés, etc.
Por otro lado, conscientes del cuidado del medioambiente, numen está ubicado en un edificio histórico que data del año 1924 (cerca de Puerta del Sol) y respalda la economía sostenible, por lo que sus instalaciones fueron reformadas con elementos reciclables y reutilizados.
Ya sea para el rocket yoga o cualquier otra modalidad, el alumno puede realizar una clase de prueba y así conocer las instalaciones, el ambiente, la energía y disfrutar de uno de los mejores estudios de yoga de Madrid. Además, se ha demostrado que el yoga es un estilo de vida y que tiene la gran ventaja de ser apto para todos públicos. Por esa razón, numen abre sus puertas con el fin de enseñar todos los aspectos necesarios sobre esta disciplina milenaria y ofrecer la cercanía de un equipo cualificado que vela por el bienestar de todos.
El autor de las imágenes que acompañan este artículo es Rodrigo Bornscheuer.